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Nexo y La Tercera España: intelectuales y exdirigentes de Ciudadanos y UPyD vuelven a buscar “votantes huérfanos”

Presentación de la plataforma Nexo, en Madrid,

Carmen Moraga

15 de octubre de 2023 22:26 h

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Afirman sentirse “huérfanos” en lo político y creen que ha llegado la hora de dar un paso al frente. Aseguran, además, que quieren que la ciudadanía tenga la oportunidad de votar a un partido que evite que los futuros gobiernos queden al albur de “los extremos”, de los “separatistas y nacionalistas”, a los que culpabilizan de todos los males que atribuyen a España. O de Vox, el partido de extrema derecha de Santiago Abascal, contra el que también cargan las tintas.

Muchos de sus mensajes suenan igual o muy parecidos a los que acompañaron al nacimiento de otros proyectos que acabaron fracasando, como Ciudadanos o UPyD y que tras girar siempre a la derecha terminaron fagocitados por el PP.

Ahora se hacen llamar Nexo y La Tercera España. Se trata de dos nuevas plataformas políticas o asociaciones con vocación de consolidarse en el futuro como partidos políticos para concurrir a las próximas citas electorales previstas a partir de 2024.

Los promotores de ambos foros de debate, en buena medida exfundadores y exdirigentes de los citados Ciudadanos y de UPyD, se afanan en marcar diferencias a pesar de que son bastantes las cosas en las que coinciden. Incluso algunos de ellos han firmados los dos manifiestos, a los que también se han adherido antiguos cargos del PSOE, críticos con lo que llaman el “sanchismo”, y figuras del mundo de la cultura.

Las cabezas visibles de Nexo, Edmundo Bal y Francisco Igea, además de otros críticos de Ciudadanos, no quieren que se les etiquete “ni de izquierdas, ni de derechas”. Se definen ideológicamente como “progresistas”, aunque Bal, exportavoz del grupo parlamentario de la formación que lideraba Inés Arrimadas, en una entrevista concedida a elDiario.es, no dudó en encuadrar a Nexo en el “centro” político, el mismo espacio que reivindicaban tanto UPyD cuando saltó a la palestra en el País Vasco de la mano de la exdirigente del PSOE Rosa Díez [que renegó de su partido en el que llevaba militando décadas], como el primitivo Ciudadanos, fundado por Albert Rivera en Catalunya. Los dos partidos surgieron con los mimbres de sendas plataformas, al igual que ahora Nexo y La Tercera España.

La formación magenta inició su andadura con la plataforma Pro, que fue creada en 2007 por medio centenar de políticos e intelectuales en el seno de la asociación ¡Basta Ya!, con el objetivo de crear un nuevo partido político. La primera reunión la celebraron en San Sebastián, donde surgió el primer manifiesto que fue firmado por, entre otros, el filósofo Fernando Savater, un fijo en todos estos movimientos. De ese primer embrión nació UPyD, que terminó disolviéndose definitivamente en 2020 tras varias crisis internas a consecuencia de los sucesivos fracasos electorales. En su historial queda como otro gran fracaso los intentos de unidad con Ciudadanos, el partido creado por Rivera en Barcelona en 2006.

Ciudadanos, no obstante, había dado ya sus primeros pasos allá por los inicios de 2005 cuando otro grupo de intelectuales se reunió en Barcelona para sondear la posibilidad de lanzar también una plataforma para debatir ideas. Ahí surgió Ciutadans de Catalunya y un primer manifiesto firmado por Félix de Azúa, Albert Boadella, Francesc de Carreras, Arcadi Espada, Félix Ovejero, o Xavier Pericay, entre otros. Un año después, en 2006, el proyecto tomaba forma en un multitudinario encuentro de sus promotores celebrado en el Teatro Tívoli de la capital catalana, en el que lanzaron un segundo manifiesto apoyado por Mario Vargas Llosa o Arcadi Espada y que terminó germinando en Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, que fue su primera denominación. En su Asamblea Constituyente se nombró presidente a Albert Rivera.

