Bogotá, 21 jun (EFE).- La educación en Colombia necesita “cambios duraderos” que sean producto del consenso para avanzar en la universalización de ese derecho, pues aún hay medio millón de niños por fuera de la enseñanza inicial y 3,3 millones de jóvenes sin acceso a la formación media, asegura la jefa de esa cartera, Aurora Vergara.
La ministra, que se considera a sí misma un caso “excepcional” por haber llegado adonde está habiendo salido de la región del Pacífico, una de las más pobres del país, explica en una entrevista con EFE la situación luego de que se hundiera el miércoles en el Senado la ley que buscaba reformar la educación y que espera que el Gobierno vuelva a presentar en el próximo periodo legislativo.
“En el sector de educación necesitamos cambios duraderos y para eso necesitamos leyes que tengan consensos sólidos, la mayoría de los proyectos de Gobierno han requerido más de una legislatura”, afirma.
Por eso dice tener “plena confianza en que todas las personas involucradas, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, van a poner en el centro la educación, van a hacer un acuerdo nacional que permita legarle a esta generación una educación de calidad y pertinencia. Tengo la certeza de que avanzaremos en la próxima legislatura y que lograremos los consensos”.
Vergara subraya “que hay pocos países que han declarado la educación como un derecho fundamental” y Colombia es uno de esos con la Constitución de 1991 y la Ley 115 de 1994, y aunque ha mejorado la cobertura del sistema, conformado por las fases inicial, preescolar, básica (cinco grados de primaria y cuatro de secundaria), media (dos grados finales de bachillerato), superior y la educación para el trabajo, falta mucho por hacer.
Financiación insuficiente
La frustrada Ley Estatutaria de la Educación buscaba “regular el derecho fundamental a la educación inicial, básica, media y superior” mediante la financiación adecuada.
La ministra explica: “De los 54 billones de pesos (unos 12.960 millones de dólares) que la nación invierte en educación preescolar básica y media, tan solo medio billón de pesos (unos 120 millones de dólares) se invierten en calidad educativa”.
“Hay un porcentaje importante del presupuesto que se va al pago de la nómina, a garantizar las condiciones básicas de funcionamiento de las escuelas (...) La inversión con las reglas de juego de hoy no es tan grande como debiera” y por eso se necesita la reforma, asegura.
Indica que la meta del Gobierno “es tener 2.700.000 niños y niñas en educación inicial y vamos avanzando para garantizar que más de 2.200.000 ingresen (en esa fase) en todo el territorio nacional”.
Sin embargo, “el reto más grande” está en la educación media, que es el puente a la universidad.
“Hay tres millones de personas en este momento que no están ni estudiando ni trabajando y que están en esa edad de estudiar y trabajar”, dice, y por lo tanto, “el esfuerzo que el país debe hacer para cubrir a todo este grupo poblacional es inmenso”.
Eso se debe en parte a que la mayoría de esos jóvenes “están en entornos rurales” y los recursos llegan principalmente “a los lugares más cercanos, menos dispersos y a las ciudades”.
“La institución no está diseñada para garantizarles la continuidad (del bachillerato)”, dice antes de dar otra cifra preocupante: “nos sucede hoy que 8.000 escuelas no cuentan con la educación media, no cuentan con el (grado) décimo y el once”.
Esperanza de tiempos mejores
Por eso insiste en “un cambio duradero en educación” para aumentar los recursos del sector porque, de las 44.000 sedes educativas que hay en el país, “28.000 escuelas no tienen conectividad”.
“La apuesta que hace el Gobierno de conexión de estas escuelas hoy necesita venir acompañada de una inversión similar en los próximos años para que se puedan actualizar esas tecnologías y se puedan mantener en el tiempo”, dice.
Tomando su historia de vida como espejo, Vergara confía en que vendrán tiempos mejores con el rescate de la Ley Estatutaria en la próxima legislatura.
“Yo vengo de una zona rural, el departamento del Chocó, y me he formado con inmensas dificultades; ahora tengo un lugar muy privilegiado que es ver cómo hacer el cambio para que muchos de esos jóvenes puedan ingresar al sistema de educación no como una excepción”, dice esta socióloga de la Universidad del Valle con doctorado de la Universidad de Massachusetts-Amherst (EE.UU.) y postdoctorado en la Universidad de Harvard.
Jaime Ortega Carrascal