La Izquierda Plural ha registrado en el Congreso una petición a Jesús Posada para que la votación de la ley orgánica sobre la abdicación del rey Juan Carlos I, que será debatida el próximo miércoles por el pleno, se haga de forma “pública y por llamamiento”. Esto supone que cada diputado tendrá que levantarse y decir desde su escaño si vota “sí”, “no” o se abstiene. La iniciativa pone en un apuro a la dirección del PSOE, que no ha dado libertad de voto a sus diputados.
A la petición del voto “por llamamiento” se ha sumado también el Grupo Mixto, cuya portavocía la ostenta en estos momentos el BNG, aunque no todos los diputados que lo integran “comulgan” igual. Según el artículo 85 del Reglamento del Congreso para que la iniciativa sea aceptada hace falta que lo pidan dos grupos parlamentarios o una quinta parte de la Cámara. De esta manera, la Mesa del Congreso tendrá que darle el visto bueno en su reunión de la semana que viene al ajustarse al Reglamento. No obstante, algunos diputados no descartan que otro grupo pida votación secreta, lo que dejaría en manos de los letrados de la Cámara la decisión, ya que tendrían qué decidir qué petición prevalece.
Detrás de este movimiento del grupo de Cayo Lara hay una clara intención de que todos los diputados se “retraten”, especialmente los del PSOE, cuya dirección está intentando cortar de raíz algunos amagos de sublevación interna de diputados que se sienten “republicanos”. Entre ellos, el exalcalde de San Sebastián, Odon Elorza, que ha pedido, sin éxito, libertad de voto para la sesión del miércoles.
La portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez, se ha mostrado convencida de que no habrá fugas y que todos los diputados socialistas –incluidos los del PSC- votarán a favor de la ley sucesoria. Así se lo trasladará a ellos el próximo martes durante la reunión previa al debate que mantendrá el grupo y que se presenta tensa. Con esta iniciativa el asunto se les pone mucho más cuesta arriba.