Incluso si finalmente hay más de un candidato a presidir el PP y suceder así a Mariano Rajoy, el nombre del nuevo líder de los populares se podrá conocer antes del congreso extraordinario que se celebrará el próximo mes, en una fecha que determinará este lunes la Junta Directiva Nacional del partido en la reunión que celebrará en un hotel de Madrid. Porque a pesar de que concurran al proceso interno varios aspirantes, la votación en la que por primera vez en la historia de los populares podrán participar los más de 870.000 afiliados puede ser decisiva para evitar un escenario de confrontación en el cónclave como el que quieren evitar los dirigentes de la formación.
Solo con que uno de los aspirantes obtenga más del 50% de los votos, se sitúe 15 puntos porcentuales por encima de su siguiente oponente o logre ser el más votado en más de la mitad de las circunscripciones, será proclamado automáticamente como candidato único a la Presidencia del partido y se convertirá de facto en el nuevo líder del PP, así como en el próximo candidato de los populares a la Presidencia del Gobierno.
Así lo establecen los estatutos aprobados en el congreso de febrero de 2017 y que introdujeron esas primarias para asemejar la democracia interna del partido a la de otras formaciones políticas. Se trata de unas primarias a dos vueltas. En la primera, cuya fecha también está previsto que se fije este lunes, los militantes elegirán a los compromisarios para participar en el congreso del partido y, al mismo tiempo, se prestará apoyo directo, también, en votación secreta, a los precandidatos a la Presidencia. Solo en el supuesto de que no se cumpla alguno de los tres requisitos antes expuestos –lograr más del 50% de los votos, estar 15 puntos por encima o vencer en más de la mitad de las circunscripciones– resultaría determinante la segunda vuelta, que se celebrará ya en el congreso y en la que únicamente votarán los compromisarios.
No habrá más de dos candidatos en el cónclave
Además, la normativa interna del PP impide que al congreso lleguen más de dos candidatos a liderar el partido. Porque los estatutos establecen que serán proclamados candidatos a la Presidencia, para su elección por los compromisarios en el cónclave, “los dos precandidatos que hubiesen obtenido el mayor número de los votos válidos emitidos por los afiliados”. El PP aplica, sin embargo, uno de los reglamentos más accesibles para aquellos que quieran convertirse en precandidatos, si se compara con el de otros partidos: quienes quieran suceder a Rajoy tan solo deben presentar 100 apoyos de compañeros de formación.
Quienes suenan como posibles aspirantes a la Presidencia argumentan para no aclarar si se presentarán o no, precisamente el hecho de que aún no haya sido convocado oficialmente ese congreso extraordinario por lo que, aunque quisieran, no podrían formalizar su precandidatura ante la comisión organizadora, que también se fijará en la reunión de este lunes. “No hay ningún congreso convocado de momento”, lleva insistiendo el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que lidera las quinielas, cada vez que le preguntan sobre si se presentará o no.
Se quedará sin argumentos una vez que la Junta Directiva Nacional se reúna este lunes en el Hotel Novotel Madrid Center de la capital y ponga fecha tanto a las primarias como al congreso. Oficialmente, los aspirantes deberán presentar su precandidatura ante la comisión organizadora “entre los siete y los quince días siguientes a la convocatoria del congreso”, por lo que podrían esperar aún una semana, hasta el lunes 18, para anunciar su postulación. Lo que sí deberán hacer a partir de mañana es recabar esos 100 apoyos que exigen los estatutos para poder ser proclamados candidatos.
Con las “diferentes sensibilidades” internas
Nadie quiere adelantarse y anunciar su interés por suceder a Rajoy. Pero la dirección actual del PP ya va dejando claro que quien lo haga deberá tener en cuenta su capacidad de unir al partido. Quien lidere el partido, aseguraba este viernes el vicesecretario de Política Social, Javier Maroto, debe “contar con las diferentes sensibilidades” internas. “La suma de ellas nos hace más ricos, más plurales y, por tanto, representamos a más personas”, señalaba.
Para la dirección saliente no valen, en definitiva, aquellos aspirantes que susciten recelos en sectores amplios de la formación. Y esto resta opciones a la aún número dos, María Dolores de Cospedal, y a la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría que, durante su etapa en el Gobierno, han ido polarizando el partido entre quienes les apoyan o les detestan. Por contra, hace ganar enteros a Alberto Núñez Feijóo, a quien dirigentes territoriales y regionales consideran ya como un candidato “de consenso” capaz de fortalecer al partido. Por el momento, en el partido consideran seguro que él se presentará.
Sáenz de Santamaría y Cospedal siguen pensándoselo. Precisamente, la posibilidad de que esta última opte al proceso interno inquieta al PP de Castilla-La Mancha, territorio al que pertenece la exministra de Defensa y del que fue su presidenta hasta 2015. Entre sus dirigentes existe mucha expectación por conocer si la número dos del partido a nivel nacional querrá suceder a Rajoy o si, por el contrario, volverá a dar la batalla en la región, informa Alicia Avilés.