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La nueva fundación de Juan Carlos de Borbón en Abu Dabi alimenta las sospechas sobre sus pagos a Hacienda

Juan Carlos de Borbón está recuperando y aglutinando todo el patrimonio que tiene repartido por el mundo en un único vehículo financiero radicado en Abu Dabi para ordenar el legado económico que recibirán sus herederos a su muerte. El rey emérito, que cuenta ya 86 años, prepara el reparto de una fortuna de tamaño desconocido que habría ocultado a los españoles, y a la Hacienda Pública, pese a que en 2020 y 2021 pagó cinco millones de euros a la Agencia Tributaria para impedir una investigación por cuatro delitos fiscales. Una polémica regularización que ahora queda más en entredicho.

El rey emérito fijó en 2020 su residencia en la capital de Emiratos Árabes tras el destierro que asumió ante el derrumbe de su reinado por los escándalos económicos y personales que le empujaron a la abdicación en 2014. Aquel país es famoso por su opacidad financiera y allí Juan Carlos de Borbón ya no tendrá que pagar impuestos.

Juan Carlos I abdicó, pero su renuncia no terminó con la catarata de informaciones sobre sus amantes y su patrimonio oculto en el extranjero para no rendir cuentas ante la Hacienda Pública. La ruptura de Juan Carlos de Borbón con Corinna Zu Sayn-Wittgenstein, más conocida como Corinna Larsen, provocó la revelación de ingresos y gastos millonarios sin justificar y sin tributar por ellos, lo que provocó una investigación de Hacienda y de la Fiscalía. 

La Fiscalía determinó que parte de los hechos ocurrieron cuando Juan Carlos de Borbón era rey, por lo que la inviolabilidad constitucional al jefe del Estado le eximió de ninguna responsabilidad. Y para enjuagar los otros expedientes, Juan Carlos de Borbón realizó sendas declaraciones complementarias que la Fiscalía dio por buenas en una controvertida decisión. 

Una, a finales de 2020, por 678.394 euros. La otra, ya en 2021, por 4,4 millones de euros. El primero de los pagos zanjó la investigación sobre el uso que él y parte de la por entonces Familia Real hicieron de cuentas y tarjetas de crédito opacas al fisco. El segundo, la investigación sobre los vuelos en jets privados que le sufragó la fundación internacional de un primo suyo.

Esos 4,4 millones los abonó con un supuesto préstamo que, según declaró a la Agencia Tributaria, recibió de un grupo de amigos ante su supuesta falta de fondos. Este tipo de fórmulas implican presentar un plan de amortización a Hacienda para devolver la ayuda financiera, aunque el rey emérito no podía presentar ningún ingreso que permitiera pensar que, efectivamente, iba a devolver el dinero. De lo contrario, sería una donación encubierta que generaría nuevos impuestos ante la Comunidad de Madrid.

Para cuando se formalizó el presunto préstamo, el rey emérito ya no recibía la asignación directa que, de forma discrecional, le otorgó su hijo y sucesor en el trono, Felipe VI. El actual monarca admitió en marzo de 2020, con el país confinado y en shock ante la peor pandemia mundial en un siglo, su participación (teóricamente inconsciente) en los vehículos financieros que su padre habría utilizado para evadir su patrimonio, así como su intención de renunciar a la herencia dineraria que le corresponde por parte de su progenitor. Lo aseguró ante notario, por él y por su primogénita, Leonor, Princesa de Asturias y primera en la línea sucesoria. Se trata de una declaración sin valor legal.

Felipe VI también dejó al rey emérito sin el sueldo de 161.036 euros que él mismo le había puesto con cargo a los presupuestos de Zarzuela. Su madre, Sofía de Grecia, sigue cobrando su asignación, y el jefe del Estado no ha afirmado su intención de renunciar a la herencia dineraria que le corresponda por esa parte.

