El PDeCAT y ERC han creado un mecanismo de coordinación para ir fijando la estrategia que seguir de cara a los preparativos de un referéndum sobre la independencia, un núcleo duro en el que participan pesos pesados de ambos partidos, algún exdirigente de relevancia y entidades soberanistas.
Según han explicado a Efe diversas fuentes de la coalición que gobierna en Cataluña, el mecanismo se estableció hace un par de semanas, cuando el Govern en pleno quiso zanjar sus tensiones internas con la firma solemne de un compromiso por el referéndum.
Pero más allá de ese documento también se acordó crear un gabinete de coordinación estratégica para garantizar la unidad de acción en los meses que vienen, liderado por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras.
En este núcleo duro, según las fuentes consultadas, participan por ejemplo Artur Mas, Jordi Turull, Marta Pascal o Francesc Homs, por parte del PDeCAT, así como nombres republicanos como Marta Rovira, Lluís Llach y otras caras conocidas como el expresidente de ERC Joan Puigcercós o el exconseller Xavier Vendrell.
Una de las figuras clave para comandar la estrategia comunicativa es David Madí, exsecretario ejecutivo de comunicación y estrategia de CDC y antigua mano derecha de Mas.
En las reuniones, que se celebran varias veces a la semana y cuya composición varía, participan representantes de la ANC y Òmnium Cultural, además de Oriol Solé, que fue director de la campaña “Ara és l'hora”, previa a la consulta soberanista de 2014.
La CUP -con cuyos responsables, Puigdemont mantiene una interlocución directa- no participa en estas reuniones, ya que, según las fuentes consultadas, se trata esencialmente de un mecanismo de coordinación de los dos partidos que integran el gobierno de la Generalitat.
“Quien se la juega con el referéndum es el Govern, que es quien pone su firma” en cada medida encaminada a organizar el referéndum, han alegado fuentes de una de las formaciones que integran el ejecutivo.
El primer fruto de esta renovada unidad de acción para planificar los próximos pasos ha sido el anuncio de una licitación para la adquisición de 8.000 urnas destinadas al referéndum.
Ambos socios de la coalición de Junts pel Sí son consientes de las trabas que pondrá el Estado para impedir que el Govern cumpla su compromiso de “organizar, convocar y celebrar” un referéndum.
De entrada, Puigdemont y Junqueras están esperando a que el Pacto Nacional por el Referéndum termine su recogida de firmas en favor de una consulta por la vía pactada, antes de convocar -en principio el último sábado de mayo o el primero de junio- una cumbre para fijar la fecha y la pregunta del referéndum.
Las dos fuerzas independentistas en el gobierno ya han empezado a barajar escenarios para después del verano, con la aprobación en vísperas de la Diada de Cataluña de una ley catalana para dar cobertura jurídica al referéndum, la posible firma del decreto de convocatoria el mismo 11 de septiembre y la celebración de la consulta el último domingo del mes, o bien el 1 u 8 de octubre.
Las trabas a un referéndum con garantías y efectos jurídicos como el que pretende celebrar el Govern podrían obligar a transformar la cita en una consulta más reivindicativa que efectiva, como lo fue el 9N de 2014, por el que el expresident Artur Mas y los exconsellers Francesc Homs, Joana Ortega e Irene Rigau han sido ya inhabilitados.
En caso de que los obstáculos fuesen insalvables y no fuera posible ni tan solo poner urnas, en círculos soberanistas ya se especula con la posibilidad de impulsar una declaración unilateral de independencia desde el Parlament -como el propio Junqueras ya ha contemplado públicamente- o una gran movilización ciudadana.