Grecia, Nochevieja de 2013: el país está en bancarrota, el dracma ha vuelto, como lo ha hecho la peseta a España y la lira a Italia, y encima al comisario Kostas Jaritos le acaban de anunciar que va a estar tres meses sin cobrar.
En plena convulsión de un país que ha tocado fondo, con más protestas y más pobres, si cabe, en medio de una creciente violencia neonazi, aparece asesinado un rico contratista de obras, un hombre que participó en el Levantamiento de la universidad Politécnica de Atenas, en noviembre 1973, cuando los estudiantes se rebelaron contra la dictadura militar.
En la chaqueta del cadáver, suena su teléfono móvil. Solo se oye un mensaje, el lema que los estudiantes voceaban en aquella época: «Pan, educación, libertad».
Ese es el punto de partida y a ala vez el título de la “última” entrega de la trilogía del escritor Petros Márkaris sobre la crisis helena, que azota el país ahora en su sexto año.
Si las víctimas de las primeras dos entregas eran personas vinculadas a la crisis en tiempo real -en “Como agua al cuello” eran banqueros y en “Liquidación Final”, evasores de impuestos- los motivos de los asesinatos en la nueva novela, que acaba de salir en Tusquets, están en el pasado, un pasado revolucionario, político y sindical.
Márkaris ve en lo que él ha denominado como “generación Politécnico” gran parte del origen de la crisis actual.
“No pretendo decir que sea toda esa generación, sino únicamente la parte que ocupó cargos en la sociedad, ellos sí son corresponsables de la miseria actual. No me refiero a los que soñaron y lucharon por una Grecia mejor y luego se retiraron, muchos de ellos encima sumamente defraudados. Siento un profundo respeto hacia esas personas”, aclara Márkaris en entrevista con Efe.
Con ello, el escritor da rienda suelta a la decepción que él y muchos griegos sienten respecto a la generación política de izquierdas que siguió a la dictadura a partir de 1974, y que en lugar de acabar con el sistema clientelista que existía en Grecia ya desde el final de la guerra civil (1945-1949), se subieron al carro y empezaron hacer lo mismo.
“Lo que muchos esperaban era que el nuevo Gobierno griego dijera 'ahora cambiamos las cosas', pero lo que hicieron en su lugar fue decir 'ahora les toca a los nuestros, porque han sufrido mucha injusticia'”, añade.
En esta tercera novela de la trilogía, Jaritos indagará el pasado de personas que han cargado culpa hace décadas. En todos los casos, el asesinato sigue el mismo patrón: el móvil del muerto suena justo cuando llega el comisario al lugar del crimen.
Una vez más, la familia es el principal sostén moral de Jaritos y en esta ocasión, la crisis los obliga a apiñarse aún más.
La familia es el hilo conductor de toda la serie de Jaritos, y posiblemente uno de los motivos por los que este comisario griego tenga tanto éxito en el exterior.
“La familia sigue siendo la columna vertebral de Grecia. Creo que si no hubiera existido este sistema familiar y esta solidaridad de la familia durante la crisis, a Grecia le iría mucho peor”, dice.
Sobre el éxito de este modelo familiar en el extranjero, su tesis es que en España lo tiene porque hay plena identificación -“en España me dicen, Jaritos podría ser mi padre”- y en Alemania, por lo contrario, porque si bien viajan mucho y ven mucho, “no conocen nuestra cultura, y el comisario Jaritos les ayuda a conocerla”.
Como ya había adelantado Márkaris hace algún tiempo, la trilogía de la crisis no se queda en eso, en tres entregas, sino que se ha convertido en una tetralogía.
“Epílogo” será el título de la obra que pondrá definitivamente punto final a esta serie, asegura Márkaris, que tranquiliza a sus seguidores con la promesa de que Jaritos “continuará”.
“No me puedo separar de él, pero tengo que cambiar de tema. No puedo seguir escribiendo sobre la crisis. Describir la miseria es algo que duele mucho”.
“A modo de aperitivo, el escritor revela el comienzo de ”Epílogo“.
“La novela empieza con el suicidio de un germano-griego. A los dos días, la embajada recibe una breve carta que dice: Andreas Makridis no se suicidó, fue asesinado. Firmado, los griegos de los años cincuenta”.
“¿Pero quienes son los griegos de los cincuenta? ¿Ahora tendrían que tener noventa años? Esa es una incógnita que recorre toda la novela”, explica.
En Grecia Márkaris acaba de publicar un libro que se sale totalmente del esquema de Jaritos, el comisario que viaja en un Seat Ibiza y jamás (¿jamás?) se sube a un medio de locomoción público.
“La Atenas de la línea 1” es un viaje en metro por Atenas, que lleva a conocer al lector los barrios situados a lo largo del recorrido, entre el puerto de El Pireo y el barrio de Kifissia, en el norte de la capital.
Curiosamente, la obra fue escrita para el mercado germanoparlamente, a modo de guía turística. Ahora está entre los “bestseller” griegos.