El funcionamiento de la votación telemática: votos por colores y doble confirmación para evitar errores

Laura Galaup

4 de febrero de 2022 00:34 h

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 El PP ha puesto en el punto de mira el funcionamiento del voto telemático en el Congreso. Ante el inesperado 'sí' de su diputado Alberto Casero a la reforma laboral, que ha permitido al Gobierno sacar adelante esa ley por un único voto de diferencia, los populares han iniciado una campaña para cuestionar el funcionamiento del sufragio online. A pesar de que no han aportado ninguna prueba que demuestre que Casero no se equivocó al emitir su voto, la formación de Pablo Casado sostiene que se ha producido “un error informático”. 

El sistema telemático implantado por el Congreso obliga a realizar una comprobación de lo votado, es decir, el diputado se pronuncia en un primer momento sobre el sentido de su voto y lo emite, escogiendo entre sí, no o abstención en una pantalla que señala los mismos colores que cuando se vota en el Pleno (sí, verde; no, rojo; amarillo, abstención) y tiene que confirmarlo después en una segunda pantalla para que se contabilice y se finalice la votación telemática. 

El reglamento de la Cámara Baja es el que regula el derecho a obtener el voto a distancia. La norma recoge en el artículo 82 que solo se podrá recurrir a él en casos de “embarazo, maternidad, paternidad o enfermedad grave” que impidan desempeñar las funciones parlamentarias. En el caso de Casero, desde el PP han asegurado que se recurrió a este procedimiento porque el diputado por Cáceres se encontraba “en situación de enfermedad”.

Una vez que la Mesa de la Cámara ha autorizado la utilización del voto telemático, los diputados tienen abierta la posibilidad de emitir su sufragio durante un periodo determinado. En la jornada de este jueves la franja abierta oscilaba entre las 17.30 y las 18.00 horas. En esa ventana temporal, los diputados autorizados para participar en la votación a distancia acceden a la intranet del Congreso. Deben introducir un usuario y contraseña para que el sistema les permita acceder a una pantalla en la que figuran sesiones plenarias pasadas y futuras. 

Se ha de seleccionar el pleno del día, y ya se procede a la votación de los diferentes textos normativos. En esa pantalla, figura el número de expediente, en qué consiste el proyecto de ley, el plazo de votación y las posibilidades que tiene el diputado para votar: sí, no y abstención, con sus respectivos colores. Aquí, los parlamentarios tienen la posibilidad de no votar una única norma, se pueden posicionar sobre todos los textos que se vayan a ratificar ese día y que tengan habilitado el voto telemático. Finalizado ese procedimiento, tienen que confirmar su elección pinchando sobre el botón “emitir voto”. Esta no será la única vez que el diputado tenga que señalar el sentido de su sufragio. 

A partir de ahí, aparece una segunda pantalla de confirmación. “Una vez revisado, si todo es correcto, pulsar en el botón ‘Finalizar Votación’ o si es necesario corregir un error en el sentido del voto de algún expediente, pulsar ”Volver“ para regresar a la relación de asuntos a votar y repetir el proceso”, expone la guía de votación que realizó el Congreso para las sesiones plenarias que se celebraron durante las primeras olas de la pandemia, a la que ha accedido elDiario.es. Como se recoge en este documento, los diputados tienen en este momento la posibilidad de modificar su posicionamiento, si se han equivocado en el primer paso. 

Al pulsar ‘Finalizar Votación’ termina el procedimiento y, en ese momento, el diputado tiene la posibilidad de acceder a un justificante en el que figura el resultado de su votación. Esa misma comunicación se recibe en el Congreso. Desde el PP sostienen –sin aportar ninguna prueba– que en el caso de Casero, emitió un voto en contra de tramitar la reforma laboral y que sin embargo ese no fue el mismo “que constaba en el certificado”, donde figuraba el sí.

Los populares también alegan que se ha incumplido el reglamento del Congreso que recoge que el voto emitido “deberá ser verificado personalmente, mediante el sistema que, a tal efecto, establezca la Mesa”. “Se comprobará telefónicamente con el diputado autorizado antes del inicio de la votación presencial en el Pleno la emisión efectiva del voto y el sentido de este”.

Eso era así antes de que se declarase la pandemia y el sistema de votación telemática se generalizase para la gran mayoría de los diputados. El cambio fue comunicado a los diputados tras un acuerdo de la Mesa del Congreso del 19 de marzo de 2020, que concluyó que “la emisión del voto se hará a través de la intranet de la Cámara, con la introducción de usuario y contraseña, como método de verificación de la emisión personal de voto”. Este método continúa en vigor, siempre según las mismas fuentes, y los parlamentarios con los que ha contactado esta redacción confirman que no han recibido ninguna llamada de comprobación por parte del Congreso durante las votaciones a distancia que han llevado a cabo durante la pandemia. 

Según las fuentes consultadas, las llamadas que sí recibían los diputados antes de que estallase la crisis del coronavirus eran para comprobar su identidad y si se había registrado alguna incidencia técnica, pero en ningún caso para comprobar el sentido de cada una de las votaciones.

Ante ese supuesto “error informático”, los populares aseguran que su diputado trató de modificar el sentido de su voto desplazándose hasta el hemiciclo para intentar votar de forma presencial. El reglamento desplegado por el Congreso para articular el funcionamiento de la votación telemática recoge que el parlamentario que ya haya votado a distancia no podrá emitir de forma presencial su posicionamiento “sin autorización expresa de la Mesa de la Cámara”. Fuentes de la dirección del Congreso niegan que el diputado se haya dirigido a la Mesa para solicitar votar en persona.

Más allá de las quejas de los populares, que aseguran que el grupo parlamentario notificó a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, “que había una anomalía” en el voto de Casero, fuentes de la Mesa confirman que el diputado no ha pedido “formalmente” anular su voto o que los órganos del Congreso se reúnan para concederle esa autorización, tal y como recoge el reglamento.