Madrid, 26 ago (EFE).- El Ayuntamiento de Madrid dará una tarjeta con entre 125 y 630 euros mensuales a 27.000 familias vulnerables para la compra de alimentos y productos de higiene, que será controlada después y no antes de la compra, una fórmula que busca no estigmatizar.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha presentado este miércoles junto a la vicealcaldesa Begoña Villacís y el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, la tarjeta Familias, estéticamente una tarjeta de crédito ordinaria que podrá solicitarse a partir del 1 de septiembre en los servicios sociales.
La ayuda supone una inversión de 27 millones de euros y su dotación será menor o mayor según el tamaño de las familias. Es incompatible con la renta mínima de inserción y con el ingreso mínimo vital, pero sí podrán recibir esta tarjeta quienes sean solicitantes y aún no perciban las otras ayudas. En cambio es compatible con otros instrumentos como las ayudas al alojamiento. Para pedirla es necesario estar empadronado.
La tarjeta busca dignificar la ayuda para alimentos e higiene que se da a las familias vulnerables y darles autonomía, pues pueden adquirir en cualquier establecimiento los productos básicos que cada familia decida. El control de los gastos por parte de servicios sociales será posterior y no anterior a la compra.
La tarjeta sustituirá paulatinamente a las ayudas alimentarias con las que se ha asistido a 88.000 personas y por el momento se pone en marcha junto a La Caixa, aunque podrán sumarse más entidades.
Pretende ser “un sistema estable y homogéneo” que unifique la asistencia en los 21 distritos “y sobre todo que respete la dignidad” de las personas en situación de vulnerabilidad, en la que podemos caer “todos y cada uno”, ha destacado el regidor madrileño.
El objetivo es seguir reduciendo burocracia y también “cambiar totalmente el chip de cómo se puede ayudar a una familia”, según Villacís.
El responsable de las políticas sociales, Pepe Aniorte, ha pedido que las ONG “quiten los miedos” a los migrantes en situación administrativa irregular para que acudan a empadronarse, pues en los servicios sociales “no corren ningún peligro” y éste es el requisito previo a solicitar cualquier ayuda.
Madrid quiere hacer frente con esta nueva tarjeta a la crisis económica provocada por la pandemia y que ha obligado ya a alimentar a 88.000 personas y reforzar los servicios sociales con 265 contrataciones.
“Muchos trabajadores estaban en ERTE, ahora sabemos que no van a volver a trabajar. Muchos comercios, hosteleros, están cerrando (...) la única respuesta es innovar, no podemos dar soluciones a los problemas de la actualidad con las herramientas del pasado”, ha señalado Villacís, recalcando que esta tarjeta, cuya implementación se probó ya con un proyecto piloto en 2018, es una promesa cumplida del programa electoral de Ciudadanos.
La estimación inicial del coste de la medida es de 27 millones de euros, pero el Ayuntamiento tiene previsto aumentar esta dotación de ser necesario pues todas las familias que la soliciten podrán ser benefactoras y no funcionará como un fondo que se agota.