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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los partidos de Sumar reclaman su peso en el nuevo Gobierno ante la negociación con el PSOE

“No estamos hablando de ministerios”. La frase se repite como un mantra en el entorno de Yolanda Díaz en cada conversación sobre el futuro Gobierno. PSOE y Sumar llevan negociando más de dos meses un acuerdo para reeditar la coalición progresista pero, según trasladan oficialmente, esas conversaciones aún no han abordado la estructura. La negociación que articule Sumar tendrá réplicas en su interior puesto que los diferentes partidos que forman la coalición ya han trasladado interna y públicamente sus ambiciones. 

Este miércoles, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se reunieron en el Congreso como parte de la ronda de consultas que el presidente del Gobierno en funciones ha iniciado tras el encargo de Felipe VI. En esa reunión pactaron intensificar las negociaciones para tener un acuerdo antes de que termine octubre. Se dan aproximadamente un mes para cerrar un pacto que, según Sumar, está todavía lejano en todas aquellas cuestiones que tienen que ver con la política social, en la que centran sus demandas. 

Cuando se cierre el pacto, en él estará también definida la estructura del Gobierno y el reparto de carteras. El número de ministerios, las vicepresidencias y qué porcentaje de todo eso corresponde a cada fuerza de la coalición. Sumar tendrá que hacer además sus propios equilibrios internos para cuadrar la parte de poder que le corresponda en el Ejecutivo, una ecuación que es hoy mucho más difícil que hace cuatro años.

En 2019, Unidas Podemos lo conformaban cuatro formaciones principales: el partido que entonces lideraba Pablo Iglesias se quedó con dos ministerios. Uno fue para Izquierda Unida, otro, para Yolanda Díaz (que no formaba parte de IU desde hacía meses) y un quinto, para los comuns. Esta vez, la líder de Sumar tiene que repartir poder entre la quincena de formaciones políticas con las que selló la coalición electoral. 

Es cierto que no todos los partidos tienen el mismo peso dentro de esa plataforma y que no todos aspiran a tener un ministerio, pero a la vista de las aspiraciones que se van conociendo es probable que en ese nuevo diseño de gabinete ambas formaciones decidan recortar el número total de departamentos y que la cuota de Sumar se achique con esa decisión. 

Podemos quiere mantener a Montero como ministra

Aunque la versión oficial es que dentro de las negociaciones aún no se ha abordado ese reparto de ministerios, este martes fuentes del PSOE trasladaron que querían recuperar el departamento de Igualdad. Los socialistas creen que han pagado caro el coste político de dejar en su socio de gobierno un Ministerio de tal entidad y tienen presente lo que ocurrió durante la legislatura pasada con la ley del ‘solo sí es sí’.

La ambición del PSOE de retener Igualdad origina a la vez un problema en cascada. Por un lado, es una prioridad para Sumar en tanto que las políticas feministas han sido una de las banderas del espacio político a la izquierda del PSOE en los últimos años. Y, en segundo lugar, porque choca directamente con la principal petición que ha hecho Podemos para estas negociaciones de Gobierno. Es una demanda que reiteran desde hace varias semanas y que este mismo miércoles la secretaria general del partido, Ione Belarra, volvió a repetir. 

Belarra dijo en unas declaraciones a la prensa que Pedro Sánchez, una vez que ha sido designado como candidato, tiene la “responsabilidad” ahora de negociar con las diferentes fuerzas políticas, pero también presionó a Sumar. “Quien tiene que dar esa respuesta es el PSOE y Sumar. Los dos. Está en sus manos y les animo a que se tomen en serio esa responsabilidad”, afirmó, sobre la entrada de su partido en el nuevo Gobierno con Irene Montero como ministra de Igualdad. 

