El mundo independentista prepara un gesto político de apoyo a Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, coincidiendo con la visita del presidente a Barcelona, donde se reunirá con Quim Torra. Desde las dos partes se está buscando una distensión que apuesta por recuperar la capacidad de diálogo y las opciones de que prosperen los presupuestos a los que Sánchez habría condicionado la caducidad de su Gobierno. Moncloa ha dado el primer paso aceptando reunirse con el presidente catalán. Los detalles de ese encuentro se están negociando hasta el último minuto, ante las pretensiones del Govern de favorecer una reunión a varias bandas en formato de minicumbre.
El Congreso encara este jueves la votación de la senda de déficit, un debate que se repite después de que el actual Gobierno lo perdiera por primera vez el pasado mes de julio. Los nacionalistas catalanes se abstuvieron en aquella votación pero ahora votarán a favor. El presidente Sánchez ha conseguido recuperar la mayoría que le permitió ganar la moción de censura contra Rajoy. Lo hará en una importante sesión parlamentaria, considerada la antesala del debate de presupuestos.
El resultado efectivo de la votación carece en sí mismo de importancia: la mayoría del PP será suficiente, en este caso, para tumbar en el Senado la decisión que salga del Congreso. Si resulta así, Moncloa aplicará la senda de gasto vigente (déficit del 1,3% del PIB) y proseguirá el trámite de llevar los presupuestos al Congreso. Lo relevante de la cita parlamentaria tiene que ver con los gestos y la aritmética de un Gobierno que quiere comprobar si siguen a su lado los mismos que le apoyaron para desbancar a Rajoy, por medio de una moción de censura.
El PSOE acude con la intención de sumar a Unidos Podemos, PNV, PDeCAT Y ERC. El independentismo ya ha garantizado su apoyo a la propuesta. Desde Unidos Podemos condicionan su decisión a lo que hagan los demás y todo indica que votarán a favor. El PNV también votará a favor, al igual que hizo en julio.
La aprobación del techo de gasto supone para Sánchez la posibilidad de visualizar sus opciones de conseguir votos suficientes para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. El debate de las cuentas públicas se ha convertido para el presidente en el elemento político en el que él mismo ha fijado la fecha de caducidad de su Gobierno y la frontera sobre la que se ciernen las dudas sobre una convocatoria de elecciones generales.
Está previsto que los diputados sean llamados a votar alrededor de las seis de la tarde. A la misma hora está previsto que arranque la reunión que protagonizan en Barcelona Pedro Sánchez y Quim Torra, acompañados por una parte de sus respectivos gobiernos. Aunque hasta última hora aún trabajaban en cerrar los detalles de la reunión, ambos confirman que acabará produciéndose. “Mantenemos la previsión de viajar a Barcelona. Seguimos negociando”, aseguran fuentes de Moncloa. El encuentro no figura en las agendas oficiales de ninguno de los dos gobiernos implicados.
Mientras, el independentismo se ha alineado tratando de rebajar la tensión en la calle y la inestabilidad en las instituciones. El encuentro, por un lado, pretende capitalizar la visita del Gobierno a Barcelona con una foto bilateral que además demostraría normalidad institucional ante las diversas protestas convocadas para el viernes. Por otro, permitir que Sánchez comience a tramitar sus presupuestos destensa la relación entre gobiernos, dañada tras las elecciones andaluzas con un endurecimiento explícito del lenguaje desde el PSOE hacia los independentistas.
Entre los objetivos del Govern está evitar ponerle al Gobierno de Sánchez las cosas muy difíciles antes y durante el juicio del 'procés', que se celebrará a finales de enero. Ester Capella, titular de Justicia y que ha mostrado interés en participar en el encuentro con el Gobierno, está preocupada por el retorno de los presos a Catalunya una vez acabado el juicio, y considera que será más fácil que el Gobierno los devuelva si evitan el clima de crispación en la derecha.
El último gesto lo han protagonizado los presos independentistas, con la publicación de una carta en la que expresan su deseo de que no se produzcan incidentes coincidiendo con la presencia del Gobierno español en Catalunya.
También la Vicepresidencia económica, en plena negociación de las cuentas catalanas con los 'comuns', tiene interés en que las relaciones no incendien. Para Pere Aragonès es importante al menos intentar se aumente el límite de déficit, lo que daría a Catalunya un respiro de cerca de 500 millones de euros. A la vez, mientras las cuentas se tramiten, se evitaría una abrupta convocatoria de elecciones generales que los independentistas desean evitar por el momento.