Al menos dos de los jóvenes acusados de la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en el bar Koxka de Alsasua participaron en septiembre de 2016 en una manifestación en Etxarri Aranatz (Navarra) organizada por el “entorno de la disidencia de ETA”. La “parte más radical de la izquierda abertzale que no atiende la línea oficial del cese la violencia de ETA”. Así lo ha asegurado este lunes un miembro del Servicio de Información de la Guardia Civil que ha declarado en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional sobre la supuesta agresión que sucedió en octubre de 2016.
El capitán, que ha tomado parte en la vista tanto como testigo así como en calidad de perito, ha hecho mención a esa manifestación para argumentar que el supuesto ataque a los guardias civiles fue una acción “organizada”. No fue un “hecho aislado”, ha asegurado. Ha hablado, así, de cuatro “antecedentes” que probarían esa premeditación y que demostrarían un contacto previo entre los acusados y el teniente de la Guardia Civil agredido.
Respecto a la marcha de Etxarri Aranatz, ha asegurado que se trató de una movilización “atípica” porque quienes la organizaban eran del “entorno más radical”, y ha explicado que en la misma se identificó a los acusados Jokin Unamuno –en prisión provisional y para quien la Fiscalía pide 50 años de cárcel– y a Adur Ramírez de Alda –también en la cárcel y para quien se solicitan otros 50 años–.
Asimismo, ha señalado que ambos acusados así como otros de los que se sientan en el banquillo de los acusados –ha mencionado a Aratz Urriozola y a Julen Goikoetxea– participaron en actos del Ospa Eguna –Día de la Salida de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado de Navarra– de diferentes años, o en reuniones preparatorias de dichos actos. Y que Unamuno y Ramírez de Alda también fueron identificados el 12 de octubre de 2016 a las puertas de la iglesia en la que se iba a celebrar una misa en honor de la patrona de la Guardia Civil por intimidar a los asistentes. También ha asegurado que Ramírez de Alda repartió “panfletos” sobre una concentración contra la jornada de puertas que celebró la Guardia Civil el 15 de junio de 2016.
En la jornada de este lunes, la sexta del juicio a los jóvenes de Alsasua, también ha declarado la médico forense que examinó a los dos guardias civiles y sus parejas agredidos. Ella ha asegurado que sus heridas eran “compatibles” con las patadas y puñetazos de las que dijeron haber sido víctimas en la madrugada del 15 de octubre de 2016. La forense de Pamplona que exploró a los agentes un mes después de la agresión ha relatado cómo las heridas de los guardias civiles respondían a golpes que recibieron, y concretamente en el caso del teniente, que sufrió las más graves, no pudieron ser fruto de un tropiezo como afirmó algún testigo de la defensa.
Al teniente, ha explicado, se le rompió el tobillo por dos sitios, lo que es muy “poco probable” que responda a un tropiezo con un bordillo, que suele causar esguinces. “Tiene que ser algo que haya impactado con ese tobillo directamente con alta energía”, ha explicado sobre esta lesión. También presentaba una herida en el labio que tampoco puede, a su juicio, responder a una caída. “Cuando te caes te das en las partes sobresalientes de la cara, pero el labio no es una parte saliente, es más compatible con un puñetazo”, ha dicho.