Podemos ha planteado además cinco propuestas para el acuerdo que ya negocia Sumar con los socialistas. Han reclamado un texto en el que se recoja una rebaja permanente del transporte público y un límite a los márgenes de beneficio de las empresas alimenticias; un compromiso de renovación del Poder Judicial; una moratoria de todos los contratos de alquiler durante la próxima legislatura y una subida del salario mínimo a 1.500 euros.

IU pide su sitio en el Gobierno

También Izquierda Unida ha planteado en los últimos días su entrada en el próximo Gobierno de forma directa. “Izquierda Unida lógicamente reclamará formar parte del Gobierno”, dijo hace unos días la portavoz de la federación, Sira Rego, en una entrevista en elDiario.es y lo enfatizó en una rueda de prensa el lunes. La formación también ha planteado cinco propuestas para que queden reflejadas dentro de ese acuerdo de coalición con los socialistas. 

Entre ellas, un “plan de trabajo garantizado” que pueda crear “un millón de puestos de trabajo en el que tendrán prioridad jóvenes y parados de larga duración”; intervenir el mercado de la vivienda para “congelar los alquileres; una ley para garantizar ”la suficiencia financiera de los municipios, de la España vaciada y de las zonas rurales para que ningún territorio se quede atrás“; y un plan nacional contra la sequía y para proteger la biodiversidad, con la conversión de Hunosa ”en la gran empresa pública de energía“. 

Los comuns son más cautelosos a la hora de reclamar puestos en el Gobierno en estos momentos porque coinciden con el mensaje de Sumar: “Eso no toca ahora”. Pero sí anticipan su deseo de formar parte del próximo gabinete cuando llegue el momento de esa negociación. “Tenemos interés en poder participar de este gobierno. No es una cuestión siquiera de ambición, es una cuestión de nuestro ADN. En En Comú Podem somos de raíz claramente municipalista. Nos gusta gobernar, gobernamos bien y obviamente aspiramos a seguir haciéndolo”, aseguró hace unos días la portavoz de esta fuerza en el Congreso, Aina Vidal, en una entrevista con elDiario.es. 

Un ministerio para Más Madrid

Con respecto a Más Madrid, uno de los socios de la coalición con los que más afinidad ha mostrado Díaz, el acuerdo programático que Sumar ha puesto sobre la mesa al PSOE no está en cuestión. Las políticas verdes o la reducción de la jornada laboral a las 32 horas semanales han sido algunas de las banderas que la formación que lidera Mónica García lleva defendiendo los últimos años, y ahí la sintonía con Sumar es completa. 

La otra pata, tener una cartera en un futuro gobierno de coalición formado por los socialistas y el partido de Yolanda Díaz, también es algo que desde Más Madrid reclaman, aunque no haya habido declaraciones públicas explícitas como las de Podemos o IU. La formación de Mónica García logró en el pasado una posición privilegiada en la lista por Madrid liderada por Yolanda Díaz, haciéndose con dos cotizados puestos de salida: el tres y el cuatro. 

Ahora, después de quedarse sin portavocía adjunta en el Congreso, en Más Madrid creen que están en posición de reclamar una cartera en el futuro gobierno. Y el nombre que suena para eso es el de la propia Mónica García. La diputada regional y líder de la oposición a Ayuso evitó responder este lunes a la pregunta de si está entre las posibles candidatas a formar parte de ese hipotético gobierno. “En Más Madrid siempre hemos hecho gala de la lealtad con otras fuerzas progresistas y de discreción, por tanto lo más importante ahora es que se forme un gobierno progresista que sea capaz de hacer avanzar nuestro país”, dijo con evasivas sobre un posible salto a la política nacional, algo que hasta ahora siempre había descartado en público.

Fuentes de Más Madrid reconocen que la posibilidad de que la también médica de profesión sea ministra “está ahí”, aunque también reconocen que será una negociación “difícil” porque la última palabra sobre los ministerios que corresponderán a su espacio la tiene Yolanda Díaz. En cualquier caso, en Más Madrid hay muchas cuestiones que, aseguran, deben valorarse aún internamente, a pocas semanas de que se celebre su Congreso en noviembre. Desde la formación regionalista consideran que dar el salto a la política nacional puede servirles de impulso en la Comunidad en un futuro, pero que “todavía se valoran los pros y los contras, que también los hay”.

