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Óscar López, de jefe de gabinete a ministro tras volver a la primera línea de Sánchez

Un giro de 360 grados supone dar una vuelta completa. O lo que es lo mismo, acabar justo en el punto de partida. Y eso es lo que hace Óscar López Águeda (Madrid, 1973) con su incorporación al Consejo de Ministros como titular de la cartera de Transformación Digital y Función Pública. Amigo íntimo del hoy presidente del Gobierno durante casi dos décadas, su amplia trayectoria política en el PSOE y su cercanía personal con Pedro Sánchez lo señalaban como ministrable en cuanto el líder socialista pisara la Moncloa. Y todo el mundo en Ferraz piensa que tenía todas las papeletas para haberlo sido en el primer Ejecutivo de Sánchez. Pero aquello fue en 2018 y antes, claro, vino 2017. El año de la ruptura personal y política de los dos amigos forjados como asesores parlamentarios en Bruselas.

Fue allá por los noventa del siglo pasado cuando Pedro Sánchez y Óscar López fueron asesores del Grupo Socialista en el Parlamento Europeo. Y allí, alejados de los focos de la primera línea y entre bastidores de la política comunitaria, se trabó una relación de amistad estrecha. Junto a Antonio Hernando, se incorporaron al equipo de la Secretaría de Organización de José Blanco. Corría el año 2.000 y José Luis Rodríguez Zapatero acababa de ser elegido, contra todo pronóstico, secretario general del partido.

Sánchez, López y Hernando trabajaron en todas las campañas de Zapatero. Quienes recuerdan el PSOE de aquellos años hablan de tres amigos “inseparables”. Hasta que la política los separó, como a tantos otros amigos inseparables. Óscar López, que se mantuvo fiel hasta el final hacia su amigo en aquel histórico Comité Federal del 1 de octubre de 2014 en el que se partió el partido para cesar a Pedro Sánchez como secretario general, fue apartado de portavoz en el Senado por la gestora socialista como represalia. Y tres años después viviría una situación parecida, esta vez a manos del hombre con quien había compartido 20 años de vida de trayectoria personal y política.

En las primarias de 2017, López decidió desmarcarse del proyecto de Sánchez y acabó por apoyar a Patxi López como secretario general. Pedro Sánchez se impuso a Susana Díaz y a Patxi López y se convirtió por segunda vez en el secretario general del PSOE. Y no olvidó entonces quién le acompañó y quién se quedó por el camino. Así que volvió a ser apartado de la primera línea y mandado a una especie de retiro dorado: presidente de Paradores.

Sin apenas relación personal ni política durante años, el presidente del Gobierno y Óscar López fueron reconstruyendo puentes. Cuentan en el PSOE que contribuyó a ello la resignación con la que supo encajar su salida de la primera línea y el hecho de que nunca se le escuchara, ni en público ni en privado, una mala palabra acerca del hombre que había sido su amigo tantos años.

En el verano de 2021 la grieta del PSOE fue sellada definitivamente por Pedro Sánchez. Su remodelación del Gobierno y de su equipo de trabajo en la Moncloa implicó la recuperación de mucha de la gente de la que había estado distanciado. Y a su lado, como jefe de Gabinete de la Presidencia, quiso tener a Óscar López, un hombre de partido que llegaba para sustituir al fichaje externo Iván Redondo.

Desde ese día, Óscar López ha sido la persona más cercana al presidente en todas y cada una de las decisiones relevantes adoptadas, como el adelanto electoral de las generales del 23J. Y ahora vuelve al punto de partida. Al Consejo de Ministros en el que pudo haber aterrizado allá en 2018. Para seguir cerca de Pedro Sánchez, su amigo tantos años. Presidente del Gobierno desde hace seis.