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IU y UPyD amenazan con romper el pacto con el Gobierno socialista de Asturias

La reforma electoral del Principado de Asturias se convierte en un instrumento que tensiona la relación de las dos fuerzas Izquierda Unida y UPyD que mantienen el Gobierno socialista de Asturias. Los socialistas quieren que dicha reforma salga adelante no sólo con los votos de la mayoría parlamentaria que sostiene al Ejecutivo, sino que se sume por lo menos una de las dos formaciones, PP o Foro, que forman la derecha parlamentaria. La postura del PSOE ha irritado a sus aliados, que amenazan con romper el pacto si no se saca adelante esta reforma.

Ignacio Prendes, el único representante de UPyD en la Junta General del Principado de Asturias, considera esta reforma “irrenunciable”, y advierte que “quien quiere nuestro apoyo, tendrá que comprometerse con la reforma electoral”.

El portavoz de IU, Ángel González, mantiene una postura similar y asegura que “quien se oponga a esta reforma le será difícil acordar algo con nosotros”, en una nítida advertencia que afecta a la aprobación de los presupuestos de la Comunidad Autonómoa para el próximo año y a otras iniciativas de calado que tiene el Gobierno en cartera.

En una entrevista al periódico La Nueva España, Prendes afirma que la reforma de la ley electoral plantea principios de igualdad del voto, de la proporcionalidad y de devolver poder a los ciudadanos con el desbloqueo de las listas: “Los principios no se negocian. Si el PSOE, estando de acuerdo, no tiene el coraje político suficiente para acometer las reformas básicas y esenciales, no tiene mucho sentido mantener el pacto”.

Tanto para IU como para UPyD, el Parlamento y el PSOE no pueden ser rehenes de la actitud obstruccionista del frente del no que unen a Foro y PP, cuya postura es la de rebajar el número de diputados en la Junta asturiana a 35 -ahora es de 45-, mientras acusan al PP de Dolores de Cospedal cambiar con un solo voto de diferencia las reglas del juego en Castilla-La Mancha.

La pasada semana, las tres fuerzas mayoritarias -PSOE, IU y UPyD- aprobaron el dictamen sobre la reforma electoral en contra de los criterios de las dos formaciones de la derecha parlamentaria. Ante la falta de acuerdo de todos los grupos, los socialistas quieren ganar tiempo y convencer a los populares para que se sumen a la reforma, algo que IU considera poco probable.

Los socialistas han dejado que la respuesta a estas advertencias venga desde el partido. El número dos del PSOE asturiano, Jesús Gutiérrez, ha colocado la pelota de la responsabilidad en el tejado de IU y de UPyD y de las nefastas consecuencias para el empleo y la economía que traería un escenario de prórroga presupuestaria y de inestabilidad política a dos años de las elecciones autonómicas. Los socialistas también están molestos con sus socios a cuenta del dictamen de reprobación al expresidente y senador Vicente Álvarez Areces.

El portavoz paralmentario socialista, Fernando Lastra, prefiere no hacer comentarios en torno a esta cuestión con el fin de no calentar más el ambiente a la espera de que las vacaciones calmen los ánimos, consciente de que la mayor fortaleza del presidente Javier Fernández es su flexibilidad y su capacidad para alcanzar acuerdos.