El Gobierno ha conseguido este miércoles los apoyos suficientes para seguir avanzando en la tramitación de la reforma de ley mordaza en el Congreso de los Diputados. En el último momento, ERC ha decidido firmar el borrador de la nueva ley elaborado en la ponencia para “dar margen” a que las negociaciones entre el Gobierno y el resto de grupos puedan seguir avanzando, pero mantienen junto con EH Bildu las mismas líneas rojas que llevan trasladando desde el principio de la negociación: la prohibición de las pelotas de goma, las devoluciones en caliente y las sanciones por faltas de respeto a la autoridad y desobediencia a los agentes y fuerzas de seguridad del Estado.
Durante las últimas semanas, el ‘grupo de trabajo’ en el que se sientan los partidos del Gobierno y sus socios había intensificado las reuniones con el fin de avanzar en un texto que satisficiera a todos. En las reuniones se habían logrado algunos avances importantes hasta pactar cerca de un 96% de la ley, según fuentes conocedoras de la negociación. Pero en todos esos contactos se habían mantenido los choques siempre por los mismos puntos: el artículo 23.4 para prohibir el uso de las pelotas de goma; el 36.6 sobre las sanciones por desobediencia a los agentes; el 37.4 que busca eliminar o al menos objetivar las sanciones por faltas de respeto a la autoridad y una disposición adicional para acabar con las devoluciones en caliente.
Los grupos han llegado este miércoles a una nueva reunión de la ponencia del Congreso de la que debía salir el informe para la Comisión de Interior. Para que eso pudiera pasar, el texto tenía que sumar a las firmas de PSOE, Unidas Podemos y el Partido Nacionalista Vasco, satisfechos con el articulado pactado hasta ahora, las de al menos uno de los grupos que están planteando pegas al texto. Según han explicado los portavoces al término de la reunión, el acuerdo para cerrar la ponencia se ha alcanzado por 19 votos a favor y 17 en contra. ERC finalmente ha rubricado el informe pero simplemente para dar pie a que las negociaciones puedan seguir adelante en la comisión y sin avalar en ningún caso el contenido de la reforma tal y como está ahora mismo.
“Obviamente no estamos de acuerdo en cómo queda actualmente el texto de la reforma de la ley mordaza, porque los artículos que contemplan el 70% de las multas continúan vivos”, ha dicho la ponente de los republicanos Maria Dantas a la salida de la reunión de este martes. El partido asegura que si no se cambian esos puntos, el voto a la ley será en contra: “Esto no quiere decir que desde ERC hemos llegado a un acuerdo. Todavía nuestro voto es 'no' al texto como ha quedado hasta ahora”, ha insistido Dantas que ha añadido que lo que no quieren “bajo ningún concepto” es levantarse de la mesa. “Queremos seguir dialogando y que haya movimiento sobre todo desde el PSOE”, ha zanjado.
En la misma línea se ha pronunciado EH Bildu. Fuentes del partido afirman que “que vaya a comisión no quiere decir que haya acuerdo en los puntos más sensibles”. Desde la formación expresan que este paso que se ha llevado a cabo este miércoles con su voto en contra “da la oportunidad de seguir negociando” para que el PSOE acepte sus propuestas, aunque son pesimistas: “No tenemos síntomas de que vayan a aceptar lo que hasta ahora han rechazado”. El diputado de EH Bildu Jon Iñarritu ha dicho en declaraciones a los medios que se ha vuelto a constatar la falta de acuerdo “en los artículos más lesivos de la ley mordaza”. El ponente ha indicado que los debates, a partir de ahora serán en comisión, “pero el bloqueo, lamentablemente, continúa”.
“Espero que ahora en comisión se llegue a un consenso para desactivar los puntos más lesivos”, ha expresado Iñarritu, que ha agregado que si el texto se queda como está ahora, EH Bildu “no apoyará” la que califican de “ley mordaza light”. Desde la formación acusan al PSOE de mantener estos puntos “dando un margen de interpretación amplia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.
