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Moreno marca territorio con ayuda de Ayuso antes del desembarco de Génova en el congreso del PP andaluz

El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, se hace un 'selfie' con los barones del PP: Alfonso Fernández Mañueco (i), Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Fernando López Miras y Juan Jesús Vicas, en el arranque del congreso andaluz, en Granada.

Aitor Riveiro

Granada —
19 de noviembre de 2021 22:38 h

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Juan Manuel Moreno llegaba al XVI Congreso del PP andaluz con todo de cara. Había atraído al nuevo PSOE de Juan Espadas a una negociación presupuestaria que le abría la puerta a desprenderse del lastre de la ultraderecha para aprobar sus cuartas cuentas públicas consecutivas, después de haber pactado en los anteriores ejercicios. Su liderazgo orgánico también es indiscutible. El cónclave que ha arrancado este viernes en Granada iba a ser su encumbramiento: tercer mandato al frente de un partido lanzado a apurar la legislatura con unos presupuestos regados del dinero de los fondos europeos y elecciones en la segunda mitad de 2022. Pero un audio filtrado al principio de la semana ha enfangado el congreso, la relación con el socio de Gobierno, Ciudadanos, y ha reavivado las muchas diferencias de estrategia y discurso que separan a Moreno de su jefe de filas, Pablo Casado, y la guerra con Génova. Pero en ese enfrentamiento se ha encontrado con una aliada quizá inesperada para él, pero que siempre aparece en los momentos álgidos para acaparar el protagonismo: Isabel Díaz Ayuso.

En el PP de Andalucía hay un notable enfado por la filtración de un audio del vicepresidente de la Junta y líder de Ciudadanos en la comunidad, Juan Marín, cuyo contenido dinamitaba en buena parte la estrategia de negociación del Gobierno de negociación para los Presupuestos de 2022 y, por tanto, la senda definida por Moreno para apurar lo máximo posible la legislatura. “Sería estúpido presentar un Presupuesto en año electoral”, explicaba Marín a sus diputados en una reunión interna que alguno de los suyos grabó (en julio, según se dijo primero; en septiembre, según explicaron después algunos de los asistentes) y que alguien hizo llegar a la cadena Ser para su publicación el pasado martes. A apenas cuatro días del arranque del cónclave en Granada.

La consecuencia inmediata fue que tanto el PSOE como Vox anunciaron sendas enmiendas a la totalidad y la imposibilidad de negociar las cuentas del año que viene, lo que obligará a Moreno a prorrogar los actuales presupuestos, que no tienen en cuenta los fondos europeos, y que aleja su idea de llevar la legislatura a la segunda mitad del año.

El PP de Andalucía se ha esforzado en circunscribir el problema a su socio de Gobierno, partido en dos y que se dirige, como en otras regiones, a la debacle electoral, según las encuestas. El presidente andaluz se ha empleado a fondo en salvar al Ejecutivo de la bronca mediática desatada cuando Marín acusó directamente a su excompañero de partido Fran Hervías, hoy trabajando a las órdenes de Casado en Génova 13, de estar detrás de la filtración del audio. Lo volvió a hacer este viernes desde el Palacio de Congresos de Granada, donde ha acudido para participar en el congreso del PP en una decisión de última hora con la que Juan Manuel Moreno manda un claro mensaje a la dirección nacional, por si acaso están detrás de la famosa filtración, de respaldo a su vicepresidente, como parte del Gobierno y como su apuesta para seguir liderando Ciudadanos.

“Que el señor Hervías está detrás [de la filtración] para intentar eliminar a Ciudadanos, no me cabe la más mínima duda”, dijo Marín ante los periodistas, para añadir que él no es culpable de sus palabras y de cómo se puedan utilizar, sino que “el responsable es quien ha grabado y quien ha filtrado”, por haber cometido una “deslealtad”. El audio no solo ha alimentado la bronca entre Moreno y Casado, también la supuesta ofensiva para que el PP fagocite a Ciudadanos y que comandaría Hervías desde un puesto de mando en Génova. El hoy militante del PP de Sevilla asistirá al congreso como compromisario, aunque en la primera jornada no se le vio por el plenario.

Unos minutos antes, en el escenario del plenario del congreso del PP, Marín charló unos breves 30 minutos con el portavoz del Ejecutivo, Elías Bendodo. Ambos, especialmente Marín, apostaron por mantener dos estructuras diferenciadas, pero cómplices. “Buscaremos coincidencias”, dijo el vicepresidente ante un plenario que lo recibió con frialdad (pero sin los abucheos que algunos preveían), para añadir que su intención es “renovar” el Gobierno de coalición “independientemente de los escaños” que logren en las urnas. “Espero que pronto sean las primarias en mi formación y que se elija al candidato”, concluyó, postulándose para el puesto. “No son los colores, son las personas”, apostilló la mano derecha de Moreno en el Gobierno, Bendodo, quien llegó a decir que “no se diferencian los consejeros del PP y de Ciudadanos”. Una frase que Marín refrendó.

Después, desmintió a quienes le sitúan ya como “independiente” en las listas de Moreno. “Llevan tres años diciendo que me iba al PSOE y otros tres, al PP”, dijo, recordando que Ciudadanos ya fue la muleta del PSOE de Susana Díaz en la legislatura anterior.

