La pacificación de México, sumido en una crisis de inseguridad y violencia que se inició en 2006 y que ha ido en aumento con el paso de los años, se ha convertido en un objetivo prioritario del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su primera conferencia del año, López Obrador aseguró que su gobierno tiene como “asignatura pendiente, como desafío, serenar al país, parar la violencia que se desató cuando inició la guerra de delincuentes comunes”.
Hasta ahora, la estrategia de López Obrador durante su primer año al frente de México no ha funcionado al seguir aumentando la inseguridad y la violencia de manera indiscriminada.
Con 31.688 asesinatos en los primeros once meses, un 2,7 % más comparado con el periodo similar de 2018, hay un consenso general de que 2019 será el más violento desde que se iniciaron los registros oficiales en 1997.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2018 cerró con 33.743 víctimas de homicidio doloso, una trágica cifra que ha ido a aumentando año con año.
A pesar de alcanzarse en 2019 el mayor número de homicidios, López Obrador ha defendido este jueves que mantendrá la misma estrategia de seguridad del Plan Nacional de Desarrollo, documento en el que el Gobierno mexicano apuntó sus objetivos prioritarios durante el sexenio y que se presentó a mediados de 2019.
“No hay cambio, es la misma estrategia que está en el plan, que es atender las causas”, agregó.
A pesar del ambicioso objetivo, López Obrador recordó que se mantienen los cuatro puntos de la estrategia a seguir: primero se reforzará todo lo relacionado con el bienestar para no dejar de atender a los jóvenes y que haya trabajo para que nadie se vea obligado a tomar el camino de la delincuencia.
En segundo lugar explicó que se trabajará más en tener más información, “lo que suele llamarse inteligencia y menos uso de la fuerza”.
La consolidación de la Guardia Nacional es el tercer punto por lo que espera seguir convocando y reclutando a más elementos para la Guardia Nacional y llegar a 100.000 agentes, incorruptibles, este año.
“Ya sabemos que funciona tener presencia en las calles, en las comunidades”, dijo, mientras que el cuarto y último punto es no permitir la asociación delictiva, “el contubernio entre delincuencia y autoridades”.
¿EN QUÉ CONSISTE EL PLAN NACIONAL DE SEGURIDAD?
La estrategia de seguridad ha sido descrita por el presidente mexicano como un “cambio de paradigma” para alcanzar la paz en el país durante su sexenio.
Entre las medidas que contempla el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 están “levantar la prohibición de drogas actualmente ilícitas y redirigir los recursos que se han empleado en el combate al narcotráfico hacia programas de desintoxicación”.
Un primer paso ha sido buscar la legalización de la marihuana, sin embargo, la iniciativa para la regulación y control de Cannabis está aplazada y López Obrador ha asegurado que esta legalización debe ir a consulta pública y después discutirse en el pleno.
Del mismo modo, el PND tiene como objetivo reducir la incidencia delictiva en 15 % hacia 2024 y abrir la percepción de inseguridad entre la población.
No obstante, en el tercer trimestre de 2019, el 79 % de la población reportó sentirse insegura, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Además de fortalecer al Ejército y a la Marina, López Obrador creó la Guardia Nacional para que cumpliera con las funciones de policía de proximidad y atendiera también delitos del orden federal.
La Guardia Nacional proyecta tener 140.000 elementos para final de sexenio y tener emplazamientos en 266 regiones del país.
Hasta ahora, la Guardia Nacional ha tenido presencia en la frontera sur para frenar el paso de migrantes centroamericanos a territorio mexicano y estuvieron a cargo del fallido operativo para capturar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, quien presuntamente es cabecilla del Cártel de Sinaloa.
Otro de los puntos claves de esta estrategia es la llamada “justicia transicional” la cual permitirá pacificar al país con “medios no violentos” y desarmar a grupos infractores.
Para ello se contempla revisar expedientes de personas acusadas y sentenciadas y analizar si pueden ser objeto de amnistías o indultos.
En este capítulo se contempla el establecimiento del “Consejo para la Construcción de la Paz” con la participación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de las Naciones Unidas. Pero hasta la fecha esta propuesta solo se ha quedado en el papel.
Otra de las claves de la estrategia se refiere al impulso de programas sociales, de oportunidades de trabajo y de proyectos de desarrollo que generen bienestar entre la población, lo cual debilite “la base social” desde la cual se nutre el crimen.
Para ello se puso en marcha el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, la construcción de las Universidades Benito Juárez, el desarrollo de las comunidades sustentables Sembrando Vida y la construcción del Tren maya y del Aeropuerto “Felipe Ángeles”.
El plan también promete la “erradicación” de delitos que han crecido al amparo de la impunidad y corrupción, destacando el lavado de dinero, el tráfico de armas, el robo de hidrocarburos y la evasión fiscal.
La estrategia establece que para el último año del sexenio habrá una reducción en delitos de alto impacto como homicidios y robos de 50 %, aunque por el momento las cifras reales de 2019 están muy lejos de las proyecciones del plan de López Obrador.