El Gobierno británico confirmó hoy que ha dado luz verde a la construcción de la planta de energía nuclear Hinkley Point C, en el suroeste de Inglaterra, tras semanas de incertidumbre sobre el futuro de la instalación.
Esta será la primera instalación de este tipo que se construye en el Reino Unido en 20 años y su coste está estimado en 18.000 millones de libras (21.204 millones de euros).
El ex primer ministro británico David Cameron había acordado la construcción de la planta con participación de la francesa EDF y aportación china, pero el pasado julio la nueva jefa del Gobierno, Theresa May, decidió posponer la decisión final.
“Después de una exhaustiva revisión del proyecto Hinkley Point C, y un acuerdo revisado con EDF, el Gobierno ha decidido proceder con la nueva planta de energía nuclear”, indicó un comunicado del Gobierno, y agregó que se establecerá un nuevo marco legal que regirá las futuras inversiones extranjeras en el Reino Unido cuando se trate de infraestructuras muy importantes.
El ministro de Empresa, Energía e Industria, Greg Clark, dijo hoy que, habiendo revisado al proyecto, “vamos a introducir una serie de medidas para aumentar la seguridad y asegurar que Hinkley no cambie de manos sin un acuerdo con el Gobierno”.
Tras la revisión, EDF acordó pagar las dos terceras partes del proyecto mientras que China, a través de la estatal China General Nuclear Power Group, aportará la tercera parte.
La instalación había sido centro de las críticas de algunos expertos debido a su alto coste y las implicaciones de que este tipo de infraestructura sea construida por inversores extranjeros.
La decisión de aceptar el aporte chino había sido acordada durante la visita que hizo el presidente de China, Xi Jinping, al Reino Unido en octubre del año pasado.
La aportación francesa había sido aprobada por la junta de administración de EDF el pasado julio, sin embargo Theresa May decidió a último momento suspender su aprobación final, lo que creó una gran incertidumbre sobre si el proyecto sería o no construido.
May señaló durante su reciente visita a China para participar en la cumbre del G20 (países industrializados y emergentes) que su decisión respondió a su “manera de trabajar” y que quería evaluar en profundidad el proyecto antes de aprobarlo.
Los sindicatos británicos recibieron hoy con satisfacción el visto bueno del Gobierno por considerar que la planta, ubicada en Somerset (oeste inglés) permitirá crear unos 25.000 empleos.
El responsable del área energética del sindicato general Unite, Kevin Coyne, declaró hoy a la prensa que los empleados están ansiosos por “empezar a trabajar en la primera planta nuclear del país en una generación”.
“Es una noticia excelente que la incertidumbre causada por la decisión de Theresa May de suspender Hinkley Point ha quedado ahora disipada y que el Gobierno reconoce la función nuclear en la economía”, agregó Coyne.
“Esto significa que la luz permanecerá en el Reino Unido durante décadas y anuncia el renacimiento económico del oeste del país, con la creación de miles de empleos cualificados y los efectos positivos para la cadena de suministro en todo el Reino Unido”, añadió.
La firma estatal china ha mostrado interés por construir otras plantas de energía nuclear en el Reino Unido, incluida una Bradwell, en Essex, en el sureste de Inglaterra.