Inés Arrimadas sigue con su hoja de ruta y no ha puesto fecha exacta para la celebración de la nueva asamblea extraordinaria de Ciudadanos, que dirimirá el futuro proyecto del partido y quién lo dirigirá. Solo se sabe que será en “diciembre o enero”, según anunció la líder tras presidir a la vuelta de las vacaciones de verano una reunión con el Comité Permanente y el denominado “equipo de la refundación”. Este grupo, formado por ocho dirigentes de su confianza, lleva trabajando desde el 27 de junio, tras ser nombrado con el beneplácito de la comisión ejecutiva y del consejo general de Ciudadanos, máximo órgano entre asambleas, reunido en aquella fecha para analizar la debacle electoral que sufrieron esta vez en Andalucía.
Con el anuncio de que ese congreso extraordinario se celebrará como muy tarde a primeros de año, Arrimadas ha intentado acallar a aquellos dirigentes y exdirigentes críticos que han exigido su dimisión inmediata al considerarla responsable de los sucesivos fracasos electorales desde la abrupta salida de Albert Rivera tras el descalabro en las últimas generales de 2019. Ajena a estas exigencias, su intención es continuar con los planes que se ha marcado para la “refundación” de una formación en vías de extinción, según las encuestas y las fugas de votos hacia el PP. Para esas voces críticas, sin embargo, los planes de Arrimadas son solo “un parche” y una manera de “ganar tiempo” para seguir manteniéndose en su escaño del Congreso mientras prepara una salida para cuando deje Ciudadanos. La propia dirigente sigue sin desvelar si volverá a optar al cargo o se retirará y volverá a la empresa privada, engrosando la larga lista de jóvenes dirigentes prejubilados de la política.
Aquel día, a las puertas de las vacaciones de verano, Arrimadas presentó al grupo de esos ocho dirigentes, conocido internamente como el G8, que iban a pilotar esa transición con ayuda de los propios militantes de Ciudadanos, que el partido acaba de cifrar en 12.000 frente a los 32.000 que tenía en 2016 y que, según dijo, van a ser “los que tengan la última palabra para decidirlo todo”, sin descartar un cambio de nombre. La formación lleva tiempo presentándose en todos sus actos bajo la nueva marca de 'Liberales', tratando de emular a partidos del mismo espectro ideológico que han vuelto a despuntar en Europa después de hundirse, como ha ocurrido en Alemania, el espejo en el que se miran.
La dirigente del partido se refirió a esos ocho miembros del “equipo de la refundación” como “savia nueva”. En realidad, son cargos públicos que llevan tiempo representando a Ciudadanos en las instituciones, pero fuera de sus territorios la mayoría son desconocidos para la opinión pública. Todos salvo Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, y el diputado nacional Guillermo Díaz, dos de las personas más cercanas a Arrimadas, a los que ha encomendado coordinar los trabajos de ese equipo y dar a conocer sus resultados. De momento, el grupo ha pasado de lo que han bautizado como la fase “de escucha”, en la que han recogido las opiniones y propuestas de los más de 2.000 afiliados inscritos y de todos aquellos que se han mostrado “dispuestos a trabajar en la construcción del futuro espacio de centro liberal español”, a la fase dos, denominada “ruta por la refundación”. Esta segunda fase, ya iniciada, consiste en visitar “todos los rincones de España” para estar “a pie de calle escuchando a todas las agrupaciones de afiliados de los territorios” y animar a todo el que quiera a sumarse al nuevo proyecto.
Quién es quién en ese G8
De Begoña Villacís, que es abogada, se ha especulado por un lado con su salto al PP y, por otro, con que sea el posible recambio de Arrimadas como presidenta de Ciudadanos si finalmente esta decidiera dar un paso atrás. La vicealcaldesa de Madrid niega una y otra vez su salto al partido que ahora lidera Alberto Núñez Feijóo, y con el que mantiene la coalición en el Ayuntamiento de la capital, a diferencia de lo que ha sucedido en la mayor parte de territorios, como Murcia, Castilla y León y Andalucía, e incluso en la Comunidad de Madrid, donde han desaparecido de la Asamblea. La última vez que Villacís rechazó el fichaje por los populares fue este mismo viernes durante un desayuno informativo del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en Nueva Economía Fórum. El regidor, que días antes no había descartado su incorporación, volvió a señalar que la dirigente de Ciudadanos es un “importante activo político”. Villacís reiteró una vez más que va a seguir defendiendo “el espacio liberal y de centro” y no se va a ir al PP, aunque se mostró favorable a renovar la coalición de Gobierno si las urnas se lo permiten tras la próxima cita electoral de mayo de 2023.
Junto a la número dos del Ayuntamiento de Madrid, las riendas del proceso de refundación de Ciudadanos las lleva el diputado por Málaga Guillermo Díaz, un hombre de la total confianza de la líder del partido que ejerce como portavoz del grupo. Díaz ha dicho siempre que su único futuro pasa por continuar en el partido que fundó Albert Rivera y que de no ser así se iría a su tierra, donde sigue residiendo, a ejercer su antigua profesión en el mundo audiovisual. Díaz llevaba la gestión de las salas de exhibición del Festival de Cine de Málaga y en la actualidad colabora con algunos medios de comunicación en programas de divulgación científica e histórica.
