Pedro Sánchez propone readmitir a los dimitidos para que la Ejecutiva se reúna el lunes y pacte un nuevo Comité Federal

Pedro Sánchez ha tomado la palabra ante el Comité Federal y ha propuesto una solución para evitar el actual bloqueo en el comité federal del PSOE, que aún no ha logrado arrancar: readmitir a los dimitidos, celebrar una nueva ejecutiva el lunes –con todos, también los dimitidos– y con ellos acordar y votar otro comité la semana que viene. La propuesta, de momento, cuenta con la oposición del sector crítico.

Sánchez ha tomado la palabra en el momento en el que Rodolfo Ares y Verónica Pérez se disputaban el micrófono. Fuentes socialistas explican a eldiario.es que Verónica Pérez, la autodenominada “única autoridad” del PSOE, ha intentado hablar para fijar su postura y decir que decidía ella: “la presidenta soy yo y yo decido”, relatan a eldiario.es. Javier Lambán ha respondido a Sánchez que ya no es el secretario general.

Los críticos del PSOE defienden que el Comité Federal vote la resolución que registraron este viernes tres de los cinco miembros de la Comisión Federal de Ética y Garantías que planteaba la formación de una gestora al considerar que la Ejecutiva de Pedro Sánchez quedó “disuelta” tras las 17 dimisiones.

Javier Lambán ha defendido ese posicionamiento después de que Sánchez tomara la palabra para proponer readmitir a los dimitidos y convocar el lunes un nuevo Comité Federal.

Pugna por un puñado de votos

Tras más de cuatro horas de negociación entre los sectores enfrentados del PSOE, las posiciones siguen igual que a lo largo de esta semana. El enfrentamiento durante toda esta mañana se ha reducido a si deben votar o no los integrantes de la Ejecutiva que permanecieron leales a Pedro Sánchez. Por tanto, la pugna está en 18 votos.

Sánchez defiende que tienen derecho a votar porque aún son miembros de la Ejecutiva Federal. Por el contrario, los críticos aseguran que la dirección está “disuelta” y no puede votar. En ese rifirrafe llevan discutiendo toda la mañana los tres miembros de la mesa que pilota las reuniones del Comité Federal: Verónica Pérez, la presidenta; Rodolfo Ares y Nuria Marín.

Los posicionamientos están, por ambas partes, enrocados. Para los afines a Sánchez, que la pelea se reduzca a esos votos, es una prueba de que el sector que encabeza Susana Díaz “no tiene los números”. “No ven claro que ganan”, dice un miembro de esa dirección que se autodenomina “en funciones”. Los críticos sostienen que permitir que voten sería “legitimar” un órgano que consideran disuelto.

Otra batalla es que el voto sea o no secreto. Sánchez defiende que lo sea “para dar libertad a la gente”, según expresa una de sus afines. Consideran que el voto a mano alzada puede provocar “voto cautivo” a las correspondientes direcciones locales, provinciales y regionales. Desde el sector crítico sostienen que “los votos sobre políticas nunca son secretos”. Las normas del PSOE no son claras al respecto.

En las más de cuatro horas que el Comité Federal lleva reunido, ha habido un amago de que eche a andar. Los miembros de la Ejecutiva han llegado a sentarse en los asientos del estrado dos veces, pero solo una han salido los miembros de la mesa. Al filo de las 13 horas, para constatar que “no hay acuerdo” y que se celebraba un nuevo receso.

Los críticos sostienen que hay miembros de la Ejecutiva de Sánchez que están dispuestos a ceder y no votar. Lo que rechazan es ceder en la formación de una gestora que pilote el partido, como quieren los críticos: “Sería legitimar el golpe de Estado”.

En la calle, varias decenas de militantes llevan toda la mañana mostrando su indignación con “el golpe de Estado” y coreando consignas contra Susana Díaz y los barones y de apoyo a Sánchez.