PSOE y Unidas Podemos rechazan que la reforma sea cosmética
En los últimos días, las negociaciones estaban ya atascadas a pesar de que, según reconocen fuentes de la negociación, se llegaron a producir contactos entre las direcciones de los partidos para desbloquear los asuntos más polémicos. Con la perspectiva de una posible ruptura, las formaciones se habían centrado en preparar el terreno para responsabilizar al resto. El portavoz socialista, Patxi López, deslizó este martes en rueda de prensa que algunos grupos estaban bloqueando la reforma por “estrategias políticas o electorales”. “Con los acuerdos alcanzados hasta ahora ya puede dejar de llamarse ley mordaza”, afirmó en declaraciones a los periodistas, al tiempo que advirtió de que esos avances logrados se podrían perder. Si eso sucede, dijo, “los responsables no serán ni el PSOE ni el Gobierno”.
La ley orgánica que fue admitida a trámite en el Congreso y sobre la que trabajan los grupos fue redactada por el PNV. Este martes, su portavoz, Aitor Esteban, consideró que la reforma había llegado a “la hora de la verdad” y criticó, en una línea parecida a la de López, que algunos partidos estuvieran en el “empecinamiento” y las posiciones maximalistas.
Para salvar las diferencias entre la postura del PSOE, que no quiere moverse en los puntos que quedan, y la de los independentistas vascos y catalanes, el ponente de la reforma, el portavoz adjunto de Unidas Podemos, Enrique Santiago, ha tratado de mediar con algunas propuestas intermedias. Fuentes de su entorno trasladan que UP va a agotar “hasta el último momento la vía del diálogo” con el fin de acercar posturas, pero defienden el “trabajo realizado hasta ahora” y piensan que un “muy reducido número de temas puntuales” no puede “oscurecer” el avance de lo conseguido hasta ahora. Esteban valoró este martes esas propuestas “intermedias”, especialmente las planteadas sobre las pelotas de goma y las faltas de respeto y desobediencia, que cree que “son interesantes y pueden servir para avanzar”.
“Estamos dando pasos muy firmes y creo que la buena noticia, que nadie se confunda, es que no hay más que ver las posiciones de la derecha y de la ultraderecha para comprobar que lo ya avanzado no es ninguna reforma cosmética y no tiene nada que ver con la ley aprobada por Rajoy”, ha dicho Santiago este miércoles a la salida de la reunión.
PSOE, Unidas Podemos y PNV han firmado tres enmiendas transaccionales que modificaban en parte el articulado más polémico, pero que tampoco han convencido a las formaciones independentistas. Una de ellas, referida al 37.4. planteaba que las faltas de respeto a la autoridad constituya una infracción leve con el matiz de que fuera actos o expresiones “relevantes” y sin que “pueda considerarse sancionable la sola disconformidad con un mandato legítimo o el respetuoso ejercicio de la libertad de expresión”. EH Bildu había pedido que si no se eliminaba ese punto al menos debía objetivarse, pero creen que esta redacción no es suficiente.
Lo mismo pasa con el 36.6, que regula la desobediencia a la autoridad o a los agentes. En la redacción actual de la norma se establece como infracción grave la desobediencia o resistencia a “la autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones, cuando no sean constitutivas de delito” y también la negativa a identificarse o a la aportación datos falsos o inexactos en ese proceso. La propuesta del Gobierno y el PNV es añadir la condición de que la desobediencia a los agentes en el ejercicio de sus funciones sea “manifiesta” cuando se trate de la negativa a cumplir una orden legal y la necesidad de que haya “oposición corporal”.
Por último, estos grupos ha firmado una disposición adicional sobre el material antidisturbios. Lo que proponen es que el Ministerio del Interior elabore un estudio y que las autoridades competentes redacten a partir de ese informe un protocolo específico sobre la gestión policial de “manifestaciones y reuniones” que incluya el uso de la fuerza y material antidisturbios. Ese protocolo regularía “la adecuada identificación de los agentes asignados en las unidades que utilicen este tipo de material, técnicas de aislamiento selectivo de grupos violentos y sistemas de rendición de cuentas” con el objetivo de utilizar siempre “los medios menos lesivos”. Tanto ERC como EH Bildu quieren que las pelotas de goma sean directamente prohibidas como material antidisturbios.