El Partido Popular sale de las elecciones del 26M destilando aroma de victoria, pese al agujero que las urnas han generado en su masa de votantes. La formación que lidera Pablo Casado improvisó durante la noche electoral la instalación de un escenario para celebrar una fiesta por la que pocos apostaban, antes de iniciarse el recuento. La posibilidad de recuperar la ciudad de Madrid y haber mantenido el poder en la Comunidad ha servido para que el líder de la formación conservadora se salve, aunque las cifras digan que ese éxito se escribe con números a la baja.
En las comunidades de Madrid, Murcia, Castilla y León y Aragón, el PP podría gobernar gracias al apoyo de Ciudadanos y Vox. En el caso de Aragón, necesitarían también el apoyo del PAR. En estas cuatro comunidades el PP se ha dejado 574.500 votos con respecto a las elecciones de 2015.
Solo en la Comunidad de Madrid, el PP pierde 332.338 votos. El dato no impide la actitud victoriosa con la que Isabel Díaz Ayuso ha encarado todas las entrevistas del día después. La candidata del PP da por seguro que tendrá que apoyarse en Vox: “no puedes ir por ahí pretendiendo que te apoyen a cambio de nada. Toca hablar con todos”, ha dicho en una entrevista en Al Rojo Vivo.
En la ciudad de Madrid se repite la dicotomía: el PP celebra la alcaldía que José Luis Martínez Almeida da por hecha, pese a haber perdido 168.584 votos. El PP cae en el Gobierno de la capital de 21 a 15 concejales. Menos es más para un Partido Popular que no acusa el golpe, siempre y cuando se haga con el bastón de mando. Las ciudades de Alicante y Granada también tendrán gobierno del PP, si se produce un acuerdo a la andaluza con la participación de Vox.
Murcia, uno de los bastiones tradicionales de los populares, es otro de los territorios en los que el concurso de Ciudadanos y Vox se hace imprescindible para que el PP mantenga el Gobierno. El PSOE ha ganado las elecciones en esta comunidad por primera vez desde 1993. Los populares caen de 22 a 16 escaños y se dejan 25.685 votos. Los cuatro diputados obtenidos por Vox en este territorio se hacen imprescindibles para lograra una mayoría para la que la suma de PP y Ciudadanos no es suficiente.
En Castilla y León el PP no necesitará a Vox pero sí a Ciudadanos, que entra con el 15% de los votos y 13 escaños para un parlamento que tiene la mayoría fijada en 41. El PP ha obtenido 29 diputados, muy lejos de la mayoría absoluta que obtuvo en 2015, con 42 escaños. Solo en esta comunidad autónoma, la formación que lidera Pablo Casado ha perdido 78.319 votos.
En Aragón el PP podría quitarle el Gobierno al PSOE, siempre y cuando obtenga el apoyo de Ciudadanos, Vox y el PAR. Los populares caen de 21 a 16 diputados y pierden 43.599 votos. En 2015, Luisa Fernanda Rudi (PP) ganó las elecciones pero el gobierno fue para el socialista Jabier Lambán. Ahora puede suceder lo contrario: la victoria del PSOE no es suficiente para frenar un acuerdo a cuatro bandas para un gobierno de derechas.