UPyD vs. Ciudadanos: dos partidos con principios y fines muy similares

Si había algo que unía a ambos partidos eran los principios que proclamaban y los fines que defendían, como “la lucha contra ETA y contra los nacionalismos”, “la regeneración democrática” o la reforma de la Constitución para “reforzar las libertades ciudadanas y la igualdad de ciudadanos vivieran donde vivieran”.

Pero Rosa Díez y Albert Rivera nunca llegaron a sintonizar y todos los intentos para concurrir juntos a las elecciones fracasaron. El pulso lo perdió UPyD, que se estancó con los cinco escaños que logró en el Congreso en 2011. UPyD finalmente desapareció de las instituciones después de varios batacazos electorales, mientras Ciudadanos crecía a costa de sus cenizas. De hecho, el último presidente de aquella formación, el efímero Cristiano Brown, pidió el voto para Rivera y llegó a integrarse en sus listas. En las generales de abril de 2019 Ciudadanos logró 57 escaños en el Congreso, todo un hito.

Pero ese inmenso bagaje se esfumó de un plumazo en la repetición electoral de noviembre: el partido se hundió a 10 escaños y Rivera dimitió siendo sustituido por Inés Arrimadas. Desde entonces, Ciudadanos ha ido dando tumbos envuelto en interminables crisis internas y concatenando fracasos electorales motivo por el cual la nueva dirección renunció a concurrir a la cita del 23J. A día de hoy, los pocos dirigentes que le quedan aseguran que quiere revitalizar el proyecto de cara a las próximas elecciones europeas.

Precisamente la decisión de no presentarse a esas generales ha sido el detonante del nacimiento de Nexo, cuyos 38 fundadores pretenden lanzar en el futuro un nuevo partido político “reformista y progresista”. Según explicaron el día de su presentación, Nexo no se identifica “ni con la izquierda ni con la derecha”, y quiere huir de las etiquetas de “rojos o azules”. La sorpresa fue ver en la sala donde se celebró el acto al exdirigente de la llamada 'vieja guardia' del PSOE, José Luis Corcuera, al que acompañaba la aún eurodiputada del grupo parlamentario de Ciudadanos en Bruselas Soraya Rodríguez, fichada por Rivera en su día como “independiente”. También acudió el último líder de UPyD, Cristiano Brown. Todos se declaran “simpatizantes” del proyecto, al igual que Fernando Savater, Nicolás Redondo Terreros y Joaquín Leguina [los dos últimos expulsados del PSOE], que apoyaron el manifiesto. En él, la plataforma incluye un “decálogo” de quince medidas, muy similares a las que ofrecieron en su día tanto por UPyD como Ciudadanos.

A pesar de que las caras más visibles y reconocibles de esta plataforma son Edmundo Bal y Francisco Igea, en su Junta Directiva figura como presidente Santiago Saura, exconcejal del Ayuntamiento de Madrid de Ciudadanos que fue 'número dos' de Begoña Villacís; Juan Ignacio López-Bas, exdiputado de Ciudadanos, que ocupa el cargo de secretario y Ana Elliot, exconcejal en Majadahonda, que es la tesorera.

Pocos días después, otro grupo de intelectuales lanzó La Tercera España, una asociación con vocación también de convertirse en partido político en breve. Sus principales promotores son la escritora Gabriela Bustelo, el expresidente del Foro de Ermua Iñaki Ezkerra y el catedrático emérito de Historia Económica, Gabriel Tortella. El 17 de septiembre hicieron público un manifiesto firmado en un principio por una treintena de personas entre los que se encuentran el filósofo Fernando Savater y el escritor Andrés Trapiello. Esta nueva asociación se declara abiertamente de “izquierdas”, pero “liberal” en lo económico.

El día de su presentación en el parque madrileño del Retiro Bustelo aseguró que quieren competir con el resto de las formaciones políticas en las próximas citas electorales y entrar “como un torpedo” en esa carrera. Pero al igual que ocurre en Nexo, no todos los que han firmado el manifiesto se integrarán en los partidos que surjan de estas plataformas. Prueba de ello es que uno de los firmantes de la Tercera España es Francisco Igea, impulsor de Nexo.

