Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda las opciones de la Conferencia de Presidentes
La de Santander de este vierrnes es la primera conferencia de presidentes en dos años, pero las expectativas sobre grandes acuerdos son mínimas. Tras meses de disputas públicas entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y de los gobiernos autonómicos, la mayoría del PP, unos y otros acuden a la cita con la convicción de que el momento político impide las opciones de pacto.
En el orden del día figuran asuntos que la ciudadanía sitúa entre sus principales preocupaciones en las encuestas, como la sanidad, la financiación autonómica para los servicios públicos e incluso las políticas migratorias, pero los desencuentros entre PP y PSOE son casi totales. Las partes asumen que quizá, y solo quizá, se puedan producir avances en vivienda, después de que el propio presidente anunciara la creación de una empresa pública durante el Congreso Federal del PSOE.
En las últimas horas, Moncloa ha intentado poner en valor una convocatoria que tiene más peso institucional, en un momento de confrontación extrema y polarización, que político. “Es un hito importante porque es la primera vez que habrá una foto del rey con los presidentes autonómicos. Y eso es relevante en términos institucionales”, valoró esta semana el presidente en conversación informal con los periodistas. Además, a diferencia de la última cita, a la que no acudió Aragonés, estará el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, lo que a juicio de los socialistas es un signo de normalización y de que la crisis territorial está en vías de solución, con el independentismo en mínimos en las encuestas.
El Gobierno ha detallado que a primera hora de la mañana tendrá lugar la foto de familia con el rey Felipe VI, con el que mantendrán un pequeño encuentro hasta las 10.30 horas. A partir de esa hora, Sánchez y la presidenta cántabra, María José Saénz de Buruaga, que ejerce de anfitriona, realizarán una pequeña declaración institucional antes de que arranque oficialmente a las 11.00 la Conferencia de Presidentes, en la que cada mandatario autonómico tendrá un tiempo tasado de diez minutos.
En el encuentro con la prensa de esta semana, Pedro Sánchez se limitó a señalar sobre esa cita lo ya sabido, que la idea del Ejecutivo es “poner el foco sobre todo en vivienda”, la gran preocupación de los ciudadanos y el único capítulo sobre el que existe alguna expectativa de acercamiento entre la administración central y las autonomías del PP respecto al impulso de vivienda pública.
Preguntado por el contenido de la propuesta que llevará el Gobierno, desde el ministerio de Isabel Rodríguez no han concretado qué propuestas trasladarán en la reunión, aunque señalan la voluntad de alcanzar un acuerdo con las comunidades autónomas, en línea con las reivindicaciones de la titular de la cartera de continuar con la regulación, que las administraciones amplíen la financiación que dedican a esta materia y el blindaje del suelo y los recursos públicos a perpetuidad. Además, tienen el foco puesto en la Ley del Suelo, tras el fracaso parlamentario que supuso en mayo que el PP no apoyase la medida, que reclamaban ayuntamientos de todo signo político, informa David Noriega.
Todas las fuentes consultadas en el equipo de Pedro Sánchez coinciden en reseñar que la Conferencia de Presidentes es, ante todo, “un espacio de cogobernanza” pensado como “foro de diálogo”, por lo que rebajan las expectativas de que ahí pueda salir una resolución que despierte el consenso unánime de todas las administraciones. Sí contemplan, en cambio, que se alcancen acuerdos bilaterales con algunos gobiernos autonómicos, un terreno que ya quedó abonado durante la ronda de reuniones que ha llevado a cabo Pedro Sánchez en la Moncloa en los últimos meses con los presidentes de las comunidades autónomas.
En principio, la idea del Gobierno cuando Pedro Sánchez convocó la conferencia fue convertirla en un foro monográfico sobre vivienda, una de las grandes prioridades políticas del Ejecutivo ante la creciente ola de protestas de inquilinos por los precios del alquiler o de la compra de inmuebles. Pero la fuerza de la mayoría de líderes territoriales del PP forzó a incluir en el orden del día la discusión sobre financiación autonómica tras el polémico acuerdo con ERC sobre la “singularidad” fiscal de Catalunya que permitió investir a Illa president.
El PSOE se ha encargado en los últimos meses de intentar aplacar ese debate tanto de puertas para afuera como en el propio seno del partido. Hace dos semanas, de hecho, el congreso federal de los socialistas celebrado en Sevilla consiguió cerrar un acuerdo unánime entre todas las federaciones en el que se aparcó “la singularidad” para subrayar que, ante todo, la reforma de la financiación se abordará de manera “multilateral” y bajo el compromiso de atender las necesidades de todos los territorios. Aunque el Gobierno asume, no obstante, que éste será uno de los caballos de batalla de los presidentes populares durante la cumbre que tampoco tienen una postura común.
Los barones del PP, a una contra Sánchez
La Conferencia estará dominada así por los discursos de los presidentes del PP, que suman la mayoría de los presentes. El vuelco de las elecciones autonómicas de 2023 dio un poder territorial casi inédito al partido de Alberto Núñez Feijóo, quien ahora lo utiliza para hacer oposición al Gobierno central.
Feijóo se ha empeñado en conseguir un frente común de todos sus presidentes autonómicos. Y lo ha logrado, al menos en apariencia. El PP llamó a aquella reunión interna “cumbre de presidentes”, y Feijóo posó frente a todas las banderas autonómicas, incluidas las de aquellas comunidades que su partido no gobierna ni ha gobernado nunca, como Catalunya o Euskadi.
Pese a las diferentes necesidades que hay entre regiones, y los distintos estilos políticos de los barones, el pasado 6 de septiembre la dirección nacional y las autonómicas firmaron en Madrid un documento conjunto de mínimos en el que rechazaron una financiación singular para Catalunya sin ofrecer un modelo alternativo a la reforma del sistema que, todos coinciden, es imprescindible.
El documento también rechazó negociaciones bilaterales de los presidentes con el Gobierno. Pero todos ellos acudieron al Palacio de la Moncloa cuando Pedro Sánchez los convocó a una ronda de reuniones a la que todos los asistentes acudieron con su propia carpeta de peticiones para el Gobierno bajo el brazo. La bilateralidad que habían rechazado previamente para Catalunya ya no parecía tan fuera de lugar si se abordaban las cuestiones de su competencia.
Solo una persona plantó a Sánchez: Isabel Díaz Ayuso. Por Moncloa desfilaron incluso el presidente vasco, Imanol Pradales, quien también asistirá este viernes en Santander a la Conferencia de Presidentes. Y el catalán, Salvador Illa.
Ayuso pidió a sus compañeros de partido que no acudieran a la cita con el presidente del Gobierno. Ninguno le hizo caso y ella tuvo incluso que excusarse a puerta cerrada ante el resto de barones.
Pero este foro es diferente. En las últimas horas múltiples presidentes autonómicos, también del PSOE, han dado por hecho que la reunión tendrá pocos o nulos resultados. No es argumentario. Las fuentes consultadas por elDiario.es tanto entre barones del PP como en el Gobierno central son muy poco optimistas.
Y eso que de los cuatro temas de la agenda que se discutirá, tres de ellos los ha impuesto el PP. Sánchez quería centrar la reunión en vivienda, pero los de Feijóo presionaron para introducir elementos como la sanidad, la financiación o la inmigración.
Todo, para bloquear luego cualquier acuerdo si no imponen su programa al completo. Este mismo mes de diciembre ya pasó precisamente con las negociaciones para reformar la solidaridad interterritorial en la acogida de menores migrantes y que el portavoz parlamentario de Miguel Tellado cortocircuitó. El Gobierno mira ya a sus socios parlamentarios.
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