El Gobierno abraza la teoría de las redes de desinformación rusas para desvirtuar al independentismo catalán y reforzar el apoyo de Bruselas. Tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como los ministros de Exteriores y de Defensa apuntan a la injerencia rusa en la crisis catalana mediante la “manipulación y desinformación” desde redes en Rusia contra el “desarrollo democrático” en Catalunya y la Unión Europea.
La publicación por el diario El País del encuentro entre uno de los promotores del independentismo catalán, el empresario Oriol Soler, y el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, en la embajada de Ecuador en Londres ha sido la última prueba, a juicio del titular de Exteriores, Alfonso Dastis, de los “muchos indicios que apuntan a que este señor y otros tratan de intervenir, de manipular y de afectar a lo que debe ser el desarrollo democrático natural en Catalunya”.
Assange se ha mostrado en numerosas ocasiones como un ferviente partidario del proceso independentista catalán, exigiendo la intermediación de la Unión Europea frente a lo que el fundador de Wikileaks ha denominado como “represión muy grave y brutal” del Estado español.
Movimientos antieuropeos
Sin embargo, el Gobierno español ha contraatacado asegurando que el objetivo de la manipulación informativa lanzada desde Rusia tiene como objetivo la desestabilización de la Unión Europea. En una entrevista en el diario alemán Handelsblatt el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, señaló que “todas las actividades para el apoyo a la independencia de Catalunya se canalizaron en las redes sociales por las mismas vías que otros movimientos claramente antieuropeos como el Brexit o el populismo de extrema derecha”.
Aunque el Gobierno ya había conseguido un claro posicionamiento de las instituciones comunitarias y los partidos europeos a favor de la aplicación del artículo 155 para la intervención de la autonomía Moncloa pretende una mayor involucración de la Unión Europea en el problema catalán como defensa del bloque comunitario antes la intromisión digital de la posverdad dirigida desde territorio ruso.
“La independencia catalana no estaba dirigida solamente contra España sino contra toda Europa, porque atenta fundamentalmente contra valores europeos como el Estado de Derecho o los derechos de las minorías. El presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker dijo con mucha razón hace poco que la Unión Europea consta de 27 Estados, no de 98”, destacaba Rajoy en la entrevista en el diario alemán.
El mes pasado el eurodiputado del PP Esteban González Pons envió una carta al resto de parlamentarios de la Eurocámara en la que avisaba de que pondría sobre la mesa pruebas del apoyo de redes rusas al movimiento secesionista catalán “en un campo de batalla geopolítico donde se está poniendo en riesgo la estabilidad y el futuro de la Unión Europea”. Esas pruebas no se hicieron públicas ni llegaron entonces a la Eurocámara.
Dastis llevó este asunto a la reunión de ministros de Exteriores de la UE de este lunes, aunque posteriormente aclaró que no es un asunto introducido en la agenda europea sino que aportaba información para desarrollar un debate más amplio.
Cifras difíciles de constatar
El Gobierno tiene la dificultad de aportar pruebas solidas sobre la influencia real de estas campañas sobre la población. Rajoy asegura que “en las cuentas españolas de Twitter sobre el tema catalán había muchos perfiles falsos. Más del 50% están registrados en Rusia y un 30% en Venezuela. Tan solo el 3% de las cuentas eran reales”.
Sin embargo, la ministra de Defensa, Dolores de Cospedal, admitió que era difícil ofrecer datos concretos porque la cifra “está cambiando todos los días”. Cospedal sí que subrayó como evidencia “que muchas de las actuaciones venían de territorio ruso, no sabemos si exactamente del Gobierno ruso. Y algunas han sido replicadas desde territorio venezolano”.
“Ahora se está en fase de análisis y de prospectiva sobre cuáles son las entidades, porque no se puede decir con total certeza que sea el Gobierno ruso. Es importante que sepamos que hay ciertas entidades que pueden ser públicas o privadas que tratan de injerir en las políticas nacionales, que tratan de afectar y crear situaciones inestables en Europa, y que tenemos la obligación de declararlo abiertamente, de que lo conozca la opinión pública y, también, de luchar contra ello”, concluyó Cospedal.