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Opinión - Ni liderazgo ni autoridad. Por Esther Palomera

Pedro Sánchez ofrece a Unidas Podemos una coalición sin Pablo Iglesias en el Gobierno

“No se dan las condiciones para que Iglesias sea miembro de ese Gobierno”. Cuatro días antes de que comience el debate de la investidura, Pedro Sánchez deja negro sobre blanco su negativa a que el líder de Podemos forme parte del Consejo de Ministros y asegura que esa es la principal dificultad para llegar a un entendimiento: “El principal escollo es la participación de Iglesias en el Gobierno”. No obstante, mantiene la mano tendida a su “socio preferente” para incorporar a ministros de Unidas Podemos “consensuados” con el PSOE. Sánchez habla abiertamente de “coalición”. 

Aunque Sánchez dijo el lunes que la oferta de incluir ministros de Unidas Podemos con perfil técnico decayó cuando convocó la consulta a las bases, ha asegurado que sigue sobre la mesa: “La oferta sigue en pie hasta la próxima semana porque me parecería tan duro que no pudiera haber un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos porque hay una discrepancia en cuanto a la entrada de Iglesias en el Gobierno –ha expresado–. Creo que tendrían que reflexionar seriamente Iglesias y Unidas Podemos si merece la pena”. También ha avisado de que ese planteamiento no se mantendrá en septiembre: “Lo que le tengo que decir al señor iglesias es que cualquier formulación de entendimiento que haya después de su voto o abstención, después de una investidura fallida la próxima semana no pasara ya más por una coalición”.

“El planteamiento que le hice fue incorporar a personas de Unidas Podemos cualificadas y la discrepancia de nuevo fue la participación de Iglesias en el Gobierno”, ha dicho Sánchez en referencia a su última llamada al líder de Podemos la semana pasada. Iglesias niega que esa oferta se la hiciera personalmente y asegura que se enteró a través de los medios de comunicación. Sánchez ha dicho que “sin duda alguna” habría un acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos si sortearan el “escollo” de la presencia de Iglesias en el gabinete.   

Sánchez ha asegurado en una entrevista en Al Rojo Vivo que el 99,9% de las conversaciones para la investidura han versado sobre la incorporación de Unidas Podemos al gabinete y, “en particular”, la de Iglesias. El presidente en funciones ha evitado decir si la exigencia del líder de Podemos era una vicepresidencia para “no airear conversaciones privadas”, aunque así se lo ha trasladado hoy mismo a la dirección del PSOE

“No me puedo permitir el lujo de tener un vicepresidente del Gobierno que, por lealtad, lo único que haga sea mirar a otro lado o silenciar”, ha proseguido Sánchez en referencia a la posición sobre Catalunya. Iglesias se compromete a seguir las directrices del PSOE sobre el conflicto territorial. “Con todo el respeto a Iglesias, le he dicho que dos líderes de dos partidos que divergemos en un tema como la cuestión catalana, lo mejor que podría hacer el señor Iglesias es entender que para que se pueda fraguar ese Gobierno con la suficiente cohesión interna que garantice de manera eficaz las respuestas al desafío que vamos a tener por delante es que dé un paso atrás y permita la incorporación de ministros de Unidas Podemos cualificados que podamos consensuar, porque yo no quiero vetar a nadie, pero tampoco quiero que me impongan a mí los nombres porque al final voy a ser el primer y último responsable”. 

El candidato a la investidura ha reiterado que la cercanía de la sentencia del procés le hace pensar que pueda reavivarse el conflicto y ha asegurado que no puede permitirse tener a Iglesias en el Gobierno o bien silenciado o bien defendiendo cuestiones distintas. “Necesitaría un vicepresidente que defienda la democracia española, que diga que hay un estado de derecho, separación de poderes, que el poder judicial es independiente del ejecutivo, y que no hay presos políticos, que no están encarcelados por sus ideas”.

También ha venido a reconocer que Iglesias le reclamó las carteras de Hacienda y Empleo así como responsabilidades de Comunicación del Gobierno. “Bueno, son algunas de las cosas que han salido en las conversaciones”, ha admitido Sánchez, que no ha revelado qué le ha ofrecido a Iglesias: “No he hablado con él de esto”.

Sánchez no cree que Iglesias controle su partido

El presidente en funciones ha mostrado su malestar con Iglesias por haber afirmado que su presencia en el gabinete busca controlar a los socialistas: “Usted es director de este programa –le ha dicho a Antonio García Ferreras–, ¿se imagina a alguien que diga que quiere ser su subdirector porque no se fía de usted?”. “No puedo permitir que entre alguien en el Gobierno con el argumento de que me quiere vigilar porque no se fía de mí”, ha recriminado.

Sánchez ha reconocido que otro de los problemas para incorporar a Iglesias es la desconfianza que tiene en su capacidad de controlar a su propio partido. Es el escollo “funcional”, según lo ha denominado. “Lo estamos viendo en La Rioja –ha explicado sobre el voto en contra de la única diputada de Podemos a la presidencia de la socialista Concha Andreu–, pero lo hemos visto en Andalucía, en Madrid o en Catalunya, no garantiza una responsabilidad en cuanto al comportamiento y en las decisiones que se están tomando por parte de integrantes muy significados de su

partido“.

El líder socialista, que también ha puesto como ejemplo a Ada Colau que “discrepa” con Manuela Carmena porque la exalcaldesa “niega que haya presos políticos, enfatiza así las contradicciones internas de Podemos y sus confluencias como argumento para descartar la coalición en los términos que le exige Iglesias. ”No me garantiza la homogeneidad“, ha aseverado. 

Sánchez, que llamará en los próximos días a Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias, ha vuelto a reclamar la abstención a PP y Ciudadanos para permitir que haya un Gobierno. “Yo lo que les pido no es que me apoyen, pero en tanto en cuanto que no hay alternativa, que sí que había en 2016, que se abstengan y faciliten la formación de Gobierno”, ha expresado. 

“Yo con el señor Rivera en 2016 llegué a un acuerdo con 200 medidas y habría que plantearse si algunas de esas medidas hoy no justificarían la abstención, al menos, del señor Rivera para poder facilitar la constitución de un Gobierno”, ha argumentado el socialista, que ha revelado que planteó al líder de Ciudadanos “negociar” ese voto en blanco.  “Por cierto, esto lo está utilizando el señor Iglesias de manera torticera –ha dicho sobre la acusación de Unidas Podemos de que Sánchez pretendía pactar con la derecha–. Quiero gobernar desde la izquierda, yo quiero un Gobierno progresista, pero entiendo que si queremos un Gobierno progresista, que no dependa de los independentistas la pura matemática parlamentaria te lleva a mirar al partido Popular y a Ciudadanos a los que no les estoy pidiendo que me aplaudan, o que me voten que sí, lo único que les estoy pidiendo es que se abstengan, no por mí, sino por España, ese país al que dicen querer tanto”.

Preguntado por las palabras de Felipe González este miércoles en las que apostó por enviar a los actuales líderes políticos al “rincón de pensar”, Sánchez ha aprovechado para contestarle con un reproche: “Respetando su criterio, no puedo decir otra cosa me gustaría que dijera lo mismo que dijo en 2016, que se abstuviera el PP y facilitara la formación de Gobierno”. El expresidente fue uno de los socialistas que apostó por la abstención del PSOE que desató la mayor crisis interna del partido y acabó con la dimisión de Sánchez como secretario general y diputado. 

A José María Aznar, que pide “centralidad” a los actuales dirigentes, le ha pedido lo mismo: “El señor Aznar utilizó el terrorismo como arma electoral. Aznar ha dicho que el PSOE no es constitucionalista, yo no veo que esa sea la centralidad política. Podría pedir a Casado que se abstuviera”.