Cientos de personas se han concentrado este sábado en la madrileña Puerta del Sol para pedir la prohibición de las becerradas. Ataviados con pañuelos verdes y al grito de “la tortura no es cultura”, “abolición” y “derechos ya para los animales”, los manifestantes han reclamado el fin de las actividades taurinas con las crías de las vacas.
La protesta, organizada por el partido animalista PACMA, ha comenzado momentos antes de las cinco de la tarde. El recorrido de la manifestación ha empezado en la céntrica plaza madrileña y se ha dirigido hacia el Congreso de los Diputados, para seguir hacia la fuente de Neptuno, la calle Alcalá, y llegará a su fin en la misma Puerta del Sol.
Antes de que arrancase la marcha, la portavoz de PACMA, Laura Duarte, se ha dirigido a los manifestantes desde un escenario montado delante de la sede de Gobierno de la Comunidad de Madrid para anunciar que dicho partido va a denunciar el lunes que viene al alcalde socialista de Fuenlabrada, Javier Ayala, por el maltrato sufrido por un toro que se negaba a avanzar durante el recorrido de un encierro, anuncio que ha sido recibido con un aplauso de la gente presente en la protesta. Además, ha anunciado que también han conseguido “paralizar dos encierros y una corrida de toros en Parla”.
Asimismo, también se ha emitido un vídeo en la pantalla gigante situada detrás del escenario que recreaba los pensamientos de un becerro durante una becerrada. “¿Qué va a pasar ahora, mamá? Tengo mucho miedo, ayúdame”, decía un becerro con la voz de un niño. El vídeo ha provocado que multitud de manifestantes se hayan emocionado, mientras que otros han reaccionado al grito de “¡asesinos, asesinos!”.
David, uno de los cientos de jóvenes presentes en la manifestación, cree que la tauromaquia choca frontalmente con el sentido común. “Es simple diversión, no utilizamos la moral”, dice. “Las becerradas son la previa a lo que viene después, que es el toreo. No tenemos que hacer daño a animales simplemente por diversión”, afirma.
La presidenta de PACMA, Silvia Barquero, ha dado comienzo al chupinazo animalista, que ha estado acompañado del ritmo de una batucada.
En opinión de Margarita, las becerradas son una “tortura de bebés de toros que se hace en todos los pueblos”. “Son animales que están siendo mutilados y torturados; son seres vivos, como tú y como yo”, dice indignada, antes de sentenciar que “la tauromaquia se debería abolir.
Por su parte, Cristina afirma que las becerradas “son costumbres prehistóricas”. “Es bastante injusto lo que se les hace a los animales. Yo tengo perro y son cachorros igualmente. El trato hacia los animales tiene que cambiar”. Sin embargo, no es partidaria de la abolición de los espectáculos de tauromaquia. “Creo que se debería ver, pero sin maltratar al animal. Siempre con respeto, porque el espectáculo es bonito”, dice.