A las investigaciones judiciales sobre el origen de una parte de la fortuna de Juan Carlos I en Suiza, y en España en caso de que la Fiscalía Anticorrupción llegue a señalar al monarca emérito, se une un tercer frente en Reino Unido íntimamente ligado a los dos anteriores. Su expareja Corinna Larsen ha anunciado una denuncia por la presunta operación del servicio secreto español para evitar que cualquier ilegalidad cometida por el rey salga a la luz. La empresaria alemana no ha desvelado aún con qué acudirá a los tribunales londinenses, pero el pasado abril registró un acta notarial en el que describe y aporta documentación sobre las presiones que habría recibido del que fuera director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán con conocimiento y autorización de Juan Carlos I.
“El Rey Emérito también me dijo que General Roldán estaba coordinando la operación. La participación combinada de antiguos mercenarios en una operación coordinada por el jefe del servicio secreto me puso muy nerviosa”, escribió Corinna Larsen en la citada acta. Este documento fue incorporado por la defensa del comisario encarcelado José Manuel Villarejo a la querella por injurias y calumnias que presentó contra él Sanz Roldán después de que el policía diera por ciertas en un programa de televisión las amenazas que Corinna Larsen se dispone a denunciar en Londres. El juicio por la querella del exdirector del CNI se celebrará en apenas dos semanas, el próximo 23 de marzo, y está prevista la declaración como testigo, por videoconferencia, de la mujer que mantuvo una relación extramatrimonial con el rey durante cinco años.
La crisis arranca en el viaje a Botsuana de Juan Carlos I junto a Corinna Larsen, el hijo de ésta y su exmarido, de quien el rey se había hecho “muy amigo”. El accidente que allí sufrió el entonces jefe del Estado puso el foco sobre la figura de Corinna Larsen. Aunque el monarca pidió perdón en un vídeo a los españoles, el suceso supuso el principio del fin de su reinado. El monarca fue repatriado a España para ser operado de una caída en un safari de lujo mientras España se desangraba por la crisis económica. “Tras el viaje a Botsuana y a partir de conversaciones con el Rey Emérito y los miembros de su entorno, me quedó claro que estaba siendo percibida no solo como persona non grata, sino también como amenaza para la Familia Real”, cuenta en el acta Corinna, quien sitúa la ruptura sentimental con Juan Carlos I en un momento previo al safari.
Siempre según el relato de la mujer, “agentes del CNI” la siguieron ese mismo mes de abril de 2012 en un viaje de negocios a Brasil. Sin embargo, el episodio fundamental de su denuncia se produce a continuación, cuando “el General Roldán organizó una operación encubierta” en la que “guardias armados de la empresa de seguridad ALGIZ de Mónaco” ocuparon su casa y despacho profesional. El argumento que recibió la mujer de parte de su expareja y del propio Sanz Roldán, según cuenta, es que querían garantizar su seguridad. Su percepción es otra: “El verdadero propósito de la operación, como se hizo evidente más tarde, era utilizar a la empresa de seguridad de Mónaco como tapadera para que el equipo de inteligencia española pudiera acceder a mi hogar y oficina y llevarse los documentos y otras pruebas”.
En mayo de 2012, el rey emérito habría adelantado a Corinna Larsen que el director del CNI viajaría a Londres a reunirse con ella, como así ocurrió el 5 de ese mes. La empresaria entendió aquel encuentro de una hora en el hotel The Connaught como una amenaza. El general le dijo que para garantizar su seguridad y la de sus hijos debería seguir sus instrucciones, incluida la de no hablar con la prensa. “Dijo que yo sabía cosas que podían afectar a 45 millones de personas (…) También mencionó mi impulso al entonces rey para que siguiera ejerciendo su trabajo, ya que, según el General, estaba pensando abdicar”, escribe en el acta Corinna Larsen. Esa misma tarde, continúa, encontró un libro sobre la muerte de Lady Di en su apartamento de Villars. Al día siguiente, asegura, recibió una llamada de un número desconocido y una voz en español le dijo: “Hay muchos túneles entre Mónaco y Niza”.
La mujer aporta un mensaje de texto del teléfono del entonces director del CNI en el que éste le facilita una dirección de correo electrónico desde la que un tal Paul Bon contactó después con ella para darle detalles, siempre en inglés. Comienza entonces a recibir comunicaciones de la empresa de seguridad y desde la dirección del supuesto Paul Bon. En el acta, que está en posesión de un juzgado de Madrid y adelantó Okdiario, Corinna Larsen afirma: “En el marco de nuestras conversaciones (telefónicas) constaté que era una nueva confirmación del hecho de que el General Roldán y Paul Bon eran la misma persona”.
El 17 de mayo, Paul Bon le escribe otro correo dando por terminada su participación en la operación de supuesta protección, al tiempo que aprovecha para hacerle una “última recomendación”, que “mantenga un guardia de seguridad” en el lugar hasta que traslade los citados documentos. Paul Bon se despide: “Of course, HM has been informed of this intention (Por supuesto, SM -Su Majestad- ha sido informado de esta intención)”.
