“Que se aprueben unos nuevos presupuestos ayudaría sin duda (...), pero no nos engañemos: lo esencial es que, en los próximos meses, se aprueben las medidas relativas a salario mínimo, pensiones, protección medioambiental, memoria histórica, código penal, etc que ya están sobre la mesa. Que cualquier fuerza progresista, pueda oponerse a ello o, sencillamente, entorpecer este propósito constituiría un error imperdonable”.
Así reclaman en un manifiesto dirigentes y exdirigentes de IU, entre ellos sus dos últimos coordinadores generales, Cayo Lara y Gaspar Llamazares, al actual líder de la coalición, Alberto Garzón, sin mencionarlo, que apoye las medidas que el Gobierno de Pedro Sánchez lleve al Congreso como fórmula para detener el auge de las derechas.
El documento, titulado Por una izquierda con futuro: hacer que lo necesario sea posible, está firmado por el alcalde de Zamora, Francisco Guarido; el diputado Ricardo Sixto; el actual dirigente José Antonio García Rubio; la eurodiputada Paloma López; dirigentes de Izquierda Abierta, que participan también en Actúa, como Montserrat Muñoz, quien ya no milita en IU; o el excoordinador de IU Andalucía y exvicepresidente de la Junta con Susana Díaz, Diego Valderas.
El manifiesto asegura que la izquierda no “ha sido capaz de superar nítidamente la lógica neoliberal” impuesta tras la crisis de 2008. “No lo han conseguido los partidos tradicionales y tampoco lo han conseguido los nuevos partidos (Podemos, la Francia Insumisa, Syriza, el Movimiento 5 Estrellas y otros de menor entidad)”, apunta el documento, que incluye en el listado al partido del actual vicepresidente del Gobierno italiano, Luigi Di Maio.
Sobre Italia y Grecia, apunta el texto que “estos partidos han acabado ejecutando políticas radicalmente distintas a las inicialmente prometidas”. “La agitación, la frustración y el miedo han derivado más fácilmente hacia las propuestas corporativas, autoritarias y xenófobas de la extrema derecha que hacia las propuestas solidarias y progresistas de la izquierda”, se lamentan.
El manifiesto apunta a que “en 2015 cuando, se constituyó el gobierno portugués, la izquierda española apenas prestó atención a este hecho porque estaba demasiado ocupada en conseguir (o evitar, según el caso) el famoso 'sorpasso' y porque algunos estaban demasiado distraídos con la supuesta, próxima e inevitable ruptura del 'régimen del 78' y con remediar el 'fiasco' de la transición”, en clara referencia a Garzón y al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.
Tanto Alberto Garzón como Pablo Iglesias han señalado el ejemplo portugués como su receta contra el auge de la extrema derecha. Garzón lo hizo ya en enero de 2016.
Los firmantes apuntan a que la moción de censura contra Mariano Rajoy “ha puesto en marcha una experiencia progresista”. “Sin embargo, la realidad es que, seis meses después de la investidura de Sánchez, una parte de los apoyos parlamentarios ha roto con el Gobierno y su socio mayoritario ya lo da por liquidado”, añade, en referencia a Unidos Podemos y su análisis de que Pedro Sánchez convocará elecciones de forma inminente.
El manifiesto advierte de “lo que va a suceder en este país si el balance del actual Gobierno queda asociado a conceptos como 'inviabilidad', 'inutilidad' o 'fracaso” y de “la espectacular deriva del PP y Ciudadanos hacia discursos y propuestas propias de la extrema derecha en casi todos los ámbitos”. Como ejemplo del riesgo que corre España ponen los recientes resultados de las elecciones andaluzas.
“Es fundamental que, tras las próximas elecciones generales, pueda constituirse otro Gobierno que avance por la izquierda”, dice. Y, para eso, añade: “Que se aprueben unos nuevos presupuestos ayudaría sin duda a este propósito pero no nos engañemos: lo esencial es que, en los próximos meses, se aprueben las medidas relativas a salario mínimo, pensiones, protección medioambiental, memoria histórica, código penal, etc. que ya están sobre la mesa”.
El documento advierte: “Que cualquier fuerza progresista, pueda oponerse a ello o, sencillamente, entorpecer este propósito constituiría un error imperdonable”.
El manifiesto zanja, en clara referencia a la vida interna de IU: “La deseable aspiración a la unidad de acción de la izquierda política y social española debe ser real y basarse en el respeto a la pluralidad y no en pretensiones de hegemonía excluyente, en el reproche mutuo, en estatutos de limpieza de sangre o en estériles tacticismos cortoplacistas”.