En el reto de la refundación trabaja también Dimas Gragera, que desde 2015 es concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), acta que revalidó en 2019 siendo nombrado portavoz de su grupo para el que sumó en esas elecciones un diputado más de los tres que tenían. Es licenciado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) y en Investigación y Técnicas de Mercado por la Universidad Autónoma de Barcelona, y en las elecciones autonómicas de 2017 logró un escaño como diputado del Parlament de Catalunya que tras el desmoronamiento allí del partido no revalidó.
Otro de los dirigentes del G8 es el joven eurodiputado Adrián Vázquez, que trabaja como enlace de Ciudadanos con el resto de partidos liberales y se ha convertido en una de las piezas clave de la formación en Europa, sustituyendo a Luis Garicano, que acaba de abandonar su escaño en el Europarlamento para dar clases en una universidad de Estados Unidos, como jefe de la delegación de Ciudadanos en la Eurocámara. A su vez, Jordi Cañas ha sido nombrado vicepresidente de Renew Europa, grupo que aglutina a los liberales europeos.
Como presidente de la comisión de Asuntos Jurídicos, Vázquez realizó el informe para el suplicatorio de Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí. No obstante, la trayectoria de Adrián Vázquez en Europa se remonta a 2015, cuando en la etapa de Albert Rivera ya empezó a coordinar la actividad internacional y europea de Ciudadanos y fue jefe de gabinete de la delegación del partido. En 2019 coordinó la campaña al Parlamento Europeo, obteniendo un escaño en 2020. Vázquez trabajó también en distintas organizaciones, como en el Secretariado de Viena de la OSCE y en la OTAN, como investigador en el Comité de Política y en el Comité de Ciencia y Tecnología. Además, fue asesor de la exministra de Asuntos Exteriores del PP Ana Palacio.
Dentro de la cuota madrileña del grupo de la refundación hay que situar al delegado de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid, Mariano Fuentes, un hombre de la confianza de Villacís. Fuentes ha estado en boca de todos durante la crisis abierta en el Ayuntamiento de Madrid por el supuesto espionaje a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, desde la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS), de la que es vicepresidente. Fuentes apuntó entonces a una “mente maligna” por señalar a la EMVS en el presunto espionaje a Ayuso. “¿Por qué esa mente maligna pudo pensar en contratar a espías a través de la EMVS? Entiendo que se eligió porque en los códigos de contratación estaba el epígrafe de contratación de detectives”, contestó en su comparecencia ante la comisión de investigación abierta sobre el caso, a preguntas del concejal de Vox Pedro Fernández.
Esta semana ha sido protagonista junto a la vicealcaldesa de Madrid de unos polémicos desalojos, de personas a las que tacharon de “okupas”, en asentamientos chabolistas. El último, este mismo viernes.
Las caras femeninas del equipo de refundación son, además de Villacís, las coordinadoras autonómicas de la Comunidad Valenciana y de las Islas Baleares, María Muñoz y Patricia Guasp, respectivamente, que han sido encargadas de la acción autonómica, las finanzas y los asuntos económicos del grupo.
Muñoz es diputada en el Congreso por Valencia y responsable de Economía del partido tras la accidentada salida de Marcos de Quinto, quien hoy carga contra sus excompañeros en las redes sociales. Se la considera muy cercana al círculo del que ha sido hasta hace muy poco líder de este área en Ciudadanos, Luis Garicano. Por su parte, Guasp fue nombrada coordinadora y portavoz autonómica del partido en Baleares como relevo de Joan Mesquida, fallecido en octubre de 2020, quien a su vez sustituyó al histórico dirigente Xavier Pericay pilotando una gestora cuando este decidió dejar todos su cargos.
Al grupo de la refundación, Arrimadas ha sumado a la alcaldesa de Ciudad Real, Eva Masías, un cargo que estrenó hace poco más de un año al relevar a la anterior regidora socialista, Pilar Zamora, en cumplimiento del pacto suscrito con el PSOE al inicio de la legislatura de alternancia en el poder municipal.
Arrimadas ha encomendado la preparación de la anunciada asamblea extraordinaria a Jordi Cañas y Carlos Pérez-Nievas, ambos miembros de la Ejecutiva del partido, después de que el hasta ahora secretario de Organización, Borja González, dimitiera de su cargo a través de una carta pública que subió a su cuenta de Twitter. El dirigente vasco había sustituido a Fran Hervías al frente de este departamento, desde el que intentó frenar la opa hostil del PP que su antecesor puso en marcha al llegar a Génova, así como la incesante fuga de afiliados que ha sufrido Ciudadanos, aunque sin éxito. Su papel dentro del partido ha carecido de proyección pública durante todo este tiempo.
La salida de González se produjo precisamente días después de que cargos y militantes críticos se movilizaran a través de un manifiesto para forzar a Arrimadas a dimitir y convocar un congreso extraordinario. A través de una plataforma, denominada ‘Somos’, acusaron a la líder del partido de “errores estratégicos” y de no “pisar la calle”.