El debate sobre la inmigración y la frontera sur de España sigue estancado en el mismo punto que hace 10 años. Sólo han cambiado los actores políticos, aunque no de nombre sino de posición: quienes entonces estaban en la oposición están hoy en el Gobierno, y viceversa.
Ante la gravedad de la situación, y con 15 personas muertas, la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, pidió el miércoles al PSOE que no use la tragedia de Ceuta en beneficio propio: “El señor Rubalcaba, como exministro de Interior, debiera saberlo. Si antes era asunto de Estado, ahora también debe serlo”. Pero ¿fue realmente un asunto de Estado?
En 2005, la frontera de Melilla vivió un episodio similar al que la semana pasada ocurrió en Ceuta. Seis inmigrantes murieron al ser repelidos por las fuerzas de seguridad marroquíes antes de que pudieran entrar en territorio español. El PP, entonces en la oposición, exigió inmediatamente responsabilidades al Gobierno, como se puede recordar con esta nota de prensa del partido emitida en aquellas fechas.
El entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy, calificó los hechos “como uno de los más graves de los últimos 25 años” y pidió al jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que exigiera a Marruecos una solución a la situación humanitaria de quienes querían cruzar la frontera.
Rajoy achacaba los males a “las políticas de inmigración” del Ejecutivo. No en vano en mayo de 2004, apenas un mes después de que el PSOE accediera al Gobierno, el PP votó en contra de un pacto de Estado por la inmigración que sí apoyaron el resto de grupos del Congreso.
Meses después, a la vuelta de las vacaciones del verano, Rajoy tomó la decisión de usar la inmigración como arma contra el Gobierno de Zapatero, según publicó el 4 de septiembre de 2004 El País.
¿Y qué decía el partido en el Gobierno? En una entrevista concedida a medios del Grupo Zeta, el entonces ministro de Interior, José Antonio Alonso, mostraba mano dura con los inmigrantes: “El mensaje debe ser claro para los sin papeles: el que entra, sale inmediatamente”.
Cerca de una década después, las tornas del poder han cambiado pero las consignas suenan muy parecidas. Quien entonces negaba el pacto de Estado hoy lo esgrime, y aquellos que entonces lo pedían claman hoy por una comisión de investigación que arroje luz sobre la tragedia.
Pero tampoco han cambiado los titulares periodísticos y la información que aportan fuentes oficiales. Tras la última tragedia, El País publicó el contenido de un informe policial con el siguiente dato: “30.000 subsaharianos preparan el salto a Europa por Ceuta y Melilla”.
En 2005, otro documento con datos de la UE y la ONU ofrecía la siguiente información.