La cuenta atrás ya está en marcha y aún no hay fecha para la primera reunión de la mesa de diálogo del Gobierno y la Generalitat. La pretensión del Ejecutivo de Pedro Sánchez sigue siendo que ese primer encuentro en el que también participará Quim Torra se produzca antes de que termine el mes de febrero, pero faltan diez días y aún no hay fecha. Mientras los socios del Govern muestran discrepancias respecto a la presencia en esa mesa de un mediador, Moncloa insiste en su rechazo.
“No entendemos que la figura sea necesaria, los testigos del diálogo deben ser todos los ciudadanos”, ha sentenciado la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Sánchez ha rechazado en esta ocasión esa figura que sí llegó a aceptar en la anterior operación de diálogo con la Generalitat, que acabó dinamitada con la presentación de sendas enmiendas a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado de 2019 precipitando el adelanto electoral del 28A.
Una vez acordado con ERC la puesta en marcha de una mesa de negociación en la que abordar el “conflicto político” en Catalunya y la aceptación por parte de Torra de ese instrumento, la figura de un mediador divide a los socios de la Generalitat, pero el Gobierno evita pronunciarse.
La portavoz de Junts Per Catalunya en el Congreso, Laura Borràs, ha apostado por que en la mesa se siente un mediador: “Es un deber y una obligación porque lo votó el Parlament y las resoluciones que se votan tienen todo el valor”. “Cuando uno no tiene nada que ocultar y no espera faltar a su palabra, no pasa nada con que haya un tercero”, ha expresado en declaraciones a los periodistas en el Parlamento.
Por el contrario, su homólogo de ERC, Gabriel Rufián, ha considerado que sería “contraproducente añadir más presión” a la mesa de diálogo. El portavoz republicano ha reiterado que no se deben buscar “excusas” para que la mesa no inicie sus trabajos.
El Gobierno de Sánchez confía en que los socios “llegarán a un acuerdo”, según fuentes gubernamentales que enmarcan las desavenencias entre ERC y JxCat en los intereses electorales que tienen ante el posible adelanto de las elecciones en Catalunya.
Por el momento no hay ni orden del día ni fecha para que se produzca el encuentro a la espera de que se cierren los detalles. “En el momento que conozcamos día y hora, lo daremos a conocer”, ha expresado Montero, que ha evitado “hacer valoraciones sobre las conversaciones” internas del Govern.
El Gobierno incide en la división del PP
Montero ha utilizado su intervención inicial para cargar contra el PP, como hizo este lunes tras la reunión de Sánchez y Pablo Casado: “Sirvió para constatar que el PP mantiene su estrategia de bloqueo anteponiendo intereses partidistas a los del país”.
La portavoz ha aprovechado para incidir en la división en el seno del PP al reclamar a dirigentes conservadores que presionen para facilitar los acuerdos que busca el Ejecutivo, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial, cuyo mandato caducó hace más de un año. “Este país necesita que el PP regrese a la senda de la responsabilidad de que lo haga Casado y si él no está en esas condiciones que lo haga el PP en su conjunto”.
Preguntada por a qué se refería con esa alusión al partido en general, Montero se ha referido a la brecha interna de los conservadores y ha señalado directamente al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, que abogó por una gran coalición tras los comicios generales. “Estoy convencida de que hay militantes y dirigentes del PP, probablemente el señor Feijóo, que entienden que hay que renovar, con absoluta normalidad y cumpliendo la ley, los órganos que tenían que haberse renovado. Se entiende mal que alguien que se denomina partido constitucionalista y nos excluye a otros no cumpla la ley y la Constitución. Lo primero para proclamarse constitucionalista es cumplir la Constitución y hacerla cumplir, y también las leyes que dimanan de ella”, ha afirmado.