El socio de Granados declara que le pidió “quemar en un día de niebla tres carros enteros con documentación”

El exvicepresidente de la Comunidad de Madrid y mano derecha de Esperanza Aguirre en el PP regional, donde era su número dos, tenía un plan para deshacerse de toda la documentación comprometida que guardaba su socio, el constructor David Marjaliza, señalado como el cerebro de la trama Púnica. 

Lo ha contado el propio Marjaliza en la tercera sesión del juicio del caso Talamino en el que se aborda el chivatazo que Granados recibió de un Guardia Civil durante una noche de copas, en la madrugada del 6 de septiembre de 2014, sobre la investigación en marcha contra ellos. Según el constructor, Granados le avisó a la mañana siguiente de que había agentes de la Guardia Civil “haciendo cosas, seguimientos o algo” en las inmediaciones de sus negocios en la localidad de Pinto. 

La instrucción que le dio Granados quien le dijo que la historia tenía “muy mala pinta”, fue la de “quemar durante un día de niebla” la documentación que guardaba en el edificio Eboli, sede de una de sus empresas, donde guardaba contratos que la trama logró de diferentes instituciones públicas, expedientes e información de la Comunidad de Madrid, licitaciones de otras administraciones y facturas sin declarar, informa Europa Press. 

A raíz de ese aviso, se produjeron varias reuniones entre los socios de las empresas de Marjaliza y este dio órdenes de comprar nuevos teléfonos móviles, formatear los discos duros de sus ordenadores y el de su personal de confianza y transportar el dinero en metálico a Madrid. 

Marjaliza que decidió hace más de un año tirar de la manta para propiciar su salida de prisión, también contó que los apuntes sobre regalos y pagos en B que la trama realizó a diferentes responsables políticos, entre ellos el propio Granados, estaban todos en una libreta. Los que recibía el expresidente de la Comunidad de Madrid se registraban como “futuro” y los que iban a parar al exalcalde de Valdemoro José Miguel Moreno, sucesor de Granados, se apuntaban como “futuro 2”. 

Por el juicio pasó también la secretaria de Marjaliza, Ana María Ramírez, quien confirmó la existencia de dicha libreta en la que durante los últimos quince años anotaron “todos los meses” cantidades que oscilaban entre los 20.000 y 50.000 euros aunque no ha aclarado a qué concepto respondían ni quienes eran los beneficiarios, al margen de los dos exediles de Valdemoro. “Eran grandes cantidades de dinero”, ha respondido cuando le preguntaron los abogados de las partes.

Quien fuera mano derecha de Marjaliza también admitió haber guardado bajo  su colchón mucha información sobre cuentas bancarias en el extranjero a petición del constructor, que decidió no quemar esa información. Tanto Marjaliza como Ramírez están imputados en la pieza principal de la trama Púnica que sigue instruyéndose por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional.