Las autoridades marroquíes anunciaron hoy que anulan el acto de inauguración de la planta de la compañía sueca Ikea en Casablanca previsto para mañana, martes, en probable represalia por el proyecto del gobierno sueco de reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
Fuentes de Ikea Marruecos aseguraron, por su parte, que la anulación fue decidida por ellos para terminar algunos aspectos de la planta necesarios para cumplir todos los requisitos que la dirección de Ikea en Suecia pone para dar su visto bueno a cada nueva planta.
“El proyecto de Ikea no dispone de certificado de conformidad, y por ello la inauguración que ha sido lanzada por esta sociedad para el 29 de septiembre ha sido anulado”, señaló esta noche un comunicado de la Wilaya (gobierno civil) de Casablanca emitido por la agencia MAP.
El comunicado no da ninguna razón política para esa decisión de anulación, pero esta tarde una página web cercana al Palacio aseguró que la “congelación” del proyecto de Ikea había sido decidida en “represalia” por el proyecto del gobierno socialdemócrata sueco.
Ikea presentó hoy ante la prensa su planta en la periferia de Casablanca, de 27.000 metros cuadrados y que ha necesitado una inversión de 40 millones de euros, convirtiéndose en la primera planta de la firma sueca en el Magreb.
Mañana estaba prevista la inauguración a toda pompa con las autoridades locales.
A la hora en que la planta era presentada ante los medios de prensa, con la notable ausencia de dos medios oficiales marroquíes (la agencia MAP y la televisión oficial), el primer ministro Abdelilah Benkirán convocó a los principales partidos políticos parlamentarios con un único asunto en el orden del día.
Este asunto no era otro sino el proyecto del gobierno socialdemócrata sueco de reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática, el estado proclamado por el Frente Polisario y que cuenta con reconocimientos en varios países de África y América, pero ninguno en Europa.
Según dijo a Efe el secretario general del Partido del Progreso y el Socialismo (PPS), Nabil Benabdallah, los nueve principales partidos parlamentarios, cuatro de la coalición gubernamental y cinco de la oposición, se mostraron de acuerdo en que “defenderán la soberanía (sobre el Sáhara) por todos los medios posibles, incluidos los medios económicos”.
Según Benabdallah, existe un proyecto de ley del gobierno sueco para reconocer próximamente a la RASD, y los partidos han decidido enviar una misión urgente, posiblemente esta misma semana, a Estocolmo para contrarrestarla y defender la posición marroquí.
El líder del PPS aseguró que la reunión no estuvo centrada en el proyecto de Ikea, pero tampoco descartó que Ikea, “como los demás intereses suecos en el país”, pueda verse afectada.
Por su parte, la dirección de Ikea, contactada por Efe, dijo no haber “ninguna notificación oficial” por parte de las autoridades que implicase un cese o congelación de sus actividades, e insistió en que “seguimos trabajando con normalidad”, en palabras de Elisa Albendea, directora de marketing en Ikea Marruecos.
Albendea recordó que Ikea Marruecos es una franquicia de la marca sueca, pero en realidad la inversión la ha hecho la compañía kuwaití Al Homaizi, que ya explota plantas similares de la marca sueca en Jordania y Kuwait.
La directiva de Ikea no dio ninguna fecha de apertura de la tienda al público porque -recordó- queda pendiente una visita de los directivos suecos para dar su visto bueno definitivo, y Albendea dijo desconocer si han influido razones políticas en lo sucedido.
Para Marruecos, la defensa de su soberanía sobre el Sáhara Occidental es una “causa nacional” que marca su política exterior y aun la interior: “En esta cuestión -concluyó Benabdallah- no cuenta ser de la mayoría o de la oposición, es la causa nacional, la de todos”.