Igea: “En Nexo no queremos ser autómatas, habrá libertad de voto”

El aún procurador de Castilla y León aclara que a él le llamaron hace tiempo para que conociera el proyecto y firmara el manifiesto. “A mí me pareció bien y lo firmé como he hecho en otras ocasiones con otros similares. Pero no era un manifiesto fundacional de un partido, ni mucho menos, al menos yo no lo entendí así, como tampoco lo entendió así Savater. No me vinculaba a nada”. Es más, asegura que desconocía que iban a presentar la plataforma casi al mismo tiempo que la de Nexo, que según adelanta Igea en conversación con esta redacción, “tiene ya muchos afiliados” que se están organizando en “grupos de debates para generar contenido” y “propuestas concretas”.

Él cree que lo primero que tienen que hacer es tener claro “qué es lo que hay que ir construyendo y para qué, sin personalismos”. “Hay que preparar un guion porque si no hay buen guion, aunque haya actores, no saldrá una buena película”, sentencia. A su juicio, los partidos tradicionales que hay en España lo han hecho al revés, “primero el quién y luego el para qué”.

Una de las propuestas que quiere lanzar en Nexo es “un cambio en el sistema electoral y en la ley de partidos de tal manera que los parlamentarios representen a su distrito” y “acabar con los autómatas”, es decir, con la disciplina de voto. “Los parlamentarios votan lo que les dicen, nunca existe lugar a la sorpresa y eso es fruto del cesarismo de este sistema político”. “Para nosotros esta es una de las urgencias más vitales del país y si esto no se consigue yo no estaré ahí”, advierte el exdirigente de Ciudadanos, que ironiza sobre su condición de “eterno crítico”.

“Nosotros abogamos por unirnos con otras plataformas que están en nuestro mismo espacio para ir sumando y construyendo un gran proyecto que impulse las grandes reformas que necesita en España. Por eso elegimos el nombre de Nexo, para unir”, afirma. Incluso dentro de la propia plataforma desvela que les hubiera gustado registrar su asociación con el nombre de Sumar, “pero ya estaba cogido”, dice entre risas.

Bustelo: “La Tercera España es socialdemócrata y de izquierdas”

Por su parte, Gabriela Bustelo, una de las impulsoras de La Tercera España, aclara que este proyecto “no tiene nada que ver con Nexo”. “No tenemos casi personas en común salvo que el manifiesto fue firmado por gente de todos los rangos intelectuales e ideológicos”, aunque en una de las cosas que coinciden con el proyecto de Bal e Igea es en su rechazo al PP de Feijóo y al PSOE de Pedro Sánchez. Es más, la escritora reprocha a ambos políticos que en lugar de estar centrados en las ideas, estén más pendientes de denunciar ante la opinión pública que les han expulsado del partido: “Son cosas que creemos que no le interesan a nadie”, dice.

Pero Bustelo va más allá y añade que tampoco se identifican con otros proyectos anteriores situados en el centro y mucho menos con Ciudadanos, “al que algunas personas llegaron a situar como de extrema derecha”. “Ciudadanos nos sirve como guía para no cometer las mismas equivocaciones, que han sido numerosas”, añade, mientras confiesa que llegó a militar en la última etapa de aquella formación, en el año 2022 e inicios del 2023, cuando estaba liderada por Inés Arrimadas.

Bustelo explica que su asociación está ya en trámites para convertirse en partido político e insiste en que ellos se han posicionado “desde un primer momento como de izquierdas y socialdemócratas”. “Somos una organización no populista, moderna y no jerárquica”, añade. Uno de los artículos de sus estatutos establecerá la creación de “un Consejo Asesor para evitar que la Ejecutiva se pueda 'desmadrar' y tome decisiones de forma aislada y por su propia cuenta, como sucedió en los casos de UPyD y de Ciudadanos”, explica la escritora. Los impulsores de este nuevo partido quieren contar con el apoyo de antiguos dirigentes socialistas como Nicolás Redondo Terreros, con el que ya están en contacto, así como con otros miembros del “primitivo PSOE” al que la escritora dice haber votado en el pasado.

De momento las elecciones más cercanas son las europeas de junio de 2024. Luego llegarán en cascada los comicios vascos, gallegos y las catalanas. Eso si antes no hay repetición de las generales en enero. Pero a esa hipotética cita con las urnas a ninguna de las dos plataformas le daría tiempo a presentarse.

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