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El Gobierno confía aún en una investidura inminente y pide a ERC que no convierta la sentencia europea en un obstáculo

La portavoz del Consejo de Ministros, Isabel Celaá, ha implorado a ERC que no convierta la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) en un “obstáculo” en la negociación para la investidura de Pedro Sánchez. “El Gobierno no ha renunciado para nada a lograr la investidura antes de final de año”, ha afirmado Celaá, que ha reconocido, no obstante, que se han presentado “dificultades” en el marco de las conversaciones tras el fallo de Luxemburgo.

“¿Ahora que deberíamos seguir un camino político lo vamos a judicializar?”, ha dicho Celaá en respuesta a la decisión de los republicanos catalanes de congelar la negociación hasta que haya un pronunciamiento de la Abogacía del Estado que sea favorable a sus intereses. El Gobierno trata de desvincular los dos marcos: el político y el judicial. “Ya ha sido bastante la herencia que se nos ha dejado, que es la herencia del 14 [de octubre, en referencia al fallo del procés] por haber tratado lo que era político por el ámbito judicial”, ha llegado a decir.

Celaá ha evitado pronunciarse sobre la posición que deberían mantener los servicios jurídicos del Estado, que tienen cinco días hábiles para enviar al Tribunal Supremo sus alegaciones sobre el procedimiento tras el revés de Luxemburgo. “El Gobierno no le da instrucciones a la Abogacía, que se rige por los principios de legalidad y buscando el interés general. No hay ninguna instrucción al respecto”, ha aseverado la portavoz.

Celaá ha reiterado que la Abogacía del Estado estudia “detenidamente” la sentencia de 24 páginas para elaborar “formalmente” sus alegaciones, tal y como reclamó el Tribunal Supremo a las partes personadas en el procedimiento judicial. En contraposición con ese estudio minucioso del que hace gala el Ejecutivo, la Fiscalía respondió en menos de tres horas oponiéndose a la excarcelación de Junqueras. Sobre esa opción de que el exvicepresidente catalán salga de prisión y se anule su condena para dictarse después de que pueda ser nombrado eurodiputado, la portavoz ha eludido pronunciarse, aunque ha señalando que “es evidente que Junqueras estaba en prisión provisional y ahora no” ya que la sentencia del Supremo es firme. En el Ejecutivo sostienen que Luxemburgo no ha cuestionado esa condena.

En lo que ha insistido la portavoz del Gobierno es en que la decisión del TJUE no debe influir en las conversaciones para la investidura que aún confía pueda celebrarse la próxima semana, aunque en Moncloa son conscientes de que el viraje de ERC es complicado en cuestión de horas. “La sentencia del TJUE que ha permitido que determinadas fuerzas independentistas ayer la percibieran como una victoria personal establece algún obstáculo o pormenor en el camino que veníamos construyendo –ha dicho–. Estas negociaciones para nada se van a ver obstaculizadas en su camino final por lo que al PSOE se refiere”.

Además, Celaá se ha aferrado a las palabras de Junqueras desde prisión, que dijo tras la sentencia europea que no debe incluir esa situación en las conversaciones. No obstante, esas palabras se produjeron antes de que la portavoz de ERC, Marta Vilalta, suspendiera las reuniones con los socialistas hasta que hagan un guiño en el marco del proceso judicial. “En el encuentro político entre dos partes como PSOE y ERC no se atisban obstáculos habida cuenta de que el PSOE está de acuerdo con continuar trabajando el camino político y ERC, por lo que acabo de leerle a Junqueras, también. Ahí no es donde se atisban obstáculos”, ha zanjado.

Al inicio de la rueda de prensa, Celaá ha vuelto a reclamar a PP y Ciudadanos que faciliten la investidura. “Si tanto se preocupan por que el país no dependa de fuerzas independentistas, lo tienen muy fácil, bastaría con su abstención”, ha expresado. Sin embargo, en respuestas a los periodistas ha reconocido que “no hay plan B” a la opción de que Sánchez salga investido con los votos de PSOE, Unidas Podemos, varios minoritarios y la abstención del grupo que lidera Gabriel Rufián.

“Nos habría gustado que lo que hizo el PSOE hubiera hecho fortuna, se hubiera instalado”, ha dicho sobre la abstención de los de Pablo Casado: “Esto debiera ser encauzado y nos evitaría algunos problemas, pero esto no es plan B porque es lo cierto y son hechos ciertos que cuando el PP termina su encuentro con el presidente el pasado lunes sus declaraciones no invitan a pensar que haya podido cambiar de posición”. “Esa vía es inexistente hasta la fecha aun siendo deseable que lo hubiera hecho”, ha acabado.

Preguntada por las últimas quejas de los periodistas y asociaciones profesionales de los informadores sobre la limitación de las preguntas en las ruedas de prensa, Celaá ha asegurado que la intención del Gobierno siempre ha sido responder “genuinamente”, pero ha justificado la discreción en el marco de las conversaciones con ERC: “Son complejas, es complejo, porque se está intentando construir espacios que no estaban construidos igual que cuando tienes que construir un acuerdo cuando todavía no existe y hasta que no exista no lo puedes comunicar si bien el resultado ha de ser transparente. El resultado de los acuerdos ha de ser público”, ha contestado.