La investigación en Suiza del fiscal Yves Bertossa apunta a que la transferencia de 65 millones de euros desde una cuenta vinculada a Juan Carlos I a otra de Corinna Larsen son parte de los 100 millones de dólares obtenidos en 2008 por el monarca como comisión por la adjudicación de las obras de empresas españolas para la construcción del AVE a La Meca. Los abogados de Larsen asegura que se trata de “un regalo” para su expareja y su hijo, con el que el rey emérito habría desarrollado una estrecha relación durante la relación sentimental con su madre. Aquella transferencia del rey emérito a Larsen se produjo en 2012, el año de la supuesta operación de los servicios secretos españoles contra la empresaria.
Después de algunas comunicaciones de la firma de seguridad monegasca aludiendo a instrucciones de sus “amigos de Madrid” y otras del propio Paul Bon, el 11 de junio de 2012 éste escribe un mensaje a Larsen desde la dirección de correo señalada. Tras un solícito arranque, la comunicación termina por convertirse en una amenaza velada. En tres puntos se vincula a Corinna Larsen con comisiones de grandes empresas y paraísos fiscales. En uno de ellos se habla de una transferencia de 2,5 millones de euros procedente de un “oligarca ruso vinculado a actividades de crimen organizado, realizada desde una cuenta en Chipre a una sociedad en Seychelles ”también vinculada a usted“.
“Cualquier filtración de este tipo de información tendría un efecto devastador en este momento para la institución, y para su imagen”, advierte Paul Bon en el correo. A continuación le pide una valoración sobre los datos que le ha dado y le lanza otra advertencia: “Algunos colegas en Francia nos han pedido que abandonemos inmediatamente las actividades de seguridad que desarrollamos en su entorno”.
La expareja del rey emérito aporta un correo en el que la empresa de seguridad alude a “8 cajas negras y 16 cajas fuertes” en las que debía meter “asuntos personales y privados, así como correspondencia oficial, informes políticos confidenciales y transacciones financieras y comerciales en las que se había involucrado al rey emérito y a otros miembros de la Casa Real”, escribe Corinna Larsen.
Corinna Larsen también afirma que por aquellas fechas recibió una llamada de Sanz Roldán “extremadamente desagradable” en la que reiteraba supuestamente sus amenazas y le advertía contra el hecho de “ir contra él”. Larsen asegura que puso en conocimiento del rey esa conversación y que fue entonces cuando Paul Bon le escribió desde la dirección de correo habitual pidiéndole disculpas y asegurando que todo había sido “un malentendido”.
eldiario.es se ha puesto en contacto con Félix Sanz Roldán, quien ha rehusado hacer declaraciones. Su entorno destaca que fue el general quien puso en manos de la justicia las acusaciones que, en el mismo sentido, hizo el comisario Villarejo en su entrevista a Jordi Évole, antes de ser detenido y encarcelado provisionalmente por dirigir una organización criminal, entre otros delitos de los que se acusa al policía. La Casa del Rey, por su parte, tampoco se pronuncia y remite a los procesos judiciales en marcha.
La empresa de seguridad, por otra parte, insistía en hacer un barrido de su despacho durante cinco días completos, pero Larsen afirma que se negó y que logró sacar los documentos y trasladarlos. “Al final, la misión del general no pudo completarse. Pude salir de Mónaco con la mayoría de los documentos intactos. Sin embargo, el hecho de que siguiera conservándolos también significaba que las amenazas del General Roldán continuarían”, añade.
En una entrevista a Corinna publicada por The Daily Mail el pasado 29 de febrero, la empresaria asegura que lleva sufriendo estos “abusos” durante ocho años y que éstos siguen produciéndose. La inviolabilidad del jefe del Estado que establece la Constitución protege a Juan Carlos I hasta el momento de su abdicación, en 2014, y dentro de la jurisdicción española. Larsen ha contratado a un reputado abogado londinense, experto en derecho internacional y en extradiciones, y ha anunciado que su denuncia se formulará ante la justicia británica, hasta donde no alcanzaría la inviolabilidad del monarca.
En la documentación que aporta Larsen aparece un mensaje de texto del 22 de abril de 2012 que ella envía a un tal John Smith y del que vozpopuli.com publicó que pudiera aludir al rey Juan Carlos, por tratarse de un nombre habitualmente utilizado en la cultura anglosajona como un seudónimo por lo común que es. “Tengo mensajes extraños de un móvil alemán que te reenvío. Si son tu gente, no son muy inteligentes de hacerlo desde un número alemán porque no estoy contestando las llamadas”.
En junio de 2015, el comisario Villarejo viajó a Londres a entrevistarse con Corinna en presencia de Juan Villalonga, expresidente de Telefónica y amigo de ambos. La empresaria asegura que buscaba ayuda y que el policía le mostró un supuesto “informe interno del CNI” sobre el plan para acusarla. El viaje se produce cuando Villarejo todavía está destinado en la Dirección Adjunta Operativa de la Policía y han comenzado a emerger las informaciones sobre sus negocios paralelos e implicación en tramas delictivas.
Villarejo atribuye su caída en desgracia a una campaña del CNI que dirigía Sanz Roldán, al que identifica como uno de sus principales enemigos. Cuando viaja a Londres graba a Corinna Larsen sin que ella lo sepa. La difusión en El Español y Okdiario de esa grabación provocó la apertura de la investigación en Suiza, según reconoce la Fiscalía de ese país.
Antes de entrar en prisión, y de forma recurrente cada vez que es llamado a declarar por el juez, el policía jubilado ha atribuido sus actuaciones a encargos del servicio de Inteligencia español, una tesis que descartan el juez y el fiscal con la vigencia de sus acusaciones y su negativa a que quede en libertad provisional.