El documento del preacuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos para un Gobierno de coalición recoge las líneas maestras de la acción programática que intentará llevar a cabo el Ejecutivo que encabezará Pedro Sánchez y tendrá a Pablo Iglesias como vicepresidente.
El preacuerdo, avanzado el martes por eldiario.es, evita concretar todas las medidas que pondrá en marcha el Gobierno, si finalmente se alcanza una mayoría parlamentaria para la investidura. “Los detalles se harán públicos en los próximos días”, señala el propio documento, cuyo contenido pilotaron las portavoces del PSOE y de Unidas Podemos en el Congreso, Adriana Lastra e Irene Montero. Pero el texto sí incluye lo que serán “los ejes prioritarios” para el “Gobierno progresista de coalición”. Diez puntos que resumen las intenciones de Sánchez e Iglesias para un Ejecutivo que debería comenzar a andar con el nuevo año.
La redacción del documento se desarrolló durante la tarde del lunes y la mañana del martes. Los últimos retoques corrieron a cargo del jefe de Gabinete de Sánchez, Iván Redondo. Y fue Irene Montero la que desde Unidas Podemos, pasado el mediodía, dio el último ok. El texto final hace hincapié en los elementos sociales y pasa más de puntillas por las cuestiones económicas.
En el documento que firmaron con solemnidad en el Congreso de los Diputados Sánchez e Iglesias, quedan plasmadas reivindicaciones que Podemos había convertido en su bandera desde 2014. Algunas de ellas también forman parte de los planteamientos del PSOE. Y muchas de las medidas que traducirán a políticas concretas las ideas generales que recoge el acuerdo ya estaban presentes en el acuerdo de presupuestos que sellaron los mismos protagonistas en octubre de 2018.
El preacuerdo abre con una apuesta por el “crecimiento y la creación de empleo”, pero centra su foco en combatir “la precariedad laboral” y apostar por la estabilidad y la calidad del trabajo. Son promesas que están en los programas de todos los partidos, pero que se han convertido en puntas de lanza de Unidas Podemos en las dos últimas campañas, sobre todo desde que el PSOE renunció a derogar la reforma laboral de 2012.
Otros dos puntos centrales para Unidas Podemos pasa por “blindar las pensiones” y “que se revaloricen conforme al coste de la vida”. En el grupo confederal sostiene que uno de los impulsos de la moción de censura que terminó con el Gobierno de Mariano Rajoy fueron precisamente las manifestaciones de los pensionistas, que reclamaban en las calles la actualización en función del IPC.
El segundo puntal de aquella moción, tal y como señalaba Irene Montero en el cierre de la campaña del 10 de noviembre, fue el movimiento feminista con su huelga del 8 de marzo de 2018, una tesis compartida con el PSOE. Y las mujeres, y legislar a favor de la igualdad económica, laboral y social, son un eje del documento. Desde el “impulso a las escuelas infantiles de cero a tres años”, que socialistas y Unidas Podemos plantean que sean gratis en su programa, hasta la igualdad retributiva, luchar contra el tráfico de personas con fines de explotación sexual, o los permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles.
Las reivindicaciones feministas son lo que Podemos ha definido como su “horizonte morado”. También han planteado otro “verde”: responder a la emergencia climática. Fue uno de los ejes centrales de la última campaña de Unidas Podemos, que peleaba para que Más País no se hiciera con un hueco entre el electorado verde gracias a la presencia de Equo en la coalición.
Además el texto recoge un compromiso para “controlar la extensión de las casas de apuestas”, que se están expandiendo por los barrios y creando un grave problema social según las asociaciones de jugadores. Desde Unidas Podemos llevan meses reclamando que se ataje con urgencia este fenómeno que está haciendo destrozos entre los jóvenes.
Catalunya y el “equilibrio presupuestario”
En el otro lado de la balanza, y con no poco peso, se sitúan dos puntos del documento que chocan con los planteamientos de partida de Unidas Podemos.
El primero es el referido a Catalunya, que arranca con la pretensión de “garantizar la convivencia”, cuando desde las posiciones soberanistas que siempre ha defendido la confluencia catalana, y también la formación a nivel estatal, lo que ocurre en Catalunya no es un problema de orden público, sino político. Y debe solucionarse por vías políticas.
Es verdad que Pablo Iglesias, tanto durante las negociaciones del pasado verano como en esta campaña, ha asumido el papel de liderazgo del PSOE en esta materia, al ser de los dos el partido más votado tanto en Catalunya como en España. En 2015 y 2016, las elecciones generales las ganó En Comú Podem. En 2019, el PSC ha logrado mejor resultado en las dos convocatorias.
En cualquier caso, el documento acordado sí habla de “normalizar la vida política” y de “fomentar el diálogo”. Desde Unidas Podemos, y desde la formación que lidera Ada Colau, se ha defendido desde 2017 la necesidad de establecer mesas de diálogo de partidos tanto en Catalunya como a nivel estatal.
El documento cierra con una breve referencia a la economía cuyo encabezado da algunas pistas: “Justicia fiscal y equilibrio presupuestario”. La primera parte se refiere a los ingresos. La segunda, al gasto. La vicepresidencia económica de Nadia Calviño que anunció Pedro Sánchez en plena campaña no se ha puesto en duda desde Unidas Podemos, que hace hincapié en la ausencia de vetos en las negociaciones.
Si algo han reclamado tanto Podemos como IU en los últimos años ha sido la aprobación de presupuestos expansivos que reviertan los efectos de los recortes aplicados por el PSOE y por el PP en plena crisis económica. Si, tal y como refleja el texto, la idea es “el control del gasto público”, solo aumentando los ingresos se podrá garantizar que se pongan en marcha todas las medidas sociales que Unidas Podemos quiere implementar.