Gorka Villar siempre ha ido de la mano de su padre Ángel. Abogado especialista en derecho deportivo con experiencia en el despacho de abogados Sagardoy, entró en la Conmebol -la Confederación Sudamericana de Fútbol- como asesor y escaló hasta la Dirección General. Acabó saliendo entre acusaciones de corrupción para regresar al lado de su padre y dirigir la campaña de su enésima reelección.
Agentes de la Guardia Civil han detenido a ambos este martes en el marco de la operación Soule, que investiga si Villar padre utilizó a la Selección Española de Fútbol para organizar partidos con otros combinados nacionales y adjudicar los servicios necesarios a empresas de su hijo, así como “otras relaciones comerciales” necesarias para la celebración de esos encuentros internacionales
Gorka es el administrador único de la empresa Sports Adviser, una consultora donde trabaja junto a otros dos socios y que factura cerca de 900.000 euros anuales. Como abogado ha defendido a Alberto Contador de las acusaciones de dopaje y ha sido el letrado de Maradona ante la FIFA cuando fue expedientado por insultar a la prensa.
Pero la labor que atrajo el foco de la opinión pública y de la Justicia ha sido su puesto en la Conmebol, a la que accedió gracias a la amistad de su padre con Julio Grondona, presidente de la Asociación Argentina de Fútbol durante más de 30 años. Gorka fue nombrado el 5 de diciembre de 2014 y dimitió menos de dos años después, en julio de 2016.
Tan solo unos meses después de acceder al cargo se truncó su carrera. La policía suiza detuvo a Eugenio Figueredo, quien había ocupado el cargo de presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol y el de vicepresidente de la Conmebol. Esa operación se bautizó más tarde como 'Fifa-Gate', el mayor escándalo de corrupción dentro del fútbol.
Figueredo fue extraditado a Uruguay, su país de origen, y allí decidió colaborar con la investigación y tirar de la manta. Reveló que los directivos de la Conmebol percibían generosas retribuciones sin control ninguno. Las suyas ascendían a 40.000 dólares mensuales. Durante esa declaración, este octogenario directivo del fútbol señaló directamente a Gorka Villar.
Aseguró que el director general de la Conmebol era el encargado de extorsionar a los clubes uruguayos que se quejaban de la venta a la baja de sus derechos. Esos equipos denunciaron que la Conmebol adjudicaba sus derechos a empresas que pagaban menos que otras, pero que conseguían las licitaciones gracias al pago de comisiones.
El hijo de Villar comandó una ofensiva de amenazas a esos clubes que incluía la posibilidad de expulsarlos de la Conmebol y que no pudieran jugar. Los clubes relataron al fiscal del caso que retiraron la denuncia tras las presiones de Gorka. José Luis Chilavert, exjugador uruguayo, lo definió como “el cerebro de la mafia corrupta que ha gobernado el fútbol sudamericano”.
En medio de esa investigación, Gorka Villar abandonó la Conmebol cuando su padre se presentó a presidente de la UEFA y dirigió su campaña en la última reelección como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Entremedias estuvo envuelto en otra polémica por el billete en primera clase a un Congreso en Colombia: costó 5.623 euros y lo pagó la RFEF.