Jesús Montero (Valdeolea, Cantabria, 1963) recibe a eldiario.es en el pequeño despacho que el Consejo Ciudadano de Madrid tiene reservada en La Morada de Podemos en la capital. Se cumplen 81 años del final de la Batalla de la Ciudad Universitaria de la Guerra Civil, el primer gran envite en el que participaron las Brigadas Internacionales y un enfrentamiento crucial en la contienda ya que el ejército leal a la República detuvo el avance de las tropas sublevadas.
Montero rememora aquella batalla antes de responder sobre los motivos que le han llevado a no volver a competir por la Secretaría General de Podemos en la ciudad de Madrid y dejar, al menos de momento, la primera línea de la política. Montero muestra su apoyo a la candidatura de Julio Rodríguez frente a la “irresposabilidad” de los Anticapitalistas que optaron por presentar una lista propia. Cree que el general garantiza más que su rival, Isabel Serra, las opciones de que Manuela Carmena repita como candidata y de revalidar el Ayuntamiento en 2019: “En cuatro años no hacemos irreversible el cambio. Hace falta otra legislatura de Carmena”.
Sobre su futuro político, deja caer una petición que, dice, todavía no ha hablado con su secretario general, Pablo Iglesias: “Si me preguntaran qué representación popular me sentiría muy honrado con ser diputado en el Congreso por Cantabria”.
¿Por qué no repite como secretario general de Podemos Madrid ciudad?
Es una razón política, una convicción que siempre he mantenido desde que milito, y es la necesidad de la temporalidad del mandato político, de los relevos como algo natural y no conflictivo. Venimos a hacer política, no a que la política nos cambien a nosotros. Sí creo que tiene que haber liberados y profesionales para que los políticos no sean solo terratenientes y notarios, pero esa profesionalización tiene que ser temporal.
¿Un solo mandato es suficiente?
En mi caso tiene que ver con la aceleración política que hemos vivido. Para mí son seis años intensísimos desde el 15 de mayo de 2011. Primero la Puerta del Sol, luego la asamblea popular del Barrio de Puerta del Ángel, en enero de 2014 el paso adelante de Pablo [Iglesias], me meto en la campaña electoral, fundo el Círculo de Puerta del Ángel, elecciones europeas, equipo técnico de Vistalegre, entro en el Consejo Ciudadano Estatal en otoño y en diciembre de ese mismo año hacemos la asamblea municipal. Y desde enero de 2015, tres años con elecciones municipales, autonómicas y dos generales. Y como seis u ocho primarias. Hay un cierto cansancio y alguna decepción. Y el cansancio merma las ganas y las decepciones, la ilusión.
¿Cuál ha sido la mayor decepción? ¿No haber ido en las listas electorales de Ahora Madrid?
No, lo dije cuando fui elegido lo dije en la rueda de prensa. Era un mandato de Vistalegre, que las Secretarías Generales no se presentaran en las candidatura de unidad popular. Hubo compañeros que no lo cumplieron, pero yo sí.
¿Decepción? Algunas he tenido pero forman parte de la experiencia personal, no tienen que ver con lo político y no merece entrar en detalle. Pero, además, es el convencimiento de mostrar la casilla de salida, de hacer la pedagogía de que tiene que haber cambios y relevos y que no puede ser fruto de combates y peleas.
¿Una decepción política general? En el artículo que publico en abril de 2014 para hacer público que estoy en Podemos, dejo dicho: “Sé qué tiempos vendrán”. Sabiendo que más tarde o más temprano habría conflictos de poder. Pero nunca pensé que llegaran tan pronto.
¿Eso es fruto de la acelaración política que mencionaba antes?
De tanto ser una exitosa máquina de guerra electoral nos ha oxidado. La aceleración a todos nos ha hecho no envejecer, pero sí crecer como cuando los adolescentes dan el estirón.
¿Reconoce en el Podemos de hoy el Podemos de 2014?
Sí, en los círculos. La gente reuniéndose semanalmente, organizando actividades y charlas, acudiendo a las manifestaciones. Ahí está el mismo Podemos. Y ahora hay mejor dirección porque están más formados porque esto es como un máster. Tiene que ver con 2014 la voluntad de transformar la indignación en cambio político. SE ha perdido la improvisación y el emprendimiento sin manual. Ahora yo creo que tenemos manuales, lo que te hace eficaz pero con menos magia, lo que decía Íñigo [Errejón] de que Podemos era “sexy”. Yo nunca me creí lo del sexy, pero sí lo de la magia.
¿Se ha cerrado ya el ciclo que se abrió en 2014 o Catalunya muestra que esto no es así?
Catalunya nos muestra que el cambio está todavía por hacer. El lema de la campaña de las europeas era 'Recupera la ilusión' de votar. Y yo recuperé la ilusión de votar y de volver a militar, que lo dejé en 1998 después del intento de construir una nueva izquierda y ante la deriva de Nueva Izquierda de ingresar en el PSOE. Luego con ICV intentamos construir una izquierda verde federal pero en las municipales y autonómicas de 1999 cuelgo las botas. Seguí militando socialmente y en el sindicato, pero en 2014 recuperé la ilusión de organizarme colectivamente para cambiar mi país.