Ayuso, a Moreno: “Vuela libre”

Y en estas llegó a Isabel Díaz Ayuso y puso patas arriba un congreso que ya de por sí estaba tensionado. Si los movimientos de Moreno y los suyos para respaldar a Marín del fuego (supuestamente) amigo fueron más o menos evidentes, mientras los portavoces de Génova intentaban rebajar el suflé mediático, la presidenta madrileña repitió su estrategia de la Convención Nacional del pasado mes de octubre y se hizo con el protagonismo total del cónclave andaluz.

Su discurso, no especialmente largo, se dirigió contra el PSOE, Pedro Sánchez y el Gobierno de coalición que, dijo, quiere destruir España. Pero casi al final, Ayuso le dijo al presidente andaluz: “Te voy a dar un consejo”. Como hace un mes y medio en Valencia, cuando dijo aquello de “Pablo, te quiero decir una cosa”, los asistentes contuvieron la respiración. Y Ayuso se arrancó: “Los presidentes somos los únicos con la prerrogativa y la potestad de convocar elecciones. Te quiero recomendar que vueles libre, que tomes tus propias decisiones”.

Ayuso sacó de su chistera el elefante que nadie quería ver en la habitación, el adelanto electoral. El verdadero motivo de la bronca entre Moreno y Casado. Y, también, lo que precipitó la ruptura entre la propia Ayuso y Casado, quien intentó infructuosamente que la presidenta madrileña no convocara los comicios del 4 de mayo. Ahora, Génova sí quiere que Andalucía vaya a las urnas cuanto antes, precisamente para contrarrestar el auge de la presidenta y difuminar así su éxito electoral. Pero Moreno prefiere esperar.

El momento álgido de esta ofensiva fue tras la moción de censura fallida en Murcia y las elecciones en Madrid, en las que Díaz Ayuso terminó fagocitando a sus ex socios de Ciudadanos. El Ejecutivo andaluz de coalición tuvo que encapsularse, Moreno llamó a Casado para que dejara a Andalucía fuera de la operación, y ese mismo día compareció de urgencia junto a su vicepresidente para firmar un compromiso de alianza mutua para agotar juntos la legislatura.

Una de las máximas difundidas por los organizadores del congreso del PP andaluz era evitar a toda costa, en el plenario, cualquier referencia a las elecciones. La posibilidad latente de un adelanto electoral en la primera mitad de 2022 desvirtúa el mensaje con el que Moreno quiere salir de su reelección para un tercer mandato: la estabilidad política de su Gobierno de coalición con Ciudadanos y el compromiso de agotar el mandato, para dar seguridad a empresas e inversores en el año de la recuperación económica.

“Siempre has antepuesto el interés de Andalucía al tuyo. Y en el momento en el que convoques las elecciones todos los andaluces sabrán que lo has hecho por su interés”, dijo Ayuso. Después tuvo también palabras para su jefe de filas, quien no participará en el cónclave hasta la clausura del domingo: “Necesitamos seguir unidos, que nuestros gobiernos sigan siendo un ejemplo hasta que llegue Pablo Casado a la Moncloa y España demuestre que es el mejor país del mundo ahora mismo”.

Pero ya daba igual. Ayuso ya había recibido una tremenda ovación cuando Moreno intentó presentarla ante el plenario, algo que logró a duras penas. Su intervención puso en pie a los presentes. El presidente le devolvió el capote (“gracias por tu lucha incansable”) y le lanzó un cariño: “Nunca has encontrado una crítica del gobierno andaluz”. Dos dirigentes en las antípodas estratégicas y discursivas que han unido sus fuerzas contra un tercero al que no quieren dejar inmiscuirse en sus asuntos. Hasta Alberto Núñez Feijóo, menos protagonista de lo que suele ser, quiso “felicitar” a Ayuso.

Tras el discurso de la presidenta madrileña, fuentes de Génova se apresuraron a defender que “el presidente Casado siempre ha traslado a Juanma Moreno su apoyo para que convoque las elecciones cuando él considere oportuno”. “Es su decisión y la dirección nacional siempre estará a su lado”, zanjaron las mismas fuentes.

Si el titular del primer día del congreso del PP andaluz no lo hubiera acaparado la presidenta madrileña, quizá habría brillado más el discurso del presidente gallego, amigo de Moreno, quien le brindó un cariñoso mensaje propicio para el lema de la campaña electoral que se avecina: “Juanma ya no es del PP, es andaluz al 100%”. Incluso la fugaz participación de Marín. Al finalizar el coloquio entre presidentes (con Fernando López Miras -Murcia-, Alfonso Fernández Mañueco -Castilla y León- y Juan Jesús Vivas -Ceuta- como convidados de piedra), los seis se hicieron un selfie con el móvil de Moreno, ataviado para la ocasión con una funda con la bandera andaluza. El presidente andaluz hizo varias pruebas. “¡Ahora!”, se oyó a Ayuso por un micrófono abierto. Esa fue la foto buena, sin nadie de Génova en ella. Este sábado llega el desembarco de la dirección nacional.

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