Mentiras a Hacienda

Las informaciones sobre el nuevo vehículo financiero que prepara el rey emérito, adelantadas por El Confidencial, plantean nuevas sospechas sobre el origen del patrimonio que atesora Juan Carlos de Borbón, quién se lo ha custodiado hasta ahora y dónde. Nada nuevo en la historia de la monarquía española.

La noticia radica ahora en que el rey emérito pudo haber mentido en las declaraciones complementarias que le sirvieron para escaparse de una serie de investigaciones por delitos fiscales que podrían haber culminado en una condena penal para él.

El Código Penal establece que la declaraciones complementarias para ponerse al día con Hacienda impiden “que se le persiga por las posibles irregularidades contables u otras falsedades instrumentales que, exclusivamente en relación a la deuda tributaria objeto de regularización, el mismo pudiera haber cometido con carácter previo a la regularización”. Es decir, cierran el caso.

Pero como recuerda el inspector de Hacienda Ransés Pérez Boga en conversación con elDiario.es, esa regularización debe ser “completa y veraz”. Y la aparición de estos fondos podrían indicar que las complementarias de 2020 y de 2021 no lo fueron. Especialmente esta última, que incluye el préstamo sindicado de los amigos del rey emérito.

“Se podría reabrir la investigación”, apunta Pérez Boga, que es jefe de equipo de Inspección en la Agencia Tributaria, ya que de confirmarse las informaciones el rey emérito habría mentido a Hacienda.

Segun este inspector, se podría abrir una nueva vía de problemas fiscales para el mayor de los Borbones. El nuevo vehículo financiero podría producir alguna rentabilidad. O permitiría disponer de los fondos que ahí se gestionen para gastos, ya fueran personales o en el marco de alguna actividad propia de la fundación. En ese caso, los residentes fiscales en España tendrían que pagar el correspondiente IRPF.

Porque en el patronato de dicha fundación están, al menos, las dos hijas del rey emérito, siempre según las informaciones publicadas en los últimos días. Las mismas noticias indican que Felipe VI no está en el patronato por decisión propia. Tampoco su heredera, Leonor. Sobre el papel de la segunda hija del rey, Sofía de Borbón, no se sabe nada.

elDiario.es ha intentado, sin éxito, recabar información y opinión de parte de la Casa del Rey sobre estas novedades en el patrimonio de Juan Carlos I. El Palacio de la Zarzuela ha declinado responder sobre si tenía o no conocimiento de la fundación que supuestamente ha creado el rey emérito, si sabe qué patrimonio tiene, quién forma parte del patronato o si el actual jefe del Estado recibió la propuesta él mismo.

El inspector Ransés Pérez no cree sin embargo que la Fiscalía vaya a reactivar ninguna investigación sobre el rey emérito, y recuerda que en su momento dijeron “que iban a tirar del hilo y no han tirado de nada”. “La cosa está bastante cerrada”, confiesa el inspector.

Una vía es la denuncia que ha interpuesto el fiscalista Antón Beiras en nombre de la Asamblea Republicana de Vigo, dirigida contra el emérito y sus dos hijas y que considera que la creación de la fundación demuestra que el Borbón posee fondos en el extranjero que ocultó a la Hacienda Pública tras dos regularizaciones.

Beiras y demás denunciantes creen que “ni por el concepto ni por su cuantía quedó regularizado patrimonio oculto en el extranjero” con las complementarias de 2020 y 2021, e instan a la Fiscalía a reabrir la investigación al respecto. Además, recuerda el fiscalista, la regularización devuelve a cero los plazos para la prescripción de los posibles delitos que pudieran derivarse de las actuaciones, lo que permitiría efectivamente dicha investigación. En su opinión, cabrían delitos de fraude a la Hacienda Pública, blanqueo de capitales o encubrimiento.

El problema, recuerda Ransés Pérez, es que España podría pedir mucha información, pero en el convenio de cooperación firmado por ambos países se asegura que las autoridades no deberán informar sobre algo que su legislación le impide saber. Y el secreto financiero es una de las principales bazas de Emiratos. “Aunque pidamos, no se nos dará”, afirma.

