La comparecencia de Félix Sanz ante la comisión de secretos oficiales ha dejado aparentemente satisfechos a los portavoces de los partidos en el Congreso. El general responsable del CNI ha contestado las preguntas de los diputados durante la reunión, que ha durado más de dos horas. A la salida, la mayoría ha coincidido en que es el Gobierno de Mariano Rajoy el que tiene que reclamar más información a EEUU.
Los asistentes a la comparecencia han asistido a una proyección que ha acompañado la exposición inicial de Sanz. Con esos datos ha convencido a los portavoces de que la actividad del CNI se ajusta a la ley y que la agencia española no la ha vulnerado. Según les ha explicado, los metadatos obtenidos en el espionaje masivo no han sido obtenidos dentro de nuestras fronteras sino que proceden de zonas de operaciones fuera del país.
La declaración de la socialista Soraya Rodríguez a la salida de la reunión abona esta tesis ya que ha hecho hincapié en que “los derechos de los españoles se respetan y están garantizados”. Ahora, ha asegurado, es el turno de que “hable la inteligencia norteamericana y dé explicaciones de forma clara y exhaustiva”.
Cayo Lara también se ha conformado, aunque con menos entusiasmo. Lara ha dirigido 15 preguntas a Sanz y ha recibido respuesta a todas ellas, con lo que ha salido de la comparecencia “más o menos tranquilo” pero sin tener una “tranquilidad absoluta”. Su “inquietud” se centra, como en el caso del PSOE, en el papel de EEUU.
Además del portavoz del PP, Alfonso Alonso, el más entusiasmado con el resultado ha sido Jesús Posada. El presidente del Congreso ha calificado la reunión de “esclarecedora y muy satisfactoria” por la información compartida por Sanz. Nada más terminar, lo primero que ha hecho Posada ha sido informar a los periodistas de que había recordado a los asistentes el carácter secreto de lo hablado dentro: “Si no les cuentan nada es porque les he pedido que no lo hagan”.