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PERFIL
Se veía venir. Marcos de Quinto (Madrid, 26 de agosto de 1958) abandona Ciudadanos. El exdirectivo de Coca Cola y rutilante fichaje de Albert Rivera para las elecciones del 28 de abril de 2019 comunicó este martes por la mañana a Inés Arrimadas que lo deja. Por la tarde, él mismo lo hacía público en su perfil de Twitter, donde ha argumentado que se va “por diferencias con algunas decisiones” tomadas por la nueva dirección “las cuales reconozco legítimas y democráticas”.
Las discrepancias del empresario y diputado por Madrid sobre el giro estratégico emprendido por la nueva líder de Ciudadanos, que ha roto el cordón sanitario impuesto por su antecesor a Pedro Sánchez, eran notorias. Hasta el punto de que hacía días que se rumoreaba que el empresario podría romper la disciplina de voto este miércoles y no apoyar el quinto decreto de prórroga sobre el estado de alarma. Pero De Quinto ha decidido hacer su último servicio al partido, que en un comunicado le ha agradecido su trabajo, y participará en el Pleno del Congreso votando a favor de una medida con la que no está de acuerdo. Su despedida como diputado será un apoyo al plan de Sánchez, del que se había convertido en látigo en el Congreso y en las redes sociales. Pese a su marcha, deja dicho que sigue creyendo que Ciudadanos “es un partido absolutamente necesario en nuestro país”.
Marcos de Quinto apenas ha aguantado un año en Ciudadanos. El flamante ejecutivo, exvicepresidente mundial de Coca Cola entre 2015 y 2017, donde hizo toda su carrera durante 35 años, fue, junto al abogado del Estado, Edmundo Bal, y Sara Giménez, una de las incorporaciones estrella de Albert Rivera para concurrir a las elecciones de abril de 2019. El entonces líder del partido le reservó el segundo puesto en la lista por Madrid. Y los tres hicieron codo con codo aquella campaña en la que el partido logró su mayor éxito: 57 escaños, a un escalón del sorpasso al PP. Meses después, los fichajes de Rivera anunciaron que se afiliaban al partido y dejaban de ser “independientes”.
La dimisión de Toni Roldán como secretario de Programas por no estar de acuerdo con el veto impuesto al PSOE, lo catapultó a la Comisión Ejecutiva Nacional ya que Rivera decidió que De Quinto ocupara la vacante que dejaba el joven economista. Todos apuntaban a que el empresario tendría un gran futuro en el partido trabajando en el equipo económico, donde, sin embargo, no llegó a encajar del todo con Luis Garicano, responsable de los programas económicos, jefe de la delegación europea y otro de los críticos con la deriva derechista de la última etapa de Rivera. Con todo, sus choques internos y el escaso feeling que había entre ambos no trascendieron demasiado.
Tras la debacle del 10N y la dimisión del líder, aunque De Quinto logró sobrevivir y revalidar escaño por Madrid, su figura se fue apagando. Ya por entonces, puertas adentro se daba por hecho que podía abandonar su acta de diputado. Su padrino en el partido estaba fuera de la política y De Quinto no necesitaba estar en el Congreso: su sueldo de diputado era calderilla comparado con el patrimonio personal que declaró en su Declaración de Bienes: 47,7 millones de euros. Pese a todo, aguantó.
Su caso es todo lo contrario al de su compañero Edmundo Bal, que recuperó su acta de diputado precisamente al no recogerla Rivera. El abogado del Estado que fue apartado de la causa del procés, no solo ha sobrevivido al exlíder, sino que junto a Inés Arrimadas ha ido ganando peso y poder, afianzándose internamente, hasta el punto de que la nueva líder acaba de incluirle en el Comité Permanente, el núcleo duro de la nueva dirección que toma las decisiones.
Tras la baja maternal de Arrimadas, Bal, que es portavoz adjunto del grupo parlamentario, la ha sustituido como principal dirigente del partido.
De Quinto entró en el Comité Ejecutivo pero no en la Permanente tras la V Asamblea General de Ciudadanos. Y desde que estalló la crisis sanitaria, pese a haber ejercicio su papel con disciplina estos meses defendiendo la posición de la formación en la Comisión de Economía, el diputado no estaba cómodo con la decisión de Arrimadas de apoyar al Gobierno de Sánchez. Tampoco se esforzaba mucho en disimularlo.
La personalidad de De Quinto siempre ha sido muy polémica. Pero el partido siempre ha pasado por alto sus continuas salidas de tono en Twitter, donde solía estar a la gresca con rivales políticos y también con personajes anónimos. Su última polémica ha sido llamar “payaso” al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. “España está ante una de las crisis mas graves de su historia y no podemos permitirnos (como dice Juan Carlos Girauta) estar a expensas de este payaso de vicepresidente que tenemos. Basta que la UE vea sus videos... ”, escribió en su perfil oficial, donde se presenta como “Pirata” que “navega sin bandera”. “No pretendo convencerte de nada, acaso hacerte dudar de lo que crees”, señala, como frase de presentación en esa red social.
Sus inicios en el mundo político llenaron un montón de páginas, sin que se le hayan conocido grandes aportaciones al debate público. Pocos días después de su fichaje, se conoció que utilizó una sociedad agrícola de la que era el único propietario para comprar un chalé sobre plano en un pueblo de Cuenca. Tras el estallido de la burbuja, De Quinto intentó cancelar la compra, alegando desperfectos y retrasos en la entrega, con lo que la promotora le demandó. Un juzgado de Primera Instancia condenó en 2013 a la empresa de De Quinto a cumplir con el contrato y pagar 205.600 euros por el chalé, contraprestación que la Audiencia de Madrid rebajó luego a 180.484 euros.
Al día siguiente tuvo un escándalo más sonado cuando tuvo que anunciar que trasladaba su residencia de Lisboa a Madrid, lo que implicará que pague más impuestos. El ejecutivo madrileño tenía su residencia en la capital portuguesa, según publicó Voz Pópuli. De Quintos trató de defenderse explicando que pagaría sus impuestos correspondientes a su actividad económica en 2019 en España, mientras que los de 2018 los abonaría en Estados Unidos y Portugal. “Siempre pago mis impuestos allí donde resido”, argumentó entonces. Algunas de las subvenciones, sin embargo, las solicitaba en España, donde llegó a cobrar ayudas para una pequeña explotación de abejas.
Este miércoles votará a favor de la prórroga y tomará la puerta de salida. Los siguientes de la lista en la candidatura por Madrid son Patricia Reyes y Miguel Gutierrez. Reyes hace poco que acaba de incorporarse a trabajar en el Real Madrid como responsable del área Social Corporativa del club blanco y ha renunciado a regresar al Congreso. Así que quien ocupará el hueco de De Quinto será Gutierrez, el exsecretario general del grupo, otro superviviente de Ciudadanos.
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