El inspector de Hacienda recuerda que Juan Carlos de Borbón está haciendo algo “que ya han hecho antes” y que permite transmitir propiedades de forma sencilla y, al hacerlo en Emiratos, fuera del radar de Hacienda. “Ya son dueños del patrimonio, los nietos y bisnietos vivirán de sus intereses”, afirma.

“A partir de ese momento habrá que estar muy atento a los patronos, cuando empiecen a disponer del dinero o patrimonio de la fundación”, apunta. “Tendrían que tributar en IRPF o donaciones y sucesiones”, señala. Porque “cuando fallezca, los titulares serán otros. Y ahí se produce una herencia”, añade.

“Me están robando mi historia”

Porque aunque el rey emérito nunca vuelva a fijar su residencia en España, sus herederos sí podrían tener problemas fiscales al disponer del capital que él haya acumulado en las últimas décadas. Por eso, Pérez Ponga advierte de que sus hijas podrían tener más problemas, tanto con el vehículo financiero abierto en Emiratos como con el préstamo de 4,4 millones si este no se devuelve en el plazo y forma que se informó a Hacienda.

“No pasará nada salvo revelación escandalosa”, aventura el inspector. Pero en los últimos días la monarquía española ha vuelto a copar portadas. Además de las revelaciones sobre el patrimonio de Juan Carlos de Borbón, el rey emérito parece dispuesto a publicar sus memorias.

Según hizo público este martes la editorial francesa Stock, el libro llevará como título ‘Reconciliación’ y parte de una premisa expresada por el propio emérito: “Tengo la sensación de que me están robando mi historia”. Una tradición borbónica a la hora de sucederse.

Nadie sabe qué podría recoger el rey en sus memorias. De qué hablaría y de qué no. Ni de quién. Apenas un día después, este mismo miércoles, la revista holandesa ‘Privé’ publicó unas fotografías antiguas del por entonces Juan Carlos I con la que era su amante, Bárbara Rey. En las imágenes ambos se besan y se abrazan

Imágenes inéditas de una relación de sobra conocida por los españoles, que han encontrado ahora la forma de ver la luz, 30 años después de ser tomadas. Algunas informaciones aseguran que fue el hijo de Bárbara Rey quien las vendió. 

Una década después de abdicar, cuatro años después de exiliarse, Juan Carlos de Borbón pasa más tiempo en España del que ha pasado en los últimos años. El miércoles cruzó la frontera desde Portugal para asistir desde este viernes a las regatas en su honor que se celebran en aguas de Sanxenxo (Pontevedra). Un evento que dura una semana.

Este mismo viernes, los reyes también han viajado hasta Galicia, en concreto a una “cena privada” en A Coruña por “los 40 años de la jura de bandera de la promoción de la Armada del rey”, según ha informado el Palacio de la Zarzuela en un comunicado. Y los reyes se han visto con el emérito.

“Lógicamente, los reyes han ido a ver a la Princesa a la Escuela Naval, y en ese contexto, al saberlo, el Rey Juan Carlos ha pedido ir a ver a la Princesa, y ha tenido lugar un breve encuentro familiar y privado de los cuatro”, han explicado las mismas fuentes de la Casa Real.

En los últimos días se había especulado sobre este encuentro, ya que Felipe VI tenía agenda oficial prevista la semana que viene. El rey inaugurará el próximo jueves el Foro La Toja, que se celebra en la Illa da Toxa, apenas a 15 kilómetros de Sanxenxo. El año pasado ya coincidieron en la misma provincia por la misma época y, oficialmente, no se vieron.

Padre e hijo ya se habían visto este mismo mes de septiembre en el funeral por Juan Gómez-Acebo, sobrino del rey emérito y primo del actual rey el pasado 8 de septiembre. Un día después 'El Confidencial' publicó la información sobre la nueva fundación de Juan Carlos de Borbón.