Pedro Sánchez e Iñigo Urkullu se han reunido en ambiente “cordial” del que el lehendakari ha destacado el cambio de voluntad con respecto al anterior gobierno de Mariano Rajoy. El dirigente vasco se ha ido con varios compromisos de Sánchez, aunque sin fechas para su cumplimiento. Ambos ejecutivos crearán grupos de trabajo y comisiones para el estudio del acercamiento de los presos de ETA a Euskadi, la posibilidad de transferir competencias y para la retirada de recursos contra leyes vascas.
Urkullu ha anunciado la creación de un grupo de trabajo para estudiar el acercamiento de presos de ETA a cárceles vascas. Era una de las reivindicaciones del Gobierno vasco que Sánchez se mostró dispuesto a llevar a cabo ante el cambio en la situación política por la disolución de la banda terrorista.
Ese compromiso no está calendarizado. No se sabe cuándo podría producirse ese primera acercamiento que el Gobierno había enfatizado sería estudiado caso por caso. “Primero vamos a trabajar conjuntamente en las concepciones de lo que tiene que ser un cambio en la política penitenciaria”, ha señalado Urkullu, que ha reconocido las “cautelas” de Sánchez en lo que supone la “atención para con las víctimas del terrorismo” y ha reivindicado “el esmero y el cuidado” de su gobierno a ese respecto; pero ha subrayado la necesidad de evitar el “desarraigo” de las personas presas así como la necesidad de “normalización” de la política penitenciaria.
El delegado de Gobierno en Euskadi, Jesús Loza, ha mostrado este mismo lunes en su toma de posesión la intención de promover un “acercamiento progresivo e individualizado de presos” aunque con dos premisas: dentro de la ley y “en función de los avances individuales” y, segundo, construyendo “un relato veraz y honesto que establezca con claridad que hubo víctimas y verdugos”.
Urkullu también ha anunciado la creación de un grupo de trabajo bilateral y con carácter “permanente” para el análisis de las 37 transferencias “pendientes” del Estatuto de Guernica en las que ha fijado como “prioridad” la gestión de los centros penitenciarios y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. Fuentes de Moncloa admiten que este segundo asunto es “muy complicado”.
Tampoco hay un calendario sobre la mesa para el plan de transferencias que Urkullu reclamaba sino que se deja en manos del “proceder” de los grupos de trabajo mientras que sí ha apuntado a que en el “corto plazo” de cumplirán dos transferencias relativas al sistema ferroviario.
Además, Sánchez se ha comprometido a poner en marcha la comisión bilateral de cooperación entre administraciones para el estudio de la retirada de recursos interpuestos por el anterior Gobierno de Rajoy a leyes aprobadas por el Parlamento Vasco, entre las que Urkullu ha destacado las ayudas para personas retenidas de manera ilícita, el presentado contra los presupuestos autonómicos y otras medidas más “técnicas que tienen que ver con el IVA”.
Urkullu ha sido el primer presidente autnómico recibido por Sánchez en Moncloa, que abordará los encuentros en estricto orden de antigüedad de los estatutos autonómicos. El siguiente será el catalán Quim Torra, con quien el nuevo Gobierno quiere abrir una etapa de relaciones ante el desafío independentista. El Ejecutivo se está volcando por dar una imagen de voluntad de diálogo y distensión.
“No hemos hablado de ruptura sino de convivencia”
En cuanto al conflicto territorial, Urkullu ha trasladado al presidente “la necesidad de abordar una reflexión sobre el actual modelo de Estado desde la asunción de su propia realidad plurinacional y la existencia de hechos diferenciales que demandan un tratamiento propio y singular”. “No hemos hablado de ruptura, sino de convivencia desde el respeto mutuo”, ha aseverado el lehendakari.
El presidente socialista se ha mostrado siempre partidario de reformar la Constitución, aunque por ahora se remiten a la comisión territorial que echó a andar después de que Sánchez pactara con Rajoy la aplicación del 155 en Catalunya. Actualmente en ese órgano parlamentario solo participan PP, PSOE, Compromís, Foro y UPN.
Fuentes de Moncloa aseguran que la reunión ha sido “muy franca” y que Sánchez y Urkullu han compartido la necesidad de rebajar la conflictividad.