El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, anunció hoy que unos 4.100 migrantes cubanos continúan varados en su país, a la espera de poder llegar a Estados Unidos.
A preguntas de los periodistas tras una reunión en Ciudad de Guatemala con el presidente de este país centroamericano, Jimmy Morales, Solís mostró su deseo de que “en pocas semanas” todos los isleños puedan llegar a Estados Unidos.
Para solucionar esta crisis migratoria, que se originó el pasado 15 de noviembre cuando Nicaragua decidió cerrar sus fronteras y casi 8.000 cubanos se quedaron varados en Costa Rica, este país lleva a cabos diversos traslados, tanto directos con México como a través de El Salvador y Guatemala.
Las dos opciones fueron establecidas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) a través de una agencia de viajes.
Los costes deben ser asumidos por los migrantes y ninguno de los gobiernos involucrados ha desembolsado ni recibido dinero por estos traslados.
La ruta a través de El Salvador tiene un coste de 555 dólares para cada mayor de edad y los vuelos directos a México, entre 750 y los 850 dólares.
Preguntado Solís sobre como lo pagarán las personas que no tengan dinero, manifestó que seguro habrá “formas filantrópicas” para atender sus necesidades, aunque no entró en más detalles.
La crisis migratoria comenzó el 15 de noviembre pasado cuando Nicaragua cerró su frontera a los cubanos aduciendo riesgos para la seguridad y soberanía del país.
Desde entonces Costa Rica otorgó 7.802 visas temporales a los isleños, pero el 18 de diciembre suspendió la entrega de más de esos documentos, ya que consideró que se había agotado su capacidad para brindarles ayuda humanitaria en albergues.
El mandatario costarricense no dudó en agradecer a México, Guatemala y El Salvador su solidaridad para atender esta situación en un “ejercicio de humanitarismo puro”.