Las fuerzas autonómicas 

El resto de formaciones del grupo parlamentario tienen claro que su prioridad no es entrar en el futuro gobierno. Bien por su vocación territorial o bien por el peso que representan dentro de la coalición y en votos. Es el caso de Compromís, que desde que comenzaron las negociaciones con el equipo de Yolanda Díaz priorizó garantizarse presencia y autonomía política dentro del grupo parlamentario. Es por eso que Sumar les concedió una portavocía adjunta dentro del grupo, a falta del reparto de comisiones parlamentarias. 

En la formación valenciana entienden que su prioridad no es entrar en el Gobierno, un sitio que tiene más sentido para las formaciones estatales como Podemos o IU, aunque no descartarían puestos de menor rango que estuvieran directamente relacionadas con la cuestión territorial, como una dirección de financiación autonómica. Y es en este tipo de asuntos en donde van a hacer hincapié a la hora de pedir medidas concretas en el acuerdo de Gobierno. Díaz pone habitualmente el ejemplo de la Comunitat Valenciana como la autonomía peor financiada del país. 

También entran en este sector Chunta Aragonesista o los baleares de Més, que también salieron beneficiados del reparto de portavocías con una rotatoria entre ambas formaciones. La formación de las Illes tampoco tiene interés en entrar en un Ejecutivo, pero sí le ha trasladado al equipo negociador de Yolanda Díaz algunas prioridades para ese acuerdo de Gobierno. 

“Hay cuestiones de derechos sociales y libertades que entendemos que ya van a estar recogidas en el acuerdo marco, por eso para nosotros los temas principales son los relacionados con la insularidad”, explica su portavoz, Vicenç Vidal. Eso se traduce, por ejemplo, en que van a reclamar que Europa reconozca la singularidad de las Baleares, igual que ya se considera a las Canarias como un área ultraperiférica. También plantearán un nuevo modelo de financiación autonómica porque recuerdan que las islas son junto con la Comunitat Valenciana una de las comunidades más perjudicadas por el reparto. 

Vidal asume que el resto de partidos de Sumar y el propio equipo de Yolanda Díaz plantearán asuntos generales sobre transición ecológica, pero Més pone el foco en el tema marino, con la petición de que se incrementen las reservas marinas protegidas y se cumpla el acuerdo para proteger el 30% del mar Mediterráneo. 

El portavoz de CHA, Jorge Pueyo, asegura que sus votos no serán gratis “por respeto a los aragoneses”. Para ello pedirá una reforma de la financiación autonómica que respete la singularidad aragonesa, una racionalización de los macroproyectos de renovables, y un impulso de infraestructuras: “En concreto, la línea internacional de Canfranc, el Cercanías, las autovías incompletas o el corredor Cantábrico-Mediterráneo, esencial para Teruel y Aragón”.

Sobre la cuestión de la transición ecológica, Alianza Verde, partido que no tiene representación en el Congreso pero forma parte de la coalición electoral, va a pedir a Sumar que pelee por que las políticas verdes no queden en manos del PSOE como en esta legislatura, ya sea a través de competencias o con ese ministerio conducido por alguien de la coalición. Verdes Equo, por su parte, pide una mayor ambición climática y en concreto alcanzar el objetivo de 55% de reducción de emisiones, así como “integrar las políticas climáticas de forma transversal en todos los ministerios y políticas gubernamentales”. También reivindican reducir el tráfico aéreo nacional y el desarrollo de una red ferroviaria nocturna y se adhieren a propuestas que Sumar ya ha planteado en la negociación, como la jornada de 32 horas.