Hablaba de las decepciones, pero desde 2014 hasta hoy habrá habido momentos de satisfacción. ¿Cuáles son?
La gloria. Ha sido la gloria. La elección de Manuela como alcaldesa. Aquella noche del 24 de mayo de 2015 en la Cuesta de Libreros, donde se seguía el recuento, se nos acercaban a los periodistas gente del equipo de campaña a preguntar cómo iba el recuento. Y cuando todavía Ahora Madrid estaba lejos de poder gobernar había algunos a los que casi se les notaba cierto alivio. Fue la oportunidad de la izquierda de arrebatar Madrid a la derecha 25 años después pero a la vez el riesgo era enorme para el proyecto.
La responsabilidad. Yo te confieso que esa noche no me quedé tranquilo hasta que no me confirmaron que entraba José Manuel Calvo, que iba el número 20 como consecuencia de las distorsiones democráticas que generó el método Dowdall en las primarias. La gloria fue que el PSOE iba a tener que votar a Manuela y que Manuela iba a ser alcaldesa. Pero hasta que no se confirmó el 20...
¿Por qué?
Porque José Manuel Calvo era el más solvente para esa responsabilidad, era el doctor arquitecto, el urbanista. Fueron muchas mañanas juntándonos a tomar café a preparar el programa, las propuestas. La seguridad de saber gobernar lo daba el liderazgo moral e intelectual de Manuela y la solvencia profesional de José Manuel. Luego, por supuesto, las capacidades políticas de Rita [Maestre], Jorge Castaño que lo conozco desde los 18 años, Esther Gómez que la conocí en IU, Barbero, al que conocía de la Coordinadora de Barrios, o Guillermo Zapata, al que conocía de las luchas en la universidad.
Esa noche yo me fui de Libreros al Reina Sofía a disfrutar de los otros éxitos porque entramos en 13 parlamentos autonómicos, incluido Cantabria con tres diputados. Esa noche fue mágica.
El día de la investidura de Carmena fue la plana mayor de Podemos al Palacio de Cibeles. Había pasado un mes desde las elecciones, estaba claro que iba a ser alcaldesa pero nadie lo daba por seguro...
¡Hasta que no se contara el último voto! Con un tránsfuga se hubiera jodido.
¿Realmente existió la posibilidad de que Carmena no fuera alcaldesa?
Esta derecha le hizo una moción de censura a Juan Barranco [alcalde socialista en 1989] y eligió a Rodríguez Sahagún que tenía cuatro concejales. Esta derecha hizo el tamayazo, origen de muchos de los males de la política madrileña. Había la duda sobre la posibilidad de un tránsfuga porque Ciudadanos ahí ya se había retratado: dio el gobierno a Susana Díaz en Andalucía y a Cristina Cifuentes en la Comunidad y no dio el voto a Manuela Carmena, lo que demostraba que no era una fuerza del cambio sino una fuerza de restauración del régimen bipartidista. Ahí había concejales con mucha frustración personal y política que se podían volver majaras a poquito que recibieran un impulso. Yo creo que el PP, si lo pensó, no se atrevió. No podía haber un tamayazo 2.
El otro día alguien me recordaba, y es verdad, que la foto que mejor refleja mi satisfacción por todo esto vivido es la imagen en la balconada del Pleno del Ayuntamiento con Juan Carlos [Monedero], Íñigo, Pablo y José Manuel López. La cara que yo tengo ahí más transparente no puede ser.
Vamos a avanzar hacia el proceso de primarias. Cuando anunció que no iba a intentar repetir como secretario general no quiso señalar a ningún sucesor. Ahora ya hay dos candidaturas constituidas, la de Julio Rodríguez y la de Isabel Serra. ¿Cuál es la que usted apoya?
Dices bien que no pronuncié ningún candidato, mucho menos sucesor, porque aspiraba a una única lista.
Una lista única evita titulares y que se enconen problemas personales, pero casi va contra el espíritu fundacional de Podemos que partía de la base de que siempre había que someterse a los inscritos.
Yo aspiraba a una lista única porque el Consejo Ciudadano Municipal saliente funcionó desde enero de 2015 como consejeros y consejeras, como un equipo. Las equipaciones de las primarias que ganamos se quedaron atrás. Y Vistalegre 2 ha sido este mismo año. Yo veía que someter por tercera vez en menos de un año a los inscritos e inscritas, a los activistas de los círculos, a un proceso interno no era bueno. Cuando Anticapitalista decide presentar su lista ya no podemos aspirar a una candidatura unitaria, aunque yo creo que la que encabeza Julio Rodríguez es muy unitaria. Desde luego inclusiva.
Es verdad que hay una paradoja y si no hay competición en las primarias de Podemos no hay movilización. Pero yo creo que la participación de los inscritos es como otro leit motiv del partido y creo que la competición entre ambas listas no tendrá el carácter cruento con el que los medios pueden querer observar los debates internos de Podemos. Pero sí creo que hay una diferencia política que los inscritos deben avalar y si en Vistalegre 2 nos pidieron “unidad”, ahora hay que refrendar esa unidad. Primero, votando. Y, en mi opinión, hay que votar a la lista de Julio Rodríguez porque recoge esa aspiración de unidad.
¿La unidad no puede ser entendida a veces como uniformidad?
Yo respeto a Podemos en Movimiento. Cuando presentan esa lista distinta es para ejemplificar su diferencia política. A mí me gustaría que reflexionaran porque no pueden ser persistentemente la diferencia. Eso lo que hace es que las diferencias pierdan valor. Si siempre eres la diferencia, te conviertes en un jarrón chino.
Pero además Julio Rodríguez me parece el ejemplo de la ciudadanía empoderada. Podemos sin el activismo social y la militancia política histórica no hubiera construido desde 2014 lo que ha construido. Pero el objetivo era transformar la indignación en cambio político y que la gente haga política. Y que ciudadanos y ciudadanas como Manuela o Julio den el paso adelante me parece que es el indicador de que cumplimos para lo que nacimos. Por eso no entiendo las resistencias. Los que venimos de las izquierdas sabemos que siempre ha habido lo que en otros periodos históricos se llama desclasamiento.
Un desclasamiento a la inversa.
Claro. Pero es que históricamente ha sido así. Engels era un patrono de Manchester. Marx, Trotsky o Lenin eran ilustrados.
¿Repetirá Manuela Carmena en 2019?
Yo confío en que sí. Espero. Deseo.
¿Qué falta para que Carmena dé ese paso?
El objetivo es revalidar la Alcaldía y si nos ponemos a hablar de la sucesión dejamos de gobernar y entonces no llegaremos a revalidar.
Si Carmena dijera que quiere repetir, ¿hay quien intentaría evitarlo? ¿Alguien podría moverle la silla a la alcaldesa?
No creo. Serían unos insensatos e insensatas. La razón por la que Manuela debería continuar es el convencimiento de que en cuatro años no hacemos irreversible el cambio después de dos décadas y media del PP. Hace falta otra legislatura más con Manuela como alcaldesa. Espero que esta necesidad política ella la comparta y en otra muestra de generosidad dijera que sí. Y ahí ya nos pondríamos a preparar no un programa electoral, sino un programa de gobierno 2019-2022, y una lista 'top'.
Esa labor de preparar un plan de gobierno municipalista es el próximo propósito de Jesús Montero, ¿cómo lo va a hacer?
Yo formo parte del patronato del Instituto 25 de Mayo [la fundación de Podemos] y he comentado tanto a la dirección como a Julio Rodríguez que desde aquí me gustaría poner en marcha un laboratorio de políticas municipales. Y que ese laboratorio reuniera a personas de la academia, de la universidad, concejales, técnicos, sociedad civil, etcétera. Y que sea un taller permanente de diagnosis y prognosis que ayude a la dirección municipal de Podemos, espero que con Julio como secretario general, a poder aportar una propuesta programática para el nuevo Ayuntamiento. Conociendo la intensidad de la actividad política, donde la urgencia va quitando tiempo a lo importante, las direcciones muchas veces no tienen tiempo para reflexionar y elaborar propuestas programáticas. Lo que yo pueda impulsar desde el Instituto 25 de Mayo, desde MuniLabor, será mi forma de colaborar con la nueva dirección, salga quien salga.
Ahora que no será secretario general, ¿se plantea formar parte de las listas de Ahora Madrid en 2019?
No. No. Llevo 36 años en Madrid. Mi hijo ha nacido en Madrid. En los 80 yo decía 'Madrid me mata y Santander me quema'. Pero si me preguntaran qué representación popular me sentiría muy honrado con ser diputado en el Congreso por Cantabria.
Eso es algo que está en el horizonte próximo. Quizá coincidan en el tiempo y todo.
Pues me lo plantearía.
¿Lo ha hablado con Pablo Iglesias?
No. Lo que sí voy a hacer es intentar que la lista liderada por Manuela Carmena en 2019 sea aún mejor que la que hay ahora.
En estos dos años y medio ustedes han denunciado que el Gobierno municipal ha sufrido ciertos desequilibrios que tienen su origen quizá en cómo se gestó Ahora Madrid. ¿El líder de Podemos en Madrid debería formar parte de las futuras listas?
Sí, sin duda.
¿Esos desequilibrios cómo se corrigen sin perder esas esencias del Podemos de 2014 que comentábamos antes?
En 2019 hay que presentar la fórmula de éxito 'Ahora Madrid' renovada. Esa fórmula es la fuerza electoral de Podemos y el liderazgo moral e intelectual de Manuela. Y en tercer lugar, por peso, la reunión de las fuerzas del cambio. Las tres deberían persistir. Ahora, ¿cómo renovar esa fórmula? Pues hay que renovar también los procedimientos, el programa, el partido instrumental debe dejar paso a una coalición ciudadana política y social, etcétera. En 2015, en seis meses elegimos al Consejo Ciudadano, cerramos el acuerdo con Ganemos, Manuela dijo sí, preparamos el programa y la campaña... Para 2019 no deberíamos empezar en enero de ese año, sino mucho antes.