Si no quieres que se sepa, cuéntalo un sábado

La última moda, de unos meses a esta parte, es que las comparecencias más peliagudas del plano político español sean los sábados o domingos. La Casa Real y el Gobierno acumulan casos que tienen poca pinta de ser casuales: muchas repeticiones de algo hasta entonces inédito en poco tiempo y, además, siempre en sábado, el día de menor cobertura informativa de la semana.

La estrategia de los sábados arrancó, curiosamente, un domingo. Rajoy se vio obligado a comparecer ante la imparable carrera ascendente de la prima de riesgo y los crecientes rumores sobre un rescate económico. Compareció ante los medios y después salió rumbo a la Eurocopa de fútbol, donde su celebración de un gol de España dio la fotografía de portada a todos los periódicos del día siguiente.

Durante varias semanas poco después el Gobierno puso en marcha una estrategia de ocultación de medidas de ajuste, de las que no daba detalle ni explicación en la rueda de prensa posterior al consejo de ministros del viernes, pero que luego eran publicadas el sábado en el BOE.

El caso más sonado fue el del BOE del 14 de julio de 2012 (PDF), cuando se conocieron las restricciones de los parados con prestación para viajar, la subida de precio de la energía, la supresión de la subvención hipotecaria, la especificación de los nuevos tramos del IVA, la explicación de la nueva retención del IRPF, o los nuevos requisitos para acceder a los 426 euros para parados que hayan agotado su prestación.

La estrategia duró el tiempo que tardaron algunos periodistas en darse cuenta y aguardar cada semana a la poco gratificante lectura del BOE para desentrañar aquello que el Gobierno no había querido contar.

La técnica se usó también en otro contexto: la primera comparecencia ante el juez del Duque de Palma, Iñaki Urdangarin, por liderar una supuesta trama de desvío de dinero público fue en sábado. La decisión en este caso no corresponde a la Casa Real, sino al magistrado que le citó. Como también fue decisión del juzgado autorizar la entrada de Urdangarin en coche en lugar de por donde entran todos los acusados.

Sucedió de nuevo, mucho tiempo después, cuando Rajoy hizo su primera comparecencia pública por el escándalo de corrupción en torno al extesorero de su partido, Jesús Bárcenas. Fue un sábado en el que reunió de forma extraordinaria a la cúpula de su partido para tratar el asunto a puerta cerrada, aunque la sala de prensa de Génova se llenó para ver la intervención del presidente del Gobierno, que se retransmitía a través de un monitor.

Fue en esa comparecencia en la que no compareció en la que prometió publicar sus datos fiscales. Los datos, que obviamente no recogen si hubo algún cobro en negro, y que se presentaron en formato resumido y en PDF para que no pudieran ser reutilizados, se subieron a la página web del partido un sábado.

Volviendo al 'caso Urdangarin', la comparecencia de su socio en Nóos, Diego Torres, también fue un sábado. Ese día, de mucha menor audiencia, los medios digitales abrieron con la noticia de que Torres implicaba de lleno a la Casa Real en la trama, desde la infanta hasta el rey.

El 23 de febrero, un nuevo capítulo sabático: Urdangarin comparecía por segunda vez y, con unas horas de distancia, también Carlos García Revenga, secretario de las infantas y cargo de confianza de la Casa Real. Ambas, comparecencias históricas en un día de escaso flujo informativo.

¿Por qué sábado?

En los medios de comunicación hay franjas de audiencia dependiendo del tipo de producto que sean. Sucede, por ejemplo, con las radios, que suelen funcionar mejor por las mañanas y por las noches (consumo musical y magacines informativos) o los fines de semana (crónica deportiva). Sucede también con la prensa digital, que tiene en los horarios de oficina entre semana las principales horas de audiencia, salvo en ocasiones los contenidos culturales y deportivos.

Sólo hay un formato de información general cuya audiencia, en circunstancias normales, repunta en fin de semana: la prensa impresa. De hecho, es el medio de mayor influencia política, si se atiende a la trascendencia que han tomado las exclusivas periodísticas de El País y El Mundo respecto al 'caso Bárcenas'.

La primera conclusión podría parecer, vista la técnica de llevar las malas noticias a los sábados, que el Gobierno piensa en la cobertura que se hará en prensa impresa. La cuestión es otra: mientras la prensa se consume mucho más en domingo (el día en el que se contarán las noticias ocurridas un sábado), la televisión se desploma en sábado. La estrategia es, más bien, evitar que las televisiones cuenten las malas noticias y que sea la prensa la que lo haga. ¿Por qué? Porque será más influyente en lo político, pero también un formato muchísimo menos seguido por la población en general.

Con datos de 'difusión de anexos' de la OJD, se puede comprobar cómo en los principales periódicos es mucho mayor la difusión un domingo que entre lunes y sábado. Y precisamente, dado que la prensa impresa publica las noticias al día siguiente de que se produzcan, sería el domingo cuando se publicaría en primera página de todos los periódicos lo que ha sucedido el sábado, el día que se supone que menor exposición mediática hay.

La clave está en el brutal retroceso de la penetración de la prensa. De acuerdo con los datos de la AIMC en su última oleada (febrero-noviembre de 2012, PDF) apenas tiene una penetración del 36,1% entre la población y, cuando la tiene, es gracias a la prensa deportiva: Marca es el diario más leído con tres millones diarios, seguido por El País con 1,9 y de As, con 1,4 millones. Dicho de otra forma: el ciudadano medio apenas lee prensa impresa, cada vez menos y, cuando lo hace, lee mayoritariamente prensa deportiva.

La prensa es influyente en lo político, sí, pero si hay un medio de consumo generalizado, es la televisión, con diferencia el medio con mayor penetración entre los ciudadanos, según los mismos datos de la AIMC.

Pero la televisión es particular en su consumo, por dos razones. La primera, por qué se consume: sobre todo entretenimiento (programas, películas, concursos), pero también informativos. Por ejemplo, el miércoles día 20 de febrero, si se hiciera un top 10 en función del 'share' conseguido, el informativo más visto del día sería el sexto en una lista copada por los programas.

La segunda particularidad de la televisión es, tomando sólo los informativos, cuándo se consume: el sábado es el día de la semana en que menos se ven los informativos. Se toma para el gráfico de abajo la semana del 11 al 17 de febrero. Se puede ver que tanto en audiencia total de los informativos en ambas franjas (día y noche), como en share medio de los informativos en ambas franjas, como en rating medio en ambas franjas, el peor día es el sábado. Para las audiencias, y para las noticias del Gobierno y de la Casa Real.

* Nota: El martes aparece más bajo en audiencia total porque el dato tomado corresponde a un martes en el que se jugó un partido de Liga de Campeones y la edición nocturna del Telediario de TVE no computa para la audiencia, sumando cero (aun así, con un informativo menos, el sábado tiene peor audiencia).