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La masacre de Orlando fue un crimen de odio y también ideológico, según expertos

EFE

Miami (EE.UU.) —

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La masacre perpetrada en una discoteca gay de Orlando (Florida), donde murieron 49 personas y otras 53 resultaron heridas, puede considerarse un “crimen de odio” e “ideológico”, por la connotación yihadista del atentado, consideraron hoy en Miami dos expertos.

El peor atentado en suelo estadounidense desde el 11-S reúne dos elementos que no se excluyen: el homófobo, contra el colectivo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB), y el ideológico, porque el atacante, Omar Seddique Mateen, “juró lealtad” al grupo terrorista Estado Islámico, dijo a Efe Raymundo Socorro, director de la Facultad de Derecho del Miami Dade College (MDC).

“Los dos conceptos tienen aplicación. Es un crimen de odio, porque el objetivo era la comunidad LGTB y un crimen ideológico de carácter yihadista”, reiteró Socorro.

La matanza, de la que se ha responsabilizado al estadounidense de origen afgano Omar Seddique Mateen, de 29 años, fue cometida en medio de la denominada “Noche Latina” de la discoteca Pulse, de ambiente gay.

Para el académico, entrar en debates de “discurso político” con intercambio de acusaciones y reparto de culpas no conduce a nada productivo. “Lo importante es que se trata de un crimen contra todo el mundo en Estados Unidos, ya seas judío, cristiano, musulmán o tengas tendencias homosexuales, o lo que sea”, destacó.

Resaltó la necesidad de reforzar los equipos de inteligencia y maximizar la colaboración ciudadana para abortar este tipo de actos “horribles” antes de que produzcan. Para ello, dijo, es clave que “quien vea algo sospechoso lo diga” a las autoridades.

Se refirió, en ese contexto, al hecho de que agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) entrevistaron o interrogaron a Mateen en varias ocasiones: en 2013 por “comentarios inflamatorios” vertidos ante compañeros de trabajo y, en 2014, por sus conexiones con un terrorista suicida estadounidense antes de que se inmolara en Siria.

Sin embargo, los agentes del FBI nunca presentaron cargos contra Mateen, nacido en Nueva York y de padres afganos, y el caso se cerró.

El director del FBI, James Comey, confirmó hoy que el autor de la matanza fue vigilado durante diez días por su radicalismo y entrevistado en una investigación posterior, pero no se encontraron razones para continuar con las indagaciones o prohibirle la compra de armas.

En la misma línea del académico del MDC, Eric Lob, profesor de Relaciones Internacionales y Políticas de la Universidad Internacional de Florida (FIU), señaló que el atentado fue una “combinación” de ambos factores, odio y ideología, “aunque todavía todo es muy reciente para entender completamente qué fue lo que pasó”.

No obstante, insistió en que hay que ser prudentes y “no etiquetar todavía” la matanza que se cobró la vida de tantos jóvenes, la mayoría hispanos.

Pero lo que “sí está claro que el objetivo era un club gay y que el atacante tenía potenciales lazos con el Estado Islámico”, lo que resultó en una “combinación” de “elementos ideológicos” y “crimen de odio” contra los homosexuales.

“Pero este acto no representa ni puede ser asociado a lo que hoy es el Islam. Es un asunto complejo”, quiso aclarar Lob.

Hoy se conoció que Mateen habló hasta en tres ocasiones con la policía local, mientras mantenía retenido el domingo de madrugada a un grupo de personas en un baño del local, según explicó el jefe de la policía de Orlando, John Mina.

El autor del atentado se mostró “tranquilo” en todo momento y declaró su lealtad al Estado Islámico; pero, en la última conversación que mantuvo, advirtió a la Policía de que disponía de explosivos, por lo que un escuadrón de agentes SWAT ingresó en el local nocturno.

“En ese momento pensamos que la pérdida de vidas era inminente. Salvamos vidas”, aseguró Mina.