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Líder de Gobierno indio que prohibió 'Los versos satánicos' reconoce el error

EFE

Nueva Delhi —

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Un importante político que formaba parte del Gobierno indio cuando en octubre de 1988 se prohibió en el gigante asiático el controvertido libro de Salman Rushdie “Los versos satánicos”, ha reconocido que se trató de “un error”, según publica hoy la prensa local.

“No vacilo en decir que la prohibición del libro de Salman Rushdie fue un error”, admitió ayer, según publica hoy el diario local The Indian Express, durante un festival literario en Nueva Delhi P. Chidambaram, veterano político del Partido del Congreso de la dinastía Nehru-Gandhi, y que ocupaba el cargo de viceministro de Interior cuando la obra fue retirada en la India.

Rushdie no tardó en reaccionar a las palabras del político indio a través de su cuenta oficial de Twitter: “Esta admisión ha tardado 27 años. ¿Cuántos más antes de que el 'error' sea corregido?”, se preguntó el escritor, que nació en el seno de una familia musulmana en la India y adquirió más tarde la nacionalidad británica.

En octubre de 1988 la India del mandatario Rajiv Gandhi fue el primer país en prohibir “Los versos satánicos”, al considerar que la obra hería los sentimientos de la comunidad musulmana.

Unos meses después, en febrero de 1989, el ayatolá Jomeini lanzó una fetua contra el escritor y puso precio a su cabeza por blasfemo, lo que obligó a Rushdie a permanecer oculto hasta que en 1998 el Gobierno de Irán retiró su apoyo a la fatua.

El libro continúa prohibido en la India.

Chidambaram, uno de los políticos más influyentes del gigante asiático y que fue ministro de Finanzas durante varias legislaturas, señaló que siempre creyó que el libro nunca debió ser prohibido y que su respuesta hubiera sido la misma “hace 20 años”.

“Ante una mala idea (la reacción) es una buena idea, no una idea prohibida. (...) El concepto de libertad se está expandiendo universalmente. No todas las ideas serán aceptadas, pero toda idea merece su propio espacio para ser expresada”, sentenció el político, según recoge el rotativo.

La Constitución india considera la libertad de expresión como un derecho fundamental, pero también especifica una serie de excepciones que permiten al Gobierno imponer “restricciones razonables”.

Esas “restricciones razonables” han sido aplicadas en la India a libros de toda índole, desde “Una zona de oscuridad”, el relato del primer viaje por el gigante asiático del premio Nobel de literatura V.S. Naipaul, hasta la obra del español Javier Moro “El sari rojo”, un retrato íntimo de Sonia Gandhi, la presidenta del Partido del Congreso y viuda de Rajiv Gandhi.

También el cine se ha visto afectado al prohibirse la proyección de películas como “El Código Da Vinci”, basada en el libro de Dan Brown, porque supuestamente hería los sentimientos de la minoría cristiana, o el film “Kaum De Heere” (“Diamantes de la comunidad”), sobre el asesinato de la exprimera ministra Indira Gandhi.