El arma más importante de José Luis Ulibarri, cabecilla de la Operación Enredadera, no eran ni sus hombres, ni sus contactos: eran sus medios de comunicación. Gracias a ellos presionaba, quebraba voluntades y sobre todo, sacaba dinero, bien mediante publicidad bien mediante adjudicaciones.
En la Junta de Castilla y León se estableció hace un tiempo un sistema de 'grupos' para el reparto de publicidad institucional basados en audiencias y difusión. En enero de 2018, el objetivo de los hombres de Ulibarri era cambiar de grupo y entrar a uno con más cupo. Eso es lo que trató en una llamada el 26 de enero de 2018 a las 19.08 con el director del periódico Diario de León, Joaquín Sánchez Torné. Este se había reunido con 'El Pica', el apodo por el que se conoce al todopoderoso consejero de Presidencia de la Junta, José Antonio de Santiago Juárez. Esa misma mañana había aceptado una subida al grupo, pero sin cerrar nada. Es más, no le precisó como era el reparto por medios. Ningún medio sabe lo que reciben los demás.
El intento también se hizo por otro de sus hombres en Radio Televisión Castilla y León, Florencio Carrera, que tampoco sacó información clara al consejero. Torné dice que se ha hablado de llegar “a quinientos veinte, quinientos algo” y Ulibarri le dice que no se cubra tanto y que “apriete”. El problema es que Diario de León va por un lado y Diario de Valladolid-El Mundo por otro, y el consejero no le da cifras. El siguiente tema que tratan es el de su amigo “Juanito Valderrama”, o lo que es lo mismo, Juan Manuel Martínez Majo, presidente de la Diputación de León con una relación complicada con Ulibarri.
Esa misma mañana, el director de Diario de León había recibido una llamada suya quejándose por un titular. La respuesta de Ulibarri es que le diga que él no se dedica al periodismo. Y Sánchez Torné replica que le ha dicho que Martínez Majo abría fuego “contra todo dios sin medida” y que ellos lo criticaban. Ulibarri le pide lo mismo: “apriétale más eh”, porque según sus informaciones “está haciendo la batalla por su cuenta, a su aire total”. Sánchez Torné le comenta que en un acto el día anterior con el alcalde de León, Antonio Silván, le había comentado que Martinez Majo “o está loco o es que no se entera de nada”. Aún así, Ulibarri insiste: “tú dale una vuelta de tuerca o dos”. “Poco a poco le vamos a ir...”, masculla Sánchez Torné.
A continuación le toca el turno “al del pañuelo”. Aunque no dicen el nombre se refieren al consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez Quiñones, conocido como “pañuelitos” por su afición a llevar un pañuelo en el bolsillo superior izquierdo del traje. Ulibarri dice: “y al del pañuelo, no, no lo he visto, joder”. Sánchez Torné sigue hablando de Martínez Majo, y de que en el editorial ya le dan “cera” y le critican que “abra batallas con todo el mundo, innecesarias y absurdas”.
Ulibarri arremete entonces contra el medio Leonoticias porque han publicado sobre él una noticia errónea, sin contrastar. “No se entera nadie de nada, esto es un país de locos eh”. El director de Diario de León añade que Leonoticias “se lo inventa todo”, y Ulibarri sigue diciendo que no se entera de nada. Hablan de Seralia, una sociedad que desde hace cuatro años no es de Ulibarri, como si aún fuese suya. Enseguida vuelve a por el presidente de la Diputación: “A Junan ponle, ponle en el punto de mira y entretente, que si se queja es que le duele”. “Hostia le está doliendo mucho porque... y además él es así, es bobo” responde el director del rotativo. “Profundiza ahí eh, porque vas a arreglar el daño”, finaliza Ulibarri.
Esa guerra contra Martínez Majo comienza a dar resultado el 1 de febrero. Adriana Ulibarri llama a su padre para comentarle que ha coincidido en una comida con Martínez Majo. “Estaba muy disgustado”, le avanza, y su intención es llamarle, porque dice, tiene buena relación con Ulibarri. Este responde a su hija que hace seis meses que no se ven. Ulibarri le comenta que también estuvo con Joaquín y que el político “empieza a estar preocupado”. Su hija es más gráfica: “tenía una cara de desencajado que no te puedes ni imaginar”. El padre cuenta que “ya una vez le costó todo un año arreglar los problemas con él”. El presidente de la Diputación le dijo a Adriana que no sabía por qué Ulibarri estaba enfadado, y ella le remarcó que estaba “muy enfadado”. “Y me dice e insiste, es que no sé por qué, es que no sé”, relata ella. “Pues que mire el contrato quien lo tiene, es muy sencillo”, replica el padre. “¿Se lo ha dado a otro no?”, concluye ella. “Pues a Carflor y a Seralia, entonces qué quiere ¿que esté contento? Estaré contento con el alcalde (Antonio Silván) que nos lo hemos llevado nosotros”, comenta.
Florencio Carrera, el directivo de la tele, también hace otro tipo de trabajos para Ulibarri que poco tienen que ver con la comunicación social. En una llamada el 11 de octubre de 2017, informa a Ulibarri de que la alcaldesa de La Cistérniga -ayuntamiento investigado por el juez del caso- le ha mandado un mensaje y que está a punto de sacar el pliego para construir una residencia, por lo que Florencio se ofrece a hablar con 'Álvaro de Madrid' a lo que Ulibarri asiente indicando que “la Fiscalía es buen sitio”. Florencio dice que la política ha estado “muy amable”. Ulibarri le dice que si está contenta y Florencio asiente y dice que es “por el trato” que le dan y que tiene razones para estarlo. “También se porta, lo que le pedimos siempre responde”. afirma.
Su socio Ángel Luis García, en cambio, considera que tanto el alcalde Silván como los directores de Diario de León y Diario de Valladolid-El Mundo son empleados de Ulibarri, tontos útiles. De Silván en concreto dice que “si se mueve un poco lo pone en la puta calle” y que tiene miedo de Ulibarri porque Diario de León tiene cosas que pueden perjudicarle. Así lo relataba en una llamada telefónica en febrero de este año a su secretaria y que aparece señalada por la Udef como “amante” y “querida”. El mismo apelativo de “tonto útil” usa para los alcaldes de Palencia, Astorga o Ponferrada.