Ni izquierdista ni radical. Pedro Sánchez quiere quitarse ese traje que ha potenciado o le han endosado, según qué bando del PSOE lo mire. El candidato a la secretaría general, que dijo a finales de octubre que los socialistas tendrían que trabajar codo con codo con Podemos, se distancia ahora de su propuesta de colaborar con las demás fuerzas políticas de izquierdas. Así lo han decidido en su candidatura tras el proceso de elaboración del documento definitivo que defenderá en las primarias.
El documento 'Somos Socialistas. Por una nueva socialdemocracia' se desmarca de la idea de impulsar una “unidad de acción con otras fuerzas” progresistas que figuraba en la primera versión. Aquel acercamiento generó un gran malestar en las filas socialistas y disgustó incluso a algunos 'sanchistas', según fuentes de su equipo.
A Sánchez le acusaron entonces de querer convertir al PSOE en Podemos. Susana Díaz aprovechó entonces para enfatizar su mensaje de que ella representa el “100% PSOE” que, a su juicio, tiene que ser “reconocible” para ganar elecciones.
La nueva redacción del documento de Sánchez elimina la alusión a las fuerzas progresistas y se refiere a “desarrollar iniciativas de accioÌn con aquellos sectores de la sociedad espanÌola que coincidan en la necesidad de desarrollar una democracia avanzada en lo poliÌtico y en lo econoÌmico y que haga progresar la justicia social”.
“Desde nuestra autonomiÌa y nuestras senÌas de identidad recuperando para el socialismo espanÌol el voto de la izquierda en EspanÌa, cimentaremos una alianza social de progreso que nos acerque cuanto antes a la sustitucioÌn del PP en el gobierno de EspanÌa”, expresa el documento.
Los encargados de redactarlo han admitido que la propuesta de trabajar con Podemos no ha sido “bien acogida” por la militancia socialista.
José Félix Tezanos ha asegurado que el nuevo texto “enfatiza mucho la autonomía del proyecto socialista” y la “voluntad de los socialistas españoles de ser la fuerza de la izquierda que puede ofrecer una alternativa real de gobierno, sin paseos en un autobús que luego se estropea ni números de circo”, ha dicho en alusión a Podemos.
Apenas una semana después de sorprender a los 'susanistas' con una recogida de avales que les dejaba a solo 6.000 firmas de distancia, Sánchez trata de quitarse el “sambenito de izquierdista” que también le cuelga Patxi López.
En el acto de presentación del documento definitivo, Sánchez ha reivindicado el “reformismo” que, a su juicio, representa el socialismo frente a las fuerzas “rupturistas”. “Defendemos el PSOE de siempre, el que nunca tuvo miedo al cambio”, ha expresado Sánchez, que ha asegurado después que se trata solo de “situar al PSOE en el espacio natural que le corresponde, que es el de la izquierda”.
Sánchez se ha quejado, además, de que los medios de comunicación recogieran en febrero –cuando presentó el borrador del documento– que había girado a la izquierda. Niega que fuera así, a pesar de que se rodeó del ala izquierda del partido, que no habían sido sus colaboradores en su etapa en Ferraz, y que propuso medidas que no había defendido hasta entonces, como el impulso de una renta básica universal que había denostado cuando la planteó Podemos. En el 'susanismo' creen que la propuesta definitiva de Sánchez es un cambio más de opinión.
El exsecretario general también se ha esforzado en explicar su propuesta para Cataluña, que supone un cambio respecto a lo que defendió en su etapa como líder socialista. Ahora defiende el Estado plurinacional y que España es una “nación de naciones”. No obstante, insiste en que solo se refiere al reconocimiento de singularidades nacionales, como la cultural o histórica.
Además, Sánchez ha asegurado en un mitin que su nuevo lema de campaña (Aquí está la izquierda) no se refiere a su candidatura en exclusiva sino que está dedicado a otros partidos que “se dicen que son de izquierdas porque van a llegar al poder para reconstruir lo que nosotros hicimos -ha expresado–. Que no se preocupen porque aquí está el PSOE”.
Sánchez, impulsado en ese discurso por Margarita Robles, ha querido dejar claro que el PSOE no se va romper si él gana, como pronostican los 'susanistas'. “Algunos creen que el socialismo nace y muere con ellos. No, compañeros, el PSOE seguirá después de nosotros”. “Se acabó la bandera y el discurso del miedo, que es el de la derecha. El nuestro es el de la ilusión”, ha dicho a quienes hacen campaña basándose en que “el PSOE como lo hemos conocido acabará si gana Sánchez”, que es lo que defienden muchos 'susanistas'.
Desde la candidatura de Susana Díaz están apurando la recta final de la campaña para intentar hacer frente al relato que ha extendido Sánchez sobre su caída. Algunos dirigentes que apoyan a la presidenta andaluza creen que llega demasiado tarde la estrategia de rebate. La propia Díaz había explicado en una entrevista en Telecinco que el secretario general no había sido derrocado, sino que perdió una votación en el Comité Federal y, como consecuencia de ello, dimitió.
El discurso lo están defendiendo dirigentes 'susanistas' a distintas escalas. Pero ese argumentario tiene un fleco: las 17 dimisiones de la Ejecutiva que buscaban la salida de Sánchez. “Quería convocar un congreso exprés incumpliendo su promesa de primero España y después, el PSOE. Parte de la Ejecutiva no está de acuerdo y por eso dimiten”, explica un vídeo lanzado con ese objetivo. “Se pretendía evitar el espectáculo del 1 de octubre”, es la explicación de otros dirigentes.
Sánchez evita a los periodistas
La queja de Sánchez sobre la cobertura mediática de su propuesta en febrero no fue la única en el acto de este jueves. Apeló a los periodistas a “romper la barrera de la comunicación” para ir más allá de lo que los candidatos “dicen” y reflejar lo que “proponen”. También reprochó el “interés” que despierta su propuesta sobre la “plurinacionalidad” del estado e ironizó con que los medios fueron a lo anecdótico de las “colas” para su acto en el Círculo de Bellas Artes.
Sánchez, que reprochó a Mariano Rajoy que recupere el “plasma” para su declaración como testigo en el juicio de Gürtel, ignoró después las preguntas de los periodistas que habían asistido al acto. Tras acabar su intervención, algunos pidieron la palabra. Margarita Robles le avisó y el candidato a liderar el PSOE negó con la cabeza.
A la salida, los periodistas le rodearon y Sánchez evitó responder. “No me volváis a hacer las mismas preguntas”, expresó. “Tenemos la impresión de que Podemos queda un poco más lejos de sus alianzas”, le dijo un periodista: “Por favor, venga”, fue la respuesta. “Queremos romper la barrera de la comunicación”, dijo otra redactora parafraseando su conferencia. “Me parece muy bien”, se limitó a contestar mientras avanzaba rodeado de cámaras y redactores. “Una sola pregunta”, pidió otra periodista. “Venga vamos, gracias”, acabó Sánchez, que abandonó el recinto sin responder. Algunos miembros de su equipo admitían que no había sido una actitud correcta, mientras que algunos de los asistentes le daban la razón acusando a los periodistas de “manipular”.