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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Pedro Sánchez dice que el PSOE se juega ser tercera fuerza si gana Susana Díaz

Pedro Sánchez plantea la competición por el liderazgo del PSOE como una batalla entre dos: él y Susana Díaz. Así lo ha expresado en su primera entrevista en dos meses, concedida a Informativos Telecinco, en la que también ha asegurado que la elección de la presidenta andaluza como secretaria general conducirá al partido a un mayor hundimiento electoral.

“Los militantes tienen en su mano ser la primera fuerza o ser la tercera fuerza”, ha afirmado el exlíder del PSOE basándose en las “encuestas que se están publicando”. Sánchez, a quien los afines a Susana Díaz acusan de haber llevado al PSOE a sus peores resultados electorales dos veces, se cree esos sondeos que le sitúan como el favorito de los electores socialistas para liderar el partido: “Los votantes prefieren esta candidatura que las otras dos”, ha dicho sobre Díaz y Patxi López. Las encuestas que están publicando algunos medios sitúan a Sánchez como el favorito de los votantes socialistas, aunque ninguna coloca al partido en primera posición.

Una de las bazas que usan los partidarios de la presidenta andaluza es un “PSOE ganador” como el de Díaz y otros barones que gobiernan Comunidades Autónomas. “Que el PSOE vuelva al Gobierno de España, pero desde la victoria” es uno de los reclamos de Díaz tan solo unos meses después de que Sánchez tratara sin éxito de llegar a Moncloa pese a ser el segundo y, tras el 26J, estar a 52 escaños del PP.

Sánchez ha reconocido que es “duro en lo personal” lo que ha atravesado en los últimos meses -su “derrocamiento” y también el abandono por parte de quienes fueron su núcleo duro, que se han posicionado mayoritariamente con Patxi López-: “En lo político creo que se equivocan. La encrucijada solo tiene dos opciones: una es lo que representa la candidatura de la gestora, que es dejar al PSOE en tierra de nadie; y otra volver a ser como una fuerza de cambio, alternativa al PP y hacer una organización abierta, no cerrada”.

El exsecretario general plantea las primarias como una elección entre dos modelos: el que él representa y “el impuesto por las bravas”, en referencia a “la candidatura de la gestora”, en la que él sitúa a la presidenta andaluza. Para Sánchez, la gestora ha dejado al “PSOE en tierra de nadie” y ha insistido en sus críticas a la abstención de los socialistas en la investidura de Mariano Rajoy: “Nada ha cambiado”, ha lamentado. A pesar de las críticas, Sánchez ha prometido “lealtad” si pierde las primarias.

También se ha comprometido a “integrar” a sus oponentes si gana, pero ha advertido de que “una cosa es integrar” y otra formar una ejecutiva integradora y que después “dimita el 50% para derrocar al secretario general”, como le sucedió en septiembre, cuando dimitieron la mitad más uno de los miembros de la dirección con el objetivo de expulsarle de Ferraz.

Sánchez ha vuelto a negar haber negociado con las fuerzas independentistas para intentar llegar al gobierno tras las elecciones de junio y ha calificado de “clichés” de campaña las acusaciones de haberse “podemizado”. “No soy presidente por el voto contrario de Pablo Iglesias. No creo que Javier Lambán, Ximo Puig, o Emiliano García-Page se hayan ”podemizado“ por haber pactado con Podemos. Tampoco creo que Patxi López se haya derechizado por pactar con el PP en el País vasco o Susana Díaz por pactar con Ciudadanos”, se ha defendido el aspirante a liderar el PSOE, que ha defendido que el PSOE sea la fuerza de la izquierda “sin que ello significa dar un giro a la izquierda”.

Sánchez ha advertido de que hay “dos rupturas de las que no se habla en los medios de comunicación”. La primera es, a su juicio, la “quiebra de confianza entre los electores y el PSOE porque dijimos una cosa e hicimos otra” en las elecciones. La otra es la “ruptura entre los militantes y la dirigencia” del partido. Así, ha acusado a la gestora de haber tomado la decisión de la abstención de “espaldas” a los militantes y ha prometido introducir en los estatutos el “compromiso firme” de que los acuerdos postelectorales se sometan a consulta. Así, considera que el PSOE recuperará la credibilidad: “Los afiliados y votantes del PSOE piensan lo mismo”, ha dicho Sánchez, que considera que esto es “ser de izquierdas y creíbles”.