Gürtel: el juicio que ha desnudado al PP

El PP ha asistido este año al inicio del juicio sobre su mayor caso de corrupción. El proceso de 'Gürtel: Época I' se ha convertido en el relato ordenado de cómo operaba la red corrupta, una historia de la que hasta ahora habíamos ido conociendo capítulos sueltos. El juicio ha servido para sacar a la luz los detalles de cómo actuaban los cabecillas de Gürtel, que no se aprovechaban del PP como ha argumentado el partido, sino que estaban plenamente integrados en él.

El juicio arrancó a primeros de octubre, después de una instrucción de siete años, con 37 acusados en el banquillo. Aunque se esperaba que todos los imputados declarasen antes de final de año, el tribunal solo ha conseguido que lo hagan una veintena. Entre quienes faltan, Luis Bárcenas, extesorero del PP, que declarará cuando se reanude el juicio, el 16 de enero.

Durante estos tres primeros meses, quienes han ido protagonizando las distintas sesiones del juicio han trazado un relato de la corrupción que empezaba y terminaba en el PP. Un sistema de amaños y mordidas que no podía funcionar sin la cooperación necesaria del partido que gobernaba en ayuntamientos de toda España, y que también manejaba las riendas del Estado.

Imputados de todo signo han explicado al tribunal que se conocieron entre ellos en actos del partido, o a través de sus integrantes. Isabel Jordán, administradora de las empresas de Francisco Correa, llegó a él a través del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, y de Jesús Sepúlveda, exalcalde de Pozuelo de Alarcón y exmarido de Ana Mato. El exconcejal del PP José Luis Peñas, a través del exalcalde popular de Majadahonda, Guillermo Ortega. A Gerardo Galeote le presentaron a Correa en un Congreso del PP de Madrid.

Era en esos eventos del partido donde el cabecilla de Gürtel se dejaba ver, siempre al lado de los altos cargos. Por ejemplo, al lado del expresidente del Gobierno, José María Aznar. Según explicó el delator de la trama, José Luis Peñas, ambos mantuvieron una amistad que fue muy beneficiosa para Correa. Le dio un estatus entre los cuadros medios del partidos que veían en él a alguien importante y con buenas relaciones con la cúpula.

Así conectaba Correa con alcaldes y concejales. Les ofrecía sus servicios y comenzaba a ocuparse de la organización de eventos para el partido y para las corporaciones municipales. Trabajaban con él porque era rápido, explicó al comienzo del juicio uno de los arrepentidos. También era barato, dijo Galeote, que justificó sus contratos con la Gürtel argumentando que había ahorrado “cientos de miles de euros” a la administración.

Pero si algo ha quedado claro en estos primeros meses de juicio es que la organización de eventos, que tantos titulares ha dado, solo era la punta del iceberg. Servía para que la red Gürtel se instalase en los distintos municipios para acceder a su verdadera mina, las operaciones urbanísticas. El propio Correa dio detalles de cómo intentó hacer caja con unos terrenos de Majadahonda, y la red corrupta aún tiene parcelas en Boadilla del Monte, uno de los bastiones del PP. Según Peñas, eran estos negocios los que daban los beneficios más importantes.

Mordidas a cambio de amaños

De los tres primeros meses de juicio, la declaración más reveladora fue la de Correa. Allí contó que, junto a Luis Bárcenas, había puesto en marcha un sistema de amaños de grandes obras públicas a cambio de mordidas y financiación para el PP. “Vamos a intentar hacer gestiones para cuando salen los concursos públicos de la administración, intentar favorecer o adjudicar a algunos empresarios que luego van a colaborar con el partido”, fue la propuesta de Bárcenas, según dijo el cabecilla de la trama.

Su relato de cómo llevaba el dinero a la sede del PP dejó otro detalle de la simbiosis entre el partido y la trama. Correa dijo al tribunal que tenía una tarjeta especial, la misma que usaban los dirigentes del partido, para entrar en Génova 13.

La financiación ilegal del partido ha estado presente en muchas sesiones del juicio, aunque este proceso no se ocupa juzgarla. Lo ha dejado claro el presidente del tribunal en varias ocasiones, cortando las preguntas que se centraban demasiado en ese aspecto. Las fiscales tampoco han insistido mucho cuando Correa, por ejemplo, daba el nombre de algunas constructoras que habrían estado implicadas en la financiación ilegal.

Cuando le llegó el turno de pregunta a las acusaciones populares, que querían más detalles sobre sus revelaciones para forzar la reapertura del caso de la caja B del PP, Correa cambió de estrategia. Dijo que, por recomendación de su abogado, no iba a contestar a más preguntas.

Correa no ha sido el único que ha hablado de la financiación ilegal del partido. El empresario Alfonso García-Pozuelo, antiguo dueño de Constructora Hispánica, uno de los arrepentidos, admitió que había financiado ilegalmente al PP. Roberto Fernández, ex concejal de Pozuelo, también arrepentido, contó al tribunal que Gürtel había pagado 100.000 euros para una campaña electoral.

Peñas también explicó lo reglado que estaba el sistema de financiación irregular del PP. A preguntas de la fiscal, dijo que cuando le nombraron concejal de Majadahonda, el entonces alcalde, Guillermo Ortega, le mostró un fax de Génova con una lista de empresas a las que había que beneficiar con adjudicaciones porque habían financiado al partido. “Ese esfuerzo había que remunerarlo, había ayudarles en las contrataciones”, le digo Ortega a Peñas, según contó este último.

Ahora el juicio encara la segunda parte de los interrogatorios a los acusados, con la pieza central de esa presunta financiación ilegal: el extesorero Luis Bárcenas. Durante las próximas semanas le seguirán nombres como Jesús Sepúlveda o Alberto López Viejo. Tras ellos será el turno de los testigos, con una lista compuesta por nombres tan ilustres como el de Rodrigo Rato, Francisco Álvarez Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes, Ana Mato o Esperanza Aguirre.

Quienes han ocupado cargos de alta responsabilidad en el partido y en el Gobierno serán interrogados en los próximos meses, en un proceso judicial que ha ido escuchando el relato de cómo Gürtel operó gracias al PP y en beneficio del PP.