El exjuez Baltasar Garzón ha asegurado que el hallazgo por parte de la Audiencia Nacional de 22 millones en un banco de Ginebra (Suiza) a nombre del extesorero del PP Luis Bárcenas y las informaciones que apuntan que algunos dirigentes del PP podrían haber recibido sobres con dinero negro demuestran que “la corrupción tiene que ser investigada frontalmente con todas las energías”.
Así lo ha asegurado el exjuez durante una entrevista en CNN Chile, recogida por Europa Press, en la que ha manifestado que a pesar de su inhabilitación como juez tras ser condenado por prevaricación por interceptar las conversaciones que los imputados del 'caso Gürtel' mantuvieron en prisión con sus abogados, seguirá investigando la corrupción.
Asimismo, ha recordado que cuando instruía el 'caso Gürtel', Bárcenas fue una de las personas sobre las que elaboró “una serie de resoluciones e indicios en la que constaba su posible implicación en los hechos”. “Ahora aparece esto”, ha señalado.
En este sentido, ha justificado las decisiones que tomó durante su instrucción, incluidas las que motivaron su condena por prevaricación, porque, además de que “se ajustaban a la ley”, “buscaban precisamente la localización de esos fondos y evitar que los principales responsables de la trama se pusieran de acuerdo a través de sus abogados en prisión”.
“Ahora se ve el resultado de que 22 millones de euros han aparecido en Suiza y que, al parecer, había sobresueldos, que había pagos fuera de la legalidad a miembros de ese partido. Lo que demuestra esto es que la corrupción tiene que ser investigada frontalmente con todas las energías”, ha insistido.
“UN JUEZ MUY INCÓMODO”
Por todo ello, ha aseverado que “en absoluto” se excedió a la hora ordenar las escuchas, al tiempo que ha denunciado que la sentencia del Tribunal Supremo que le condenó fue “la excusa” para conseguir que estuviera “fuera de la carrera judicial”.
“Era un juez muy incómodo”, ha afirmado, para añadir que parece ser que su “actividad” y su “forma de actuar dentro de la Justicia, siempre en una misma línea de independencia”, “no convencía” y que, por ello, la sentencia estaba ya “predeterminada” no por hechos sino por “razones políticas”. “Sin lugar a dudas”, ha apostillado.