La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha anunciado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que no habrá cambios en el huso horario ni se eliminará el cambio de hora estacional. La ministra ha explicado que el informe solicitado a la comisión de expertos sobre esta posible reforma no ha llegado a ninguna conclusión.
“No se plantea cambio alguno en el huso horario, que llevamos usando 80 años, que coincide con el de Alemania y que se remonta a época franquista. La otra cuestión menos concluyente es el cambio de hora estacional”, ha señalado. “En estos meses la comisión de expertos no ha llegado a ninguna conclusión, habida cuenta de la gran cantidad de repercusiones e impacto que tiene: económicas, culturales...”.
El Gobierno emplaza a que, ante la falta de consenso, la cuestión continúe en estudio hasta 2021 y la nueva dirección europea decida si quiere seguir investigando esta propuesta. Para la ministra, “la sociedad está acomodada a esos husos” y “tiene costumbre” de realizar los cambios de hora, por lo que hasta 2021 pide “reflexión”.
Aunque 2019 era la fecha elegida para eliminar los cambios de hora estacionales, la falsa de acuerdo con los plazos ha dificultado que el cambio de hora de la madrugada entre el 30 y el 31 de marzo sea el último. Los ministros encargados en la materia –Transporte y Medio Ambiente– concluyeron en octubre, como había sugerido previamente la presidencia austriaca de turno de la UE –su propuesta es llevar el final del cambio horario a 2021–, que necesitan más tiempo.
El debate sobre el cambio de hora
De mantener el horario de verano (GMT +2) durante todo el año, se ganarían más horas de sol por las tardes pero “nos veríamos más expuestos a la vespertinidad”, tal y como detallaba en septiembre la profesora Rol a eldiario.es. En invierno las tardes serían más largas pero se amanecería más tarde: en Santiago de Compostela a las 10.00 de la mañana sería de noche.
De mantener el horario de invierno (GMT +1) durante todo el año, habría más horas de sol por la mañana, por lo que se favorecería un mejor despertar al acercarse a nuestra hora solar natural. Pero esto adelantaría las horas de alimentación y sueño y por las tardes se perdería una hora de sol desde marzo hasta octubre.
De retrasar el huso horario mientras se mantienen los cambios de hora (GMT 0,+1), también se adelantarían los hábitos sociales y se podría dormir más tiempo. Pero a cambio, se perdería una hora de sol durante todo el año y habría que adaptarse a los cambios de hora.
Lo mejor del horario actual (GMT +1,+2) son las horas de sol extras de las que gozamos por la tarde con respecto al horario solar natural. Pero eso hace retrasar los horarios de alimentación, se pierde sueño y hay que seguir adaptándose a los cambios de hora.