La Fiscalía del Tribunal Supremo ha transferido este martes al Parlamento griego una demanda contra el exministro de Finanzas Yanis Varufakis por su “actuación durante la negociación” con los acreedores, que en su opinión podría constituir un delito de “alta traición”. La Cámara deberá evaluar ahora si sus actos estuvieron dentro de los límites del cargo de ministro de Finanzas o si hay motivos suficientes para iniciar una investigación al diputado, para lo que se le levantaría la inmunidad parlamentaria.
La demanda fue presentada por un abogado y el alcalde de una pequeña ciudad costera, que a su vez es el líder de un partido sin representación parlamentaria, antes de que se publicaran las últimas revelaciones sobre un supuesto plan B ideado por el exministro. Los demandantes consideran que Varufakis incurrió en el delito de alta traición al haber violado con su actuación durante todas las negociaciones el mandato del pueblo tras las elecciones, que era negociar con los acreedores un acuerdo para sacar el país de la recesión.
Mientras el Parlamento delibera sobre esta primera demanda, un grupo de cinco abogados prepara un segundo pliego de acusaciones, este ya relacionado directamente con las recientes revelaciones, que podrían constituir el delito de revelación de datos personales. En esta demanda se alude a la conversación de Varufakis con miembros de varios fondos de riesgo filtrada este fin de semana por el periódico conservador heleno Kathimerini, en la que según el diario el exministro asegura haber elaborado un plan B.
El plan consistía, según Varufakis, en apropiarse de los números de identificación fiscal de los contribuyentes y empresas mediante el pirateo de la Secretaría General de Ingresos, y crear un sistema de cuentas paralelo de pago que posibilitara efectuar transacciones digitales a los ciudadanos.
Todo empezó con una intervención del presunto coordinador de la conferencia, el ex ministro de Finanzas británico Norman Lamont, quien le acusó de no haber tenido preparada una alternativa durante las negociaciones con los socios europeos. Fue entonces cuando el diputado del partido izquierdista Syriza, siempre según el rotativo conservador, empezó a concretar el proyecto, y aunque aseguró que lo negaría si salía a la luz, soltó una retahíla de aseveraciones, a cada cual más sorprendente, como que la Secretaría General de Ingresos está plenamente bajo control de la troika.
Varufakis detalló que formó un grupo de cinco personas que contaba con el catedrático de Economía estadounidense James Galbraith y un amigo de la infancia experto en informática y profesor de la Universidad de Columbia, añade el diario. El secretario general de sistemas informáticos del ministerio de Finanzas, que ha sido apuntado por varios medios como el amigo de la infancia de Varufakis en el relato, desmintió hoy categóricamente todo lo publicado y precisó que el organismo ha creado una serie de protocolos que justamente protegen los datos personales y hacen imposible una intervención de este tipo.
En su blog personal, Varufakis argumentó que su objetivo no era preparar “planes de contingencia” que aseguraran la liquidez del sistema bancario en caso de que no lo hiciera el Banco Central Europeo, lo que finalmente ocurrió y condujo a la imposición de un corralito.
Varios diputados de Nueva Democracia pidieron hoy la comparecencia inmediata de Varufakis en la comisión parlamentaria en curso que investiga los rescates de Grecia con la acusación de “obstruir las negociaciones” con los acreedores.