“Me lo he pasado pipa en esta campaña”, ha admitido Miquel Iceta en el mitin de cierre justo antes de poner en pie a los cerca de 700 socialistas que han acudido al acto al grito de “¡Viva Cornellà, viva el Baix Llobregat, viva Catalunya!”. El candidato socialista, que se ha atrevido a bailar, ha hecho un largo último discurso en el que ha esbozado sus planes si es presidente de la Generalitat y en el que ha marcado diferencias con todos sus rivales.
Lo ha dejado para la parte final final, pero ha llegado el ataque a Ciudadanos, el principal rival del PSC, al que robaron gran parte de sus graneros históricos de voto. Iceta trata de demostrar a esos exvotantes que el PSC vuelve a estar ahí, que ha borrado los resquicios del referéndum pactado, que huye de ERC y que es una opción progresista. El último dardo lo ha lanzado contra Ciudadanos recordando su apoyo al PP en la investidura: “El PSC votó 'no' a Rajoy y Ciudadanos votó que sí”. Algunos estrategas socialistas consideran que el electorado catalán penaliza el acuerdo con Rajoy.
La apuesta de Iceta es arriesgada dado que el PSOE, su partido hermano, permitió con la abstención que Rajoy siguiera en Moncloa. Eran otros tiempos. Pedro Sánchez ha vuelto a la secretaría general y los socialistas han pasado página. A Iceta le ha presentado en este acto Antonio Balmón, que fue uno de los teloneros de Susana Díaz en el lanzamiento de su candidatura a las primarias. El PSC se volcó con Sánchez.
No ha sido la única crítica a Ciudadanos. “En sus documentos fundacionales decían que era socialdemócratas. En el Congreso decidieron que era un lastre, que querían abrazar el liberalismo de los poderosos -ha expresado-. En algunos discursos hemos visto, de gente que habla de reconciliación, un tono de revancha”. Frente a Inés Arrimadas, Iceta se presenta como el candidato que despierta menos suspicacias y puede lograr reflotar la convivencia.
También ha marcado distancias con el PP. Los independentistas y sus rivales por la izquierda les meten en el mismo pack por el apoyo de los socialistas al 155. “Somos la alternativa”, ha afirmado Iceta tras recordar los episodios de los conservadores con el Estatut: “El PP está en el origen de todo el lío”.
Iceta sostiene que los independentistas no pueden volver a la Generalitat porque tienen que “replantearse” su proyecto, pero asegura que tampoco la derecha puede “hacer el cambio”. “Hoy es el momento de sumar todos los votos para hacer posible un cambio de rumbo”, ha dicho tras enumerar las sumas que ha tenido el PSC en esta campaña, como los herederos de Uniò -Units Per Avançar- o independientes, como Carlos Jiménez Villarejo.
Para los 'comunes' también ha tenido palabras. El PSC considera que será la candidatura de Xavier Domènech la que tenga la última palabra sobre la gobernabilidad y confían en que rebajen su rechazo a Ciudadanos y permitan que Iceta sea presidente apoyándose en 'comunes', PP y Ciudadanos. Rechaza la idea de un pacto de izquierdas con ellos y ERC y el argumento se lo dio Ada Colau al romper el acuerdo de Gobierno en Barcelona: “Teníamos un gobierno de izquierdas que evitaba enfrentamiento de dos bloques”, ha resumido Iceta, que ha acusado a la alcaldesa de romperlo de forma “unilateral” e incluso vulnerarlo por dejarse llevar por cuestiones que iban más allá de la política municipal.
“Nadie había hecho tanto mal”
Los independentistas han sido objeto fundamental de las críticas en el acto de cierre del PSC. “Nadie en tan poco tiempo había hecho tanto mal a los catalanes”, ha sentenciado el candidato socialista tras advertir de los riesgos que ha acarreado la deriva secesionista.
Iceta ha mencionado a José Luis Rodríguez Zapatero, que el domingo dijo que de todos los conflictos que hay en el mundo “nadie les ha dado la razón [a los independentistas]” porque no ha habido reconocimiento internacional. “Ha habido dudas en Osetia del Sur y aún no ha llegado la respuesta de Corea del Norte por problemas de Correos”, ha ironizado.
Borrell: “Que el odio no nos envenene”
Josep Borrell ha sido el invitado de honor del mitin y también el encargado de lanzar las críticas más duras contra Oriol Junqueras y Carles Puigdemont. El exministro ha asegurado que se han generado “problemas imaginarios” y “realidades virtuales”. “Si firmo un decreto diciendo que la gravedad no existe y me tiro por el balcón, es seguro que la gravedad existe”, ha ironizado.
El exdirigente socialista ha asegurado que no basta con “reducir el debate político en un debate identitario” y que tampoco sirve el “mantenimiento del estatus quo”, en referencia a los independentistas y los conservadores, respectivamente. “Nuestra tarea es evitar que el odio nos envenene”, ha afirmado Borrell, que ha sido el principal ariete de los independentistas. En el PSC están convencidos de que su presencia en la campaña ha servido para 'cazar' potenciales votos de Inés Arrimadas.
Borrell ha alabado la campaña que ha hecho Iceta en medio de los “gritos” y el “guirigay” y ha bromeado sobre el presentador del debate de TV3: “La próxima vez llévate un moderador”. “No me enfado, intento no interrumpir es un problema porque pensaba que me iban a dar la palabra pero bueno no pretendo tener toda la razón. No estaría en esto de la política y menos en el PSC porque nosotros de esto de la unanimidad no sabemos”, ha contestado bromeando Iceta.
Revilla causa sensación y apoya con cava a Iceta
Horas antes de clausurar la campaña del 21D, Iceta ha recibido el apoyo del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que ha asegurado que es el “único” capaz de de solucionar el “problema” de Catalunya así como su encaje en España. Ambos políticos habían convocado a la prensa para tomarse un café en un bar de l'Hospitalet de Llobregat, pero Revilla ha pedido que fuera cava catalán.
“Necesitamos cava”, le ha dicho Iceta a su equipo. Han brindado y el presidente catalán le ha dedicado un chrisma. Revilla no ha parado de hablar e Iceta, acostumbrado a ser el que llama la atención con su ironía y sus bromas, ha reconocido que el cántabro le gana: “Hoy todo el protagonismo lo tiene él”, ha admitido el candidato socialista que en apenas 48 horas se la juega en las urnas y que aspira a gobernar Catalunya pese a quedar en cuarto lugar.
Al abandonar la cafetería, Revilla se ha quedado bastante rato haciéndose fotos con una veintena de personas que se han acercado a él. “Estoy harto de verle en El Hormiguero. No podía irse sin que le saludara”, le ha dicho un hombre. Para ese momento, sus anfitriones se habían marchado